tag:blogger.com,1999:blog-9632572756781514112024-03-10T23:59:46.155+01:00Lo que ven mis ojosIrene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.comBlogger270125tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-81490483877487805892024-03-11T00:00:00.000+01:002024-03-10T23:59:15.032+01:00El día que seguí la flecha El día 2 de febrero de 2024 es el día en el que, finalmente le di un volantazo a la vida e inicié el giro vital que necesitaba. Escribo estas líneas el día 3 recién empezado y no sé cuándo las publicaré, porque antes de aventurarme a contar el curso de mis decisiones tengo que haber andado un trayecto para confirmar mis pasos en este camino, nuevo, pero también firme.<div>Parece increíble que con 56 años me haya atrevido a dar este paso, pero desde hace meses una gran flecha verde me marcaba una salida clara del camino, alejándome del certero abismo al que me asomaba. Y hoy (bueno, técnicamente ayer) pude decir con convicción ¡Me voy! ¡Hasta aquí llegó este viaje de casi 42 años de trabajo ininterrumpido! En el mismo lugar que me vio nacer, crecer, desarrollarme profesionalmente, llorar ante las injusticias y salir con fuerza para convertirme en la mujer que soy.</div><div>La vida me ha brindado la oportunidad de honrar a mi hermano y a mi padre después de varias décadas, haciendo algo que se convierte en un gran reto para mí y que ellos hacían de una manera sublime. Lucharé por tratar de llegar a su altura pero sé que el reto es difícil porque tenían una luz especial.</div><div>Dejo aquí este texto, guardado en borradores, a la espera de comenzar este nuevo recorrido de mi vida...</div><div><br></div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhMkzEi75UJwn8Ln-wWI-x2CvIiQy_qEHTZ-XFZ8ZJouQX0f-xv8tyLAkxaA69QoTyJN_ScBt5EhuwpQ7T2-D_g7438lknJbNl7tj0HeYX2CYdyay-_nKt7ReR2pk9BLLb0hxipJvqP0Kqd3EHC7LEdTNjzwujhe8f4ZpnUcvj2oliijPV-iEA-V8YZ_O0" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div><div>Ya es 11 de marzo y tras este mes de emociones diversas retomo el camino que dejé hace mucho tiempo pero que siempre anhelé volver a transitar. </div><div>No digo que vaya a ser más difícil que cuando lo anduve hace tiempo, porque la tecnología ha avanzado mucho desde aquellas veces, pero tampoco soy la jovencita que se esforzaba por ser eficiente con medios escasos. Ahora tengo experiencia, de la buena y de la mala; bagaje cultural a mis espaldas que me facilitarán exponer cosas interesantes; se me da bien la tecnología y sé valerme de ella; puedo expresarme oralmente con facilidad y, sobretodo, me ilusiona y me encanta ser partícipe en la construcción de los sueños de muchas personas. </div><div>Hoy cuesta conciliar el sueño cuando los propios sueños comienzan a hacerse realidad. </div><div>Atrás queda toda una vida y se cierra un círculo increíble de vivencias. Muchas despedidas que serán un hasta pronto indefinido y muchos reencuentros virtuales a raíz de este cambio de rumbo. </div><div>Quisiera retomar este blog para contar todo lo nuevo ya que en él habitan todas las Irenes que he sido desde hace 15 años, y la que está por nacer quiere expresarse de nuevo. </div><div>Quiero que la Irene escritora se nutra de las nuevas experiencias y retome las novelas inacabadas desde una vida que no invitaba a la creatividad. Quizás eso también cambie. </div><div>Hoy daré un paso adelante y confío en que los que velan por mí guiarán mis pasos en la dirección correcta. </div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-57087153733833327872023-08-18T00:04:00.002+02:002023-08-18T10:27:01.853+02:00Cogiendo carrerilla<p> Como cada año estoy pasando unos días en Pinilla, mi paraíso particular, donde me siento feliz, animada, querida, libre e ilusionada. Casi siempre elijo pasar aquí mi cumpleaños aunque esté lejos de las personas que forman parte de mi vida el resto de los días del año simplemente porque me ancla a este pueblo celebrar el aniversario de mi nacimiento. </p><p>Hoy, a apenas cinco minutos de cumplir 56 años soy consciente de lo rápido que va esto de la vida. Estoy cogiendo carrerilla para enfilar los 60 en menos que canta un gallo, pero eso no me asusta. Es bonito poder mirar atrás y ver todo lo que pasó, y mirar al futuro con la ilusión de que las cosas continuarán.</p><p>Y aunque se avecinen cambios más o menos asumibles, seguiré contando con los apoyos incondicionales de mi vida, esa familia, natural o elegida, que siempre está ahí, que me ama como soy, que me abraza cuando lo necesito, que me piensa en la distancia y que cuenta conmigo cuando lo necesita. </p><p>Es bueno, también, sentirse el apoyo de todos los tuyos, ser feliz siendo útil para los demás, saber decir Sí casi siempre y No cuando las cosas no se pueden, sin que se ofendan porque, a veces, antepongas tu vida a las otras. No me suele salir, pero voy aprendiendo con la vida. </p><p>Me felicito a mí misma por todo lo bueno que he hecho durante los últimos 365 días, por haber sido una buena amiga, una buena madre, una incansable trabajadora, una agradecida hermana. No siempre merecemos los autocastigos que nos imponemos inconscientemente, porque, como mucha gente sabe "no soy una lechuga morada".<br></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1bZeHu_TKYvFfKXV1W_OIb1SUxx0wKcC6qnn4D6g1T0D2jzxTM4abwc8neAA03GWZil0SVwB9QobEuXTWwkvNGllQpYTsmA6sPhdDZD89vgM7583Ac51vjMUcdrdCNBOij9d22C6Slxu9cARm1YqUsNPKgXHYejofvQzWSqFVVEYBFmfVqhvR1141DQI/s701/lechuga%20morada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="701" height="194" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1bZeHu_TKYvFfKXV1W_OIb1SUxx0wKcC6qnn4D6g1T0D2jzxTM4abwc8neAA03GWZil0SVwB9QobEuXTWwkvNGllQpYTsmA6sPhdDZD89vgM7583Ac51vjMUcdrdCNBOij9d22C6Slxu9cARm1YqUsNPKgXHYejofvQzWSqFVVEYBFmfVqhvR1141DQI/s320/lechuga%20morada.jpg" width="320"></a></div><p></p>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-4592450340299315452023-08-07T22:53:00.002+02:002023-08-07T23:22:07.197+02:00Cansada<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjgy1W4anqyLz7rrpTAmhYLdM6qfaiKJQ6dwyf4uBtRzM01y1g4y-AftKIvHPQwzf2bKimDGziblmWU8dloDz8RJbKY0Lhi3-iOgXu2V0j8WhBYwyLBg9l0j-hARB7cIZACT5_8GU76Ont7O-WpZYuQmpGm6GP9VwcMMGU44ZDNXCAQf2qFEt47rasXo_0" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div>Estoy cansada. Cansada de dar, de estar, de regalar y de ofrecerme.<div>Veo la vida pasar y me pregunto cuándo me tocará a mí ser el objeto de admiración, quien reciba el amor incondicional, ser la persona a la que eligen. Nunca pasó. </div><div>Y ya estoy cansada de crearme mis fantasías mentales, de creerme que cuando todos los "Si" condicionales encuentren su término, yo subiré en las listas.</div><div>Y es que no. Tan contundente y rasgador que me arrancaría el corazón ahora mismo del pecho si pudiera. </div><div>Se viene un periodo duro en mi vida, y quiero apostar por la resiliencia para emerger cuanto antes de este fuego que me abrasa por dentro. De nada sirve soltar los ojos en llanto porque eso no hará que las heridas se cierren. </div><div>Son los momentos que traen los períodos de soledad, de conciencia de fracaso, de cansancio emocional. </div><div>Toca dejar volar al amor...</div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-73793263397968068152023-04-24T08:31:00.000+02:002023-04-24T08:31:09.305+02:00Cuando el alma se vacía<p>Estamos en plena Feria de abril y yo estoy en casa por encadenar dos accidentes que me han impedido moverme con la libertad que me caracteriza. Primero uno de tráfico que me ha obligado a hacer rehabilitación durante más de un mes y después una desafortunada caída que dejó mis tobillos hinchados y doloridos. </p><p>Así que casi que he tenido que aprender a andar poco a poco, dando pasos cautelosos, medidos y pensados. Porque ningún paso podía darse a la ligera si no era absolutamente necesario, ya que iba en contra de la recuperación de mi autonomía personal y física.</p><p>Y, como a todo, trato de sacarle una enseñanza y un significado y no es nada fácil de admitir que ambos accidentes conllevan un cambio drástico y definitivo en mi vida. </p><p>Trato de buscarle el sentido a todo, a esos cambios que, inevitablemente, la vida siempre trae: unos muy sutiles que te van transformando poco a poco por dentro, y otros brutalmente radicales que hacen que todo se derrumbe y busques desesperadamente resquicios de luz que te permitan buscar salidas que, de primeras, no se encuentran.</p><p>Intento entender a la mujer que se está gestando en esta etapa de madurez personal y profesional. Trato de encajar la posibilidad de emprender otros caminos que empiezo a dibujar en mi imaginación, viéndome en otros lugares, haciendo cosas nuevas, emprendiendo e ilusionándome con actividades creativas que me hagan sentir verdaderamente útil. Y no me acobardo. Ni siquiera cuando ese camino lo siga haciendo sola.</p><p>Porque a nivel emocional también siento que es hora de pensar en ir tirando la toalla, en dejar ir unos sentimientos que siempre han supuesto una entrega incondicional a cambio de aceptar mil condiciones que no dejaban de ser migajitas de amor. Un amor lindo, sí, pero demasiado difícil de aceptar.</p><p>Hace doce años comencé a escribir una novela que fue avanzando poco a poco a medida que yo evolucionabla, porque era un reflejo de mí misma, de mi alma eterna que trataba de traer desde lo más profundo de mi ser los recuerdos de experiencias vividas con anterioridad a ser quien soy y así aprender a gestionar al ser humano que me tocó ser en esta vida. ¡Y vaya que sí que he aprendido...!</p><p>El análisis de esos recuerdos que surgían tras bucear en mi más profunda memoria fue desgranando y descodificando a la persona que soy hoy en día y me ha hecho comprender tantas facetas de mi vida actual que es abrumador. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnbN1fuPAHFN7PPHaDHDil8OndoOxCJVQOPgibKGEPayzWwRm_Cyw9Jxb3Qc9IdAEvmDbHOYJg2COYkqZFmqDGEOyl4kiasD1fOPJMcfJ1HYjUy60SiGGr-E2lu_aARCUjDwVRvdLWPM1rjHJ_DZbNHsQpMLAOqdJUiCeL4dPBbC2XcprFCjdcgBSL/s1024/blog%201.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnbN1fuPAHFN7PPHaDHDil8OndoOxCJVQOPgibKGEPayzWwRm_Cyw9Jxb3Qc9IdAEvmDbHOYJg2COYkqZFmqDGEOyl4kiasD1fOPJMcfJ1HYjUy60SiGGr-E2lu_aARCUjDwVRvdLWPM1rjHJ_DZbNHsQpMLAOqdJUiCeL4dPBbC2XcprFCjdcgBSL/s320/blog%201.png" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div>Dibujé la vida de James y con él descubrí muchos secretos del siglo XIX. Quedé abrumada por su desgracia personal y por su creatividad; me sorprendieron la abundancia material de su vida, por sus esfuerzos por innovar y triunfar. Lloré por la soledad de su muerte y por la resistencia de su corazón ante su amor oculto. Aprendí a amar y a odiar todo lo que esa existencia me aportó. <p></p><p>Esbocé la corta y desgraciada vida de Calisto, ese niño griego que no veía salida en una vida condicionada por los convencionalismos sociales de una sociedad, aparentemente avanzada pero que no lo dejaba amar, paradójicamente, a un igual por no ser igual...</p><p>Reviví las atormentadas vidas de Aiyana y Sara, cada cual desde su mundo: la sociedad Inca prehispánica y la Edad Media castellana. Dos mujeres que amaron y lucharon contra la sociedad en las que le tocó vivir.</p><p>Y con Khalil aprendí uno de los mensajes más bonitos desde el desierto arábigo: el del amor incondicional y eterno.</p><p>Con ellos vacié mi alma completamente y creé a Lucía un alter ego que no pasó por lo que yo sí pasé, porque a ella quise darle otra existencia menos traumática aunque amó a quien yo amé y sufrió lo que yo sufrí.</p><p>Porque todos ellos eran yo misma y desde la memoria y la creatividad quise construir una historia que sacara a la luz quien fui para descubrir quien soy. </p><p>Y aunque esas historias aún no están concluidas creo que era necesaria esta exposición pública que hago hoy para poder terminarlas. Porque si todos éramos el mismo alma, es necesario que yo haga las trancisiones de una vida a otra picando los billetes de mis personajes. No sé si realmente estoy preparada para hacerlo, porque a todos los descubrí, de todos aprendí, y a todos los amé... y que trancisionen implica matarlos para que esa esencia inmaterial que habitaba en esas existencias, pasen a la siguiente...</p>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-13394398770016563922023-02-02T13:16:00.003+01:002023-02-02T13:16:49.814+01:00Dos ejercicios sencillos sobre UNA GOTA de 200 palabras<p> <span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; white-space: pre-wrap;">Me he despertado rodando libre sobre el cristal de una ventana lisa. He surgido del vapor de una olla de sopa que arde sobre el fuego. Sin saber cómo un elemento amarillo absorvente me ha envuelto y me ha dejado sonoramente sobre un lugar metálico y plateado. Todo se vuelve oscuro durante una eternidad en un túnel infinito. Muchas hermanas me acompañan y decidimos unirnos para viajar en esta aventura que no sabemos dónde nos llevará. </span></p><span id="docs-internal-guid-d30007ce-7fff-bb72-52fe-a634a2f17f0c"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Nos cogemos de la mano y caemos en un lugar donde hay piedras y plantas que me ayudan a eliminar la suciedad que se me fue pegando.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Cada vez viajo más deprisa y voy cambiando de compañeras a medida que somos más y más. Salto con cada obstáculo que me encuentro. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Finalmente llegamos a un inmenso lugar donde ya somos millones de gotas provenientes de cientos de cañerías, arroyos, ríos y lagos. Se me pegan pequeñas trazas de residuos que me salan y comienzo a cabalgar en la cresta que forman millones de hermanas.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Estoy cansada y me relajo. El calor me atrae y quiero volar. Me dejo ir hacia el cielo y me diluyo en el aire a la espera de otro renacer.</span></p><br /><br /><br /><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguSncGYoVE5jhuwpE3Pa4fzjpIUNyneZEWCwpVDEZN0NZ6HeCUq4bO2l3mIVgrkuOCB-GkpnE3OXR8AYQ9jJZURC7DWqTENCOHovG6z3TO6ptTpRME0UYOEufE631IP_w2SGUeUuRes3hOLhx-GF_RKSM9ZkvAK7bkpGIcNth3G19c21ETrBuUZpzj/s1125/GOTA.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="750" data-original-width="1125" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguSncGYoVE5jhuwpE3Pa4fzjpIUNyneZEWCwpVDEZN0NZ6HeCUq4bO2l3mIVgrkuOCB-GkpnE3OXR8AYQ9jJZURC7DWqTENCOHovG6z3TO6ptTpRME0UYOEufE631IP_w2SGUeUuRes3hOLhx-GF_RKSM9ZkvAK7bkpGIcNth3G19c21ETrBuUZpzj/w441-h293/GOTA.webp" width="441" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>Era una gota tímida y desconfiada. Tintineaba en el borde una hoja verde y no se atrevía a saltar al vacío. Una rana se acercó sigilosa y ese leve movimento la precipitó hacia la charca donde nadaban cientos de renacuajos. Se fundió con las demás y se dejó llevar por el riachuelo hasta un hermoso lago donde se sintió intimidada ante la inmensidad. Se acurrucó junto a una piedra a la espera de que algo sucediera. El frío la atrapó durante el invierno congelándola junto a la orilla hasta que una bota humana rasgó el hielo y quedó adherida al empeine de piel. Caminó agarrada firmemente al húmedo calzado, viendo paisajes desconocidos, montañas nevadas, mares inmensos, cielos cargados de gotas miedosas como ella y conoció al radiante sol. Disfrutó de su nueva condición de gota viajera durante varios días. Junto al fuego de la chimenea se liberó finalmente del tejido y se dejó llevar por el aire hasta que el frío, de nuevo, la volvió líquida y se pegó firmemente al cristal de una ventana lisa. Allí vio nacer a muchas hermanas que provenían del vapor que emanaba de una olla de sopa que ardía en el fogón. </span><p></p><div><br /><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-70560294470544974752023-01-26T16:00:00.000+01:002023-02-02T13:17:16.336+01:00Descubrimientos<p>Se me ocurren mil cosas sobre las que escribir que pueden ser o no ser interesantes para el que llegue a este blog de motu propio o enlazado desde alguna red social. Supongo que mis visitantes o son personas que me quieren mucho y les gusta saber cómo va mi estado de ánimo, que suelo reflejar en mis escritos, o son personas que, por el contrario, solo llegan aquí para fisgar y tener argumentos para criticarme. A ambos grupos les doy la bienvenida y los invito a seguir. Como decía, se me ocurren muchas cosas sobre las que escribir que siempre se quedan en el tintero...</p><p>Una de ellas es sobre un descubrimiento que me ha venido sin pensarlo y que es difícil de interpretar por qué llega en este momento de mi vida. Es como mirar de soslayo una realidad a la que no estoy invitada pero que me incumbe muy profundamente y me hace replantearme si la brújula que me dirige está correctamente alineada con mi corazón. </p><p>Otra es mi novela... esa que comencé a escribir hace doce años y que decidió tomar las riendas de mi vida de nuevo hace un año. Me ha ido dirigiendo de una manera increíble hacia las realidades alternativas que voy construyendo internamente y que van dando vida a múltiples personajes que hablan, sufren, son felices, experimentan pérdidas y recobran las esperanzas. Una novela en la que mucha gente conocida tiene un papel aunque igual no sean tan reconocibles para sí mismos, porque he querido evitar los problemas que hablar de algunas personas en concreto podrían acarrearme, así que confío en que no llegarán a reconocerse en sus avatares. </p><p>A veces es un reto conjugar la realidad con la imaginación y llega un momento en que uno se confunde en si lo escrito pasó de verdad o solamente nació de un momento de inspiración clarificador.</p><p>Sin embargo los descubrimientos que me trae ese proceso han venido casi sin pensarlos y, me pregunto, ¿sería capaz de cambiar la realidad si en mis escritos proyecto mis deseos? Ese será mi nuevo reto para el año 2023: utilizar la capacidad infinita que tenemos los humanos para modificar la matrix hasta que se convierta en el lugar en el que queremos vivir, con las personas que amamos y facilitando la transición a la nueva realidad sin traumas. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyyJXFOoiQvFg1cCPR9DWoFgESDy7h8GxDo8fz6Jk5cptP0F5E4rqhaNq1fEUt4G46XVnAxniA9H5hKRYo9_3e9sE02UOW2bRLCkq59LungjtJyb5H_2_p1HIE_7lGGnI4bpruOqi0yML9-j4pFCG5gL-LBQ91r1FGmpl_WRBNjfoVFlBCdVK6GorA/s600/mariposa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="600" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyyJXFOoiQvFg1cCPR9DWoFgESDy7h8GxDo8fz6Jk5cptP0F5E4rqhaNq1fEUt4G46XVnAxniA9H5hKRYo9_3e9sE02UOW2bRLCkq59LungjtJyb5H_2_p1HIE_7lGGnI4bpruOqi0yML9-j4pFCG5gL-LBQ91r1FGmpl_WRBNjfoVFlBCdVK6GorA/w418-h272/mariposa.jpg" width="418" /></a></div><br /><p></p>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-61058101583682394302023-01-16T16:33:00.072+01:002023-01-16T16:33:00.185+01:00El paso de los años<p><br />Hoy me miré al espejo. </p><p>Parece que esta frase es una estupidez, porque todos nos miramos al espejo con frecuencia, ya que están por todos lados en nuestras casas, en las tiendas, en el coche...Sin embargo, si anoto esa frase así, aislada, es porque realmente hoy me he mirado al espejo, fijándome en lo que reflejaba y he visto el paso de los años.</p><p>Llevo dos días enferma, casi sin salir de la cama por culpa del típico resfriado invernal que nos arrasa la garganta y nos colorea la nariz de rojo de tanto sonarnos los mocos. He ido a trabajar, porque las pruebas de Covid y gripe que yo misma me he costeado han dado negativo y en Urgencias me indican que no hay placas en la garganta y no me dan la baja, así que haciendo un esfuerzo más que considerable, he cumplido mi jornada laboral tirando de un cuerpo que me pedía dormir más que otra cosa. Con voz de tabernero he hecho lo que he podido y he sobrevivido al esfuerzo.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNQpMUJaRlglSR57zUW6NI8MRKAP5sPtHDTt4fSYw5TtbUjktSqDJE49LJYkttvgKbawRZ0XxsDPXuPq-DdSludUCkQQXU8AVcQ_EVOWAGhD33YYop2VNklWJilKlsACAC70QcjvewsMmFoFk9_b6egfuF98ElZ-oXdSUFWUoHBhuqlTrvT6A4qQj_/s1110/WhatsApp%20Image%202023-01-16%20at%2010.55.38.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1110" data-original-width="759" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNQpMUJaRlglSR57zUW6NI8MRKAP5sPtHDTt4fSYw5TtbUjktSqDJE49LJYkttvgKbawRZ0XxsDPXuPq-DdSludUCkQQXU8AVcQ_EVOWAGhD33YYop2VNklWJilKlsACAC70QcjvewsMmFoFk9_b6egfuF98ElZ-oXdSUFWUoHBhuqlTrvT6A4qQj_/s320/WhatsApp%20Image%202023-01-16%20at%2010.55.38.jpeg" width="219" /></a></div><p></p><p>Pero me he mirado al espejo. He visto las bolsas en mis ojos, los párpados caídos, las arrugas en la frente, las inseparables raíces de mis canas teñidas, las cejas salpicadas de blanco y el rictus de una marioneta partiendo desde los laterales de mi nariz hasta mi boca. He visto como el tiempo ha caído sobre mi cara de repente, casi sin darme cuenta, de improviso y a traición. Y probablemente esto lo estaba viendo todo el mundo que me ve a diario, porque solo conocen el aspecto exterior de Irene, pero yo me miraba por dentro y sentía esa jovialidad que la confianza me regalaba desde que me quiero más. La menopausia tardía me daba la falsa sensación de que aún era joven y vivía como tal.</p><p>No es que me importe cumplir años, es más, me alegro de avanzar en esta vida que sé que es efímera. Es evidente que las pérdidas de los últimos años me hacen más consciente de la fragilidad de cualquier situación, por muy rutinaria que nos parezca. En un milisegundo todo puede cambiar y dejamos de ser quienes somos de una manera radical. Por eso no critico ninguno de los indicios del paso del tiempo sobre mi rostro. Pero sé que verlos, quizás de una forma diferente desde que mis ojos perciben las 3D y permiten intuir las profundidades (algo ilógico e incoherente al ser la imagen del espejo en 2 D) me hace repensar qué hacer con lo que me queda de vida. Bueno, empecemos por hoy. Claramente dormir, hasta que mi cuerpo se recupere del todo.</p><p>Y en el hoy que viviré mañana, y pasado y el otro...habrá que introducir cambios. Últimamente, cuando me reúno con mis hermanos mayores (que son a los que veo, ya que Bea vive lejos y es la única menor que me queda) hablamos de los riesgos genéticos que acarreamos en nuestro ADN familiar: que si diabetes, que si riesgos circulatorios, hipertensión, hipotiroidismo... Realidades incuestionables que hay que tener en cuenta. Milagrosamente enfermedades como el cáncer no son habituales en mi familia, algo que agradezco en el alma porque no hay enfermedad que me parezca más cruel para el ser humano que esa. </p><p>Partiendo de la predisposición genética a determinadas enfermedades, unidas a las que ya tengo desde hace años, toca tomar medidas tajantes para mantener cierta calidad de vida durante el tiempo que me toque seguir viviendo en este mundo ¿No? ¿Cuánto depende de mí? ¿Mucho, poco? Estas Navidades me vi obligada a renunciar a muchos de los típicos dulces que me pirraban. No sé cómo ni cuando se me desencadenó una alergia al sésamo que ha impedido que pruebe los mantecados, polvorones, hojaldrinas y hasta el roscón de Reyes. Ha sido un suplicio renunciar a tanta esquisitez y me he consolado con los turrones y mazapanes que no tenían esa semillita que tan mala me pone. Y bueno, he sobrevivido a las fiestas privándome de comer eso. Así que vamos a empezar tratando de alejar el azúcar todo lo que se pueda y, a continuación, si mi voluntad lo permite, los quesos curados que son mi segunda perdición. </p><p>Ayer hice un pacto con mi hijo y creo que lo cumpliré, porque sé que mi salud va a repercutir en la suya, y a veces somos así, hacemos por los hijos lo que no somos capaces de hacer por nosotros. Así que vamos a ver si logramos dar un impulso saludable a la forma de enfrentar las próximas décadas. </p><p>Hoy el espejo me dijo que ya no queda tanto para llegar a la meta, que el peso de los años está aquí y que solo quitando el peso de los muslos y el abdomen, consiga retrasar un poco el final que a todos nos llega. Es la carcasa, que se marchita, aunque por dentro siga siendo la Irene de siempre, con ganas de vivir y disfrutar de cada día (bueno, mejor mañana que hoy estoy chunga). ¡A por ello!</p><p><br /></p>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-19422990840464998882023-01-09T16:00:00.005+01:002023-01-09T16:00:00.166+01:00Lo que ven mis ojos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqXRxr2oh4QMvOkkBcJUb-PKp5Mv_l1acuoozxn025Xmuv60fnE1FQRfmR23DYpKNk4LXyG1M7yLOexueMKA-bTy_en-ukoCV6xteaTuHlEw_yiJU92ZQUO543lOUrK0EzboqYJIsdke3qg5y0yEU-TkZ-sdNH-Ky2ITu3U4H940yNwVBuAyzuv7TZ/s877/escleral.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="648" data-original-width="877" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqXRxr2oh4QMvOkkBcJUb-PKp5Mv_l1acuoozxn025Xmuv60fnE1FQRfmR23DYpKNk4LXyG1M7yLOexueMKA-bTy_en-ukoCV6xteaTuHlEw_yiJU92ZQUO543lOUrK0EzboqYJIsdke3qg5y0yEU-TkZ-sdNH-Ky2ITu3U4H940yNwVBuAyzuv7TZ/s320/escleral.jpg" width="320" /></a></div>Hoy quería volver al título de mi blog en lo que se refiere a mis ojos. Los que me han leído alguna vez saben que desde hace muchos años tenía problemas de vista y con dificultad me apañaba con la visión plana que me proporcionaba mi ojo derecho. El izquierdo solía agazaparse dentro de mis párpados inútil ante la vida cotidiana. Y así me acostumbré a vivir. <div>Tras muchos años conviviendo con el dolor que la operación de miopía me había provocado, desarrollando la ectasia corneal, decidí dar el paso de aceptar la córnea que algún generoso donante me regalaría cuando ya no la fuese a necesitar. Y confié, pero no sirvió de mucho. Bueno, sí, dolor se incrementó mientras los puntos de la sutura estaban pero fue desapareciendo. Tras esta experiencia fui consciente de que no parecía que la córnea nueva fuera a devolverme la vista en el ojo izquierdo, lo cual era bastante aterrador en cuanto a que el derecho podrá sufrir la misma suerte en cualquier momento. Así que indagué hasta descubrir las lentes esclerales. Durante un tiempo me funcionaron pero no me resultaban muy cómodas, por lo que no tenía muchas esperanzas de ver en tres dimensiones. <p></p></div><div>Han pasado muchos años y un día del año pasado, compartiendo viaje en un blablacar conocí a una chica que me dijo que trabajaba en un centro óptico pionero en Sevilla. Le prometí que en cuanto tuviera la posibilidad iría a investigar si mi tuertez tenía solución.</div><div>Y ¡vaya si la tenía!. Cuando me probé la lentilla esclerar con la que ellos trabajaban mi mundo dio un giro total. Mi cerebro, loco, no era capaz de interpretar qué estaba pasando porque, de repente, pasé de la oscuridad a la más bella luz. Todo era níntido, con los dos ojos, había profundidad, volúmenes... Todo cambió a medida que aceptaba que la imagen estaba desdoblada y había que unirlas en una única.</div><div>Y así estoy hoy, probando durante muchas horas la lentilla que me ha devuelto la vista al 100%, la que me permite volver a mirar de reojo por la parte izquierda y que me evita golpes cotidianos por no saber calcular las distancias. Decir que estoy contenta es poco. Sé que pocos de los que me leen podrán entender la sensación que se produce cuando tras más de 20 años vuelves a ver todo como realmente es. El subidón es increíble. Ahora solo debo desear que la adaptación a mi ojo de este milagro sea el adecuado y no quede todo en un espejismo. </div><div>Así que como los ojos físicos ya ven, daremos prioridad a todo aquello que los ojos internos nos enseñan y nos cuesta ver. No descuido esa parte y cada día que pasa le voy encontrando sentido a todas mis vivencias, hasta a las que me han hecho daño. Feliz vuelta a la rutina. Feliz 2023. Este lo veré de otro modo ¿No dicen que todo depende del cristal con que se mire? Pues por fin encontré mi cristal y lucharé porque todo lo demás cada vez sea más claro. </div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-54353386724969649912022-12-31T19:08:00.003+01:002022-12-31T19:14:49.782+01:00El ocaso<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYTEg26liOtHyHaa8t4jOa7bIAmfJ0BbrmpZK_t7ZLReJu7PWEkmSw3Gcs7fF5KlF67vg5XD1rLK1xJYBFsQcGN70SYf0ijcj1x5wU9DdyZGuEhefy-y3BaKN1IWZIQkSu6iSvuHPNs9vdj8fF9xM0WiyNmLQSIYVmE01AexNwnlzuI2ulIryF2HzY/s1600/WhatsApp%20Image%202022-12-31%20at%2018.39.24.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="738" data-original-width="1600" height="186" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYTEg26liOtHyHaa8t4jOa7bIAmfJ0BbrmpZK_t7ZLReJu7PWEkmSw3Gcs7fF5KlF67vg5XD1rLK1xJYBFsQcGN70SYf0ijcj1x5wU9DdyZGuEhefy-y3BaKN1IWZIQkSu6iSvuHPNs9vdj8fF9xM0WiyNmLQSIYVmE01AexNwnlzuI2ulIryF2HzY/w402-h186/WhatsApp%20Image%202022-12-31%20at%2018.39.24.jpeg" width="402" /></a></div><br />Hay días en la vida que uno no quiere que lleguen nunca. Son los días que marcan el final de alguna historia bonita, ya sea de amor, amistad, laboral o muy personal. Y esos días marcan para siempre, porque los inicios y los ocasos del día son los momentos más bellos, los que empujan al observador a reflexionar sobre los dilemas vitales, lo que nos hacen ser distintos y los que se recuerdan. Y las rupturas forman parte el ocaso de la realidad del amor. <p></p><p>Acaba un año, 2022, con sus luces y sus sombras, un año en el que trataba de renovarme cada amanecer, insertando ilusión a cada cosa que me tocaba hacer. Algunos sueños se hicieron realildad, como trasladar la ventana al pasado que rescaté de la casa de mi madre, o la prácticamente recuperación de la visión de mi ojo izquierdo y recuperar las 3D. Quizás mis ojos, esos que dan título a mi blog, ya ven mucho más de lo meramente físico y toca tomar decisiones duras, de esas que rasgan el alma en lo más profundo, de esas que desbaratan los sueños y las muchas ilusiones que aún no se cumplieron.</p><p>Y hoy 31 de diciembre es el fin de un año de doble dígito 22, una secuencia numerológica que, en mi caso, siempre ha estado relacionado con los gemelos. Y con el alma gemela, esa que está ahí aunque nunca te pertenezca, esa que te completa en la distancia y el en tiempo, esa que vive sin saber que lo es.</p><p>Y ahí se queda todo en el 22, un año sin un paso más en un sueño que sé que no se cumplirá porque cuando las almas siguen dormidas se dejan guiar por los pactos tóxicos que hicieron y no reaccionan. Y mientras, la vida sigue, continúa de camino hacia su propio ocaso y miras a tu alrededor y te das cuenta de que te vas quedando solo aunque estés rodeado de personas, porque están quienes no quieres y no están los que sí quieres que estén. </p><p>Y no llega la explosión que arrastra al cambio, porque los miedos encadenan la voluntad. Y se acaban las lágrimas porque todas las apuestas acabaron en cero. </p><p>Adiós a 2022, adiós a todos aquellos que quedaron en la cuneta de mi vida, Deseo que 2023 renueve las ilusiones y que consigamos que más sueños se conviertan en realidad. Empieza un nuevo amanecer.</p><p><br /></p>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-87833208713129223292022-08-18T00:26:00.001+02:002022-08-18T00:31:39.179+02:00Mis 55<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjT5YKBi5EApI0Q4ZgnTUySEfXYH1B380x3ycG31zeWc3GhAWO9Q9m4Kqbl-e7CJaMsFETRItCUKKkyAATT4D5THzu0Ew6LaLSTTV9Yq6QjmK6pHmYCgWayHs_EYtEpcfyJxoHMthFh0kk/s1600/1660775199679448-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</a>
</div>Destrozar un lienzo en blanco cuando la mente es un caos de ideas desorganizadas pugnando por recolocarse para expresar algo coherente, es una responsabilidad importante, por mucho que el tapiz de mi escritura sea virtual y exista la opción de borrarlo todo y dejarlo igualmente impecable. Pero le vamos a dar la oportunidad a mis ideas de ir saliendo una a una porque hoy es un día importante. Siempre lo es cuando cumplo años y es bueno que me pare a reflexionar un poco sobre mi vida. <div>Este año ha sido duro. Las pérdidas han dolido en el alma y he tratado de reconstruirme porque necesitaba ser fuerte y pilar de otras vidas cercanas. Siento que ahora camino más sola pero menos miedosa y reconozco que tras los palos añadidos parte de la Irene que era, dejó de ser.</div><div>Sé que es momento de cerrar ciclos que comenzaron hace décadas, despedirse de personas en vida porque los caminos tienen que separarse necesariamente para que logremos cierta sensación de felicidad y libertad. Se dio mucho y se agotó todo.</div><div>He llegado a la cifra sin retorno. Hasta ayer si invertía las cifras de mis años podía imaginarme más joven al jugar con los números. Hoy entré en los 55 y ese juego ya no vale. Voy camino de la madurez, antesala de la ancianidad y es momento que retome las riendas de mi vida sola. </div><div>Mis hijos casi vuelan solos y el nido se está vaciando casi sin darme cuenta. Y es cuestión de tiempo, de poco tiempo, que deba acostumbrarme a una vida distinta: tiempo para reencontrarme conmigo misma con mis amigas con mi novela, con mis reflexiones. Porque esto de la vida va tan deprisa que no queda tiempo para perderlo. Feliz cumpleaños a mí misma. Bienvenida a la nueva vida.</div><div><br></div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-19704814602460223992021-12-25T02:17:00.001+01:002021-12-25T02:17:37.943+01:00La peor NochebuenaHa llovido a mares y he vuelto de llevar a tus sobrinos a Sevilla. La manta de agua se abría a mi paso como el telón de un gran teatro en el que podía ver las cincuentaytantas Nochebuenas anteriores: cuando éramos niños y en el gran salón de mármol y azulejos azules del Colegio donde vivíamos, tocábamos la pandereta frente al portal de Belén que montábamos cada año; las que pasamos en plaza del Giraldillo cuando no te tocaba trabajar. Risas, chistes, fotos y hablar horas y horas. <div>La del año pasado se nos fastidió por un malentendido y era la última de nuestra lista de Nochebuenas juntos.</div><div>Y aunque llovía a mares mis lágrimas han ganado a las gotas que corrían en carrera por el parabrisas. Porque el alma se me ha partido como nunca y el vacío que se ha quedado jamás se rellenará con nada. </div><div>He comprendido mucho más de mí misma con tu partida, pero necesitaba la conexión actual, hablar más contigo de todo ello y que los descubriéramos juntos. </div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-71998987249604660242021-10-21T10:07:00.001+02:002021-10-21T15:47:24.958+02:00Poemas de después<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTbKGJuLeNAxkKpp7qm060A59vBAjRjtNPXhN_k3STvFbyecVSMh4zglYphdB2iwGSk3tuxJbnPa1zdhB33SVtKIIFCzEs1XFAxh3he_JGFqYbIqU24t82KurXBXhi3Xuzn1JyVsaV9Y4/s1600/1634810880350530-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</a>
</div><u><b>Inmortalidad</b></u><div><br></div><div>Que brote la lava de mi alma,</div><div>que arrastre el dolor de mi pecho</div><div>y las burbujas ardientes</div><div>barran al olvido la pena de la ausencia.</div><div><br></div><div>Y cuando el frío llegue</div><div>y vuelva roca los despojos del dolor</div><div>construiré una estatua eterna</div><div>sobre la base de la tierra herida.</div><div><br></div><div>Lamo mis heridas y escuece.</div><div>Enjugo mis lágrimas a solas</div><div>y espero que las almas inmortales</div><div>se reencuentren en los sueños.</div><div><br></div><div>Cierro mis ojos muy fuerte</div><div>y buceo incansable en mis recuerdos.</div><div>Y busco y encuentro un haz de mil luces</div><div>que me conducen al infinito.</div><div><br></div><div>Y allí estábamos nosotros,</div><div>cabalgando monturas que no están</div><div>y renacieron en mi mente</div><div>para que nos encontrásemos de nuevo.</div><div><br></div><div>Y volvimos a ser felices</div><div>durante el tiempo que florece</div><div>una efímera pompa de jabón</div><div>luminosa, brillante y etérea.</div><div><br></div><div>Y despertar de ese sueño</div><div>regó de esperanzas mi vida</div><div>¿habrá más sueños, más recuerdos</div><div>que te acerquen a mí?</div><div><br></div><div>Somos la frágil brizna que vuela</div><div>tras vivir agarrada en suelo seco,</div><div>esa que valoraba el pobre nutriente</div><div>como el manjar imprescindible</div><div>y que al volar observa</div><div>que hay mil prados donde nacer,</div><div>más verdes, más ricos y dulces,</div><div>y el desierto solo fue un paso más.</div><div>Habré de regar de amor mis raíces</div><div>para reverdecer mi erial en paraíso</div><div>mientras espero, confiada,</div><div>que el próximo viaje será mejor.</div><div><br></div><div><u><b>Lo que ya no vuelve</b></u></div><div><br></div><div>Volverán las primaveras</div><div>a sonreír en mi ventana,</div><div>y quizás mis labios</div><div>jueguen a imitarlas.</div><div><br></div><div>Volverá el sol</div><div>a calentar mi alma fría,</div><div>y quizás sienta </div><div>que el corazón late.</div><div><br></div><div>Volverá la luz</div><div>a iluminar los senderos oscuros,</div><div>y quizás vea</div><div>aun con los ojos cerrados.</div><div><br></div><div>Volverá el amor</div><div>a llamar a mi puerta,</div><div>y quizás viva</div><div>para poder reconocerlo.</div><div><br></div><div>Volverán los amaneceres</div><div>a anunciarnos esperanza,</div><div>y quizás me despierte</div><div>a una nueva realidad.</div><div><br></div><div>Pero las primaveras</div><div>ya no serán tan verdes,</div><div>ni el sol tan cálido,</div><div>o la luz tan brillante.</div><div>Cuando el amor me llame,</div><div>no llenará los vacíos</div><div>y acabaré viviendo</div><div>un eterno atardecer...</div><div><br></div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-53103764279008440842021-09-22T23:13:00.000+02:002021-09-22T23:54:31.380+02:00No vale decir hasta nunca<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTbdvYqAkjSjJtg3359uzHu4bfF0psk-DGxot9yA6kFzks72lp2ScwhuhPhByebdP4b4OtavvEratAEf4CWyXk1JgmobGPlkldLpHxgr8xovZQIYarCtFA6TKjFFHZa1BTHl7fqVhqdqE/s1600/1632347663286932-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</a>
</div>Hoy vi tu cuerpo por última vez. Pocos minutos después eras humo y cenizas que quedaron en nuestras manos.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDeJdiAqbDtn_R9e8NVUiLhqaJ7aVUaUJqeDqvAdSnYPKVAtaCprtmMqhnZGmgrtwJ7FCovHNaV_yxaquCems4XXy4WHmVoUQxePcojE4Hwcl_B588FBy_k6GnDfu-IdAtXQ5iJnFwRS4/s1600/1632347659471852-1.png" width="400">
</a>
</div><div>Y tu ser... voló la noche del domingo y hoy se ha diluido entre las lágrimas de cientos de familiares y amigos que hemos ido a despedirte. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div></div><div>Has quedado impreso en nuestros corazones para siempre, porque, Álvaro, eras nobleza, gallardía, caballero andante, fuerza y honor.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div></div><div>He perdido al hermano pequeño, al adolescente intrépido, al adulto responsable y al motorista apasionado. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div>Te has marchado joven, como siempre sospechabas, dejando una huella imborrable reflejada en tus hijas.</div><div>Nunca imaginé tener que despedirte, porque al igual que los padres no deberían despedir a sus hijos, ningún hermano mayor debería tener que decirle adiós al pequeño. </div><div>Atrás quedará el niño rubio que me acompañaba vestido de flamenco, el rocker ochentero que enamoraba a mis amigas por la simpatía y por esos ojos verdes heredados de papá, al adulto que, como buen vecino, pedía y prestaba las más que variadas cosas.</div><div>Echaré de menos esos audios de WhatsApp que me mandabas porque eras puro ímpetu y de uno a otro podías decir dos cosas diferentes y aún así ser coherente...</div><div>No quiero decir adiós, porque en mi fondo sé que nos volveremos a encontrar, aunque sea con otra carcasa, en otra época, o simplemente como seres etéreos. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div></div><div>Me dirías que estoy majara, pero quizás ahora, que eres llama viva en nuestros corazones, estés de acuerdo conmigo. </div><div>Háblame en sueños, hermano. Háblame antes de marcharte de este plano; que sepa que estarás bien y que pronto verás la esencia de nuestros padres y de tu tocayo que ya volaron hacia esa otra dimensión.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div></div><div>Es ahora cuando quiero creer en casi todas las religiones y creencias para pensar que estarás volviendo a la casa de las almas, o yendo al cielo cristiano, aunque igual ahora te iba más lo del harén, puesto que esperemos que tardes mucho en reencontrarte con tu gran amor que se queda con nosotros.</div><div>En cualquier caso quiero sentir y pensar, querido Álvaro, que tu viaje al más allá será grato y que no nos echarás de menos al entender que esto es algo transitorio y que, como en muchas de aquellas temporadas de viajes, tardaremos en verte, pero ese reencuentro llegará para todos.</div><div>Un abrazo enorme, querido hermano, siempre habitarás en mi corazón. Te quiero</div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-48139966876079419162021-07-21T02:39:00.000+02:002021-07-21T15:27:50.934+02:00Vacío<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div>El alma se me ha quedado vacía. Vacía de sentimientos, vacía de sueños e ilusiones; ya no me quedan poemas, ni palabras que expresen lo que siento, porque todo ha dejado de ser importante para mí.<div>Quisiera volver a mirar desde dentro todo lo que me rodea, pero no me sale. En algún momento se apagó la llama que me hacía disfrutar de esa búsqueda de palabras que expresasen esas emociones que me embargaban.</div><div>Quizás todo pasó cuando perdí el amor de mi madre, ese que recibía sin tener que hacer nada. O por perder a personas importantes para mí que ya nunca volverán llevándose aquella sensibilidad que impregnaba mis escritos.</div><div>Pero lo cierto es que ya no me reconozco. Perdí mi fuerza como Sansón al renunciar a luchar por mantener mi sitio, mis proyectos y mis ganas de avanzar.</div><div>Ojalá volviese el tiempo atrás, quizás debería soñar que muy muy atrás, para rectificar todos los errores cometidos; sí, esos errores que me hacen ser quién soy ahora y ya no me gusta ser quien soy.</div><div>De verdad, se me ha secado el alma y ya solo soy un cuerpo que sobrevive sin sentir, porque si se lo permito debería luchar y ya no me quedan fuerzas, ni ganas...</div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-49019177643749409102021-04-26T23:56:00.000+02:002021-04-27T00:00:05.504+02:00Dos décadas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div>No hay declaración de amor más potente que la que se le dedica a alguien que surgió de tus entrañas. Ni regocijo más emocionante que la sonrisa de ese bebé, ese niño, adolescente o incipiente adulto en el que se convierte tras dos décadas de vida. <div>Pero tampoco hay dolor más intenso que el que se siente cuando ves enfermar, alejarse, perderse en la vida o sufrir a ese ser al que pariste con una ilusión tan infinita que le prometiste protegerlo desde ese primer instante y hasta el último aliento de tu propia vida.</div><div><br></div><div>Y sé que no hay palabras humanas o divinas que puedan describir de una manera real el cúmulo de emociones que implica querer a un hijo siempre, haga lo que haga, te diga lo que te diga, por muy doloroso que resulte, aunque dejes de reconocerlo, porque no ha existido ningún escritor en la historia que sienta como yo siento y por quien yo siento.</div><div><br></div><div>En dos décadas hay tiempo para acertar, para equivocarse, para orientar o desentenderse; tiempo para compartir o ser independientes; para conducir o para dejar volar. </div><div>Y habrá habido más aciertos que fallos; o al revés, habré errado más veces porque en dos décadas nadie me dio el libro de instrucciones de mis hijos y fui probando y fallando todos los días.</div><div>Y llega el vigésimo aniversario de mi segunda experiencia en la maternidad y, tras un año muy duro, me siento feliz porque pude cumplir como madre: materialmente, a pesar de mis pocos recursos; emocionalmente, a pesar del desconocimiento de algunas realidades, terroríficas, que enfrenté; amorosamente, porque se perdona todo, se dan todas las oportunidades que existen en un corazón sin fondo...</div><div>Y repito, no hay palabras, y aún así trato de buscarlas para plasmar con ellas el amor que siento.</div><div>Y ya, de camino, felicito a mi querido hijo Ricardo Miguel, Riki en familia, por sus 20 años. Te quiero, hijo.</div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-47630185005131935042020-09-15T21:57:00.000+02:002020-09-15T22:04:57.482+02:00DeshumanizaciónHa pasado más de un año desde la última vez que escribí una entrada en este blog y hoy, tras muchas vivencias pasadas he sentido la necesidad de volver a expresarme a través de este vehículo.<div>La vida ha cambiado tanto en este año para mí, que, de repente, vivir un cambio colectivo tan impactante como el horror de esta pandemia, descalabra cualquier sueño, cualquier proyecto, todos los planes posibles...</div><div>Y hoy, a punto de reiniciar la actividad escolar a tiempo completo en el curso del Covid, he de reflexionar sobre los infinitos cambios que hemos introducido para 2020/2021.</div><div>Porque lamentablemente ha llegado la deshumanización global.</div><div>He llorado profundamente la falta de abrazos de los últimos seis meses, el no poder besar a mis amigos en los reencuentros, no poder susurrar al oído los sueños, ver la sonrisa en los labios de las personas a las que quiero o simplemente ver al ser humano con el que interactúo en mi día a día.</div><div>Pero mucho más impactantes han sido para mí los dos primeros días del curso. Niños ordenados, secuenciados como si fueran las cadenas del ADN del virus, separando los corazones y apagando las sonrisas tras filtros, coloridos o no, que abortan tanto las risas como la tristeza. </div><div>Ya no puedo saber si un niño está triste, porque la riqueza de la expresión facial ha sido robada con alevosía de la nueva infancia. Tan duro ...</div><div>Me dicen que para los niños eso llegará a ser normal, pero no sé si eso me da más miedo.</div><div><br></div><div>Los he visto jugar a los relevos en un patio falsamente fragmentado con conos que representan muros de burbujas. Suena hasta poético, pero no deja de ser el aislamiento de cada niño del resto de sus compañeros de cole. Ya solo pueden jugar con los de su clase, y si quieren correr debe ser siempre con la boca tapada. Y no se puede beber en las fuentes del patio, por lo que la botella de agua se ha hecho perpetuamente presente si no se quiere sucumbir a la deshidratación.</div><div>Y ha sido curioso observar como ya no veo pájaros posados en los alrededores del patio. Antes estaban expectantes a los recreos, a ese patio que quedaba repleto de miguitas de pan sobre la que saltaban las aves en el momento en el que no había nadie. Ahora los niños comen en el aula antes de salir, porque al salir deben llevar las mascarillas. Ya les había tenido que resultar raro a los pájaros de siempre esas vacaciones a destiempo y tan sumamente largas. Probablemente ya no están porque han emigrado a otra zona de Sevilla.</div><div>Hoy ha sido muy difícil contener las lágrimas al ver como esta pandemia está robándole a estos niños y niñas una infancia normal de verdad.</div><div>Ya nadie tose, ni se atreve a estornudar aunque solo sea porque una pelusa de la mascarilla se coló en la nariz. </div><div>Todos tratamos de imponernos una disciplina casi de película de terror, sin atrevernos absolutamente a nada que no esté recogido en los protocolos, que se deben de readaptar a medida que la realidad se va mostrando, tan cruel, tan implacable...</div><div>Casi no reconozco mi vida y es muy complicado readaptarse con mi edad a todas esas nuevas cosas que tenemos que empezar a hacer y sobretodo, lo más duro de todo, tener que dejar atrás aquellas cosas que siempre hacíamos.</div><div>Hace pocos días empezó un programa de talentos en la tele. Me llegaron algunos fragmentos del mismo por mis redes sociales y decidí ver ese programa que nunca antes veía. </div><div>¿Por qué ahora, pensé? Y la razón fue que en aquel fragmento pude ver muchas risas, a mucha gente abrazándose y besándose, no había mascarillas ni distancia de seguridad...y me invadió tal nostalgia que quise embriagarme de esa "antigua normalidad" viendo el programa entero, a pedacitos, como en pequeñas dosis, regalándome esas muestras de afecto, esa cercanía entre los seres humanos, como si fuese una droga emocional.</div><div><br></div><div>Cuando se decía esa manida frase de que no se valoran las cosas hasta que se pierden, no éramos conscientes de la dimensión que dicha frase podría tener para las cosas más sencillas y que antes ni se cuestionaban. Y nos ha venido de pronto, a porrazos brutales, esta nueva vida.</div><div>Y pienso que de haber pasado estando viva mi madre habría sido aún peor, porque el miedo a perderla, o a contagiarla, habría sido terrible. </div><div>Pero entre otro de los grandes cambios de mi vida está esa gran pérdida que pasó poco antes de aquel encierro. Mi madre se marchó como una señora, sin ruido y a tiempo de no ver este nuevo mundo, muchos más horrible que el anterior. Tuvo su despedida, tres despedidas en realidad, y permitió que los que seguíamos enganchados a su amorosa falda, nos tuviéramos que despegar para volar y afrontar todo lo que vino poco después...tan oportuna.</div><div>Ha llegado la nueva normalidad, y la estoy odiando cada día que pasa, porque no puedo dejar de llorar por todo lo perdido, por todo lo que veo, por las infancias robadas, las muertes en soledad, la ausencia de abrazos y besos, de darle la mano a un extraño y detectar su personalidad si te la aprieta fuerte o no. Esos detalles que no sé si llegarán a volver algún día. </div><div>Nos estamos deshumanizando y siento que no llegaré a tiempo de ver de nuevo a la humanidad tal y como era antes, a veces odiosa, pero en general, maravillosa.</div><div><br></div><div><br></div><div><br></div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-4495890059889533222019-06-27T18:42:00.001+02:002019-06-27T18:49:39.289+02:00Finales deseados o principios inciertos<p dir="ltr">Llega el final del curso.  Un final deseado, porque el curso no fue lo que quise que fuera. Muchos momentos para olvidar, mucha lucha interior para soportar, mucha paciencia para sobrevivir...<br>
Acaba un curso más, quizás el más anodino de todos los que he pasado en ese colegio. Me ha faltado emoción, interacción, ilusión, comprensión, y solo he notado el aislamiento, la falta de empatía, la soledad...<br>
Y encaro el verano sin saber muy bien qué voy a hacer, como si todo fuese una espera para no sé el qué, porque no hay ningún destino, ninguna compañía, ninguna ilusión...<br>
Será un verano más en el que poco se hará realidad, en el que engañarme cada mañana pensando que el día me regalará momentos agradables pero que al final serán momentos cotidianos sin ninguna experiencia que recordar. He dejado de ser fuente de unión, de conducir las reuniones y he descubierto que simplemente estoy sola, y que es así cómo debo aprender a vivir porque los hijos vuelan, el matrimonio hace mucho que se rompió y no se recuperará jamás, porque el amor es efímero, inalcanzable, cobarde, sin futuro...<br>
El nido se vacía en muy poco tiempo y me empieza a pesar. Tocan sacrificios para sacar adelante a los polluelos... pero no puedo decaer de ninguna manera. <br>
Creo que he perdido todas las apuestas que hice y no sé si llorar u olvidar. Me puse sobre los hombros cargas que no me correspondían y ya parece que nunca jamás saldrán de mí. ¿Me lo merezco? Si yo no sé eso cómo voy a responder a esa pregunta.<br>
Dicen que mañana hará mucho calor y solo quiero pensar en que arderé y como el ave fénix podré renacer de mis cenizas fortalecida y con una nueva ilusión. <br>
Empezaré yendo a la presentación del libro de un amigo a ver qué me dice la vida. Se llama "El reflejo de la Diosa" y creo que me dará respuestas que busco...</p>
Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-48732985468994245002019-05-01T16:28:00.001+02:002019-05-01T16:45:04.081+02:00Reflexiones tras una década de blog<p dir="ltr">Hace diez años que decidí abrir este blog cuando ni yo misma sabía para lo que servían porque empezaban a popularizarse. <br>
Y aún así creí que sería una buena forma de continuar con mi costumbre de escribir mis reflexiones pero de una forma más moderna ya que normalmente los folios acababan entremetidos entre las hojas de libros y cuadernos y se acababan perdiendo. El blog, de fondo rosa porque así sentí que debía ser, se ordenaba solo y la evolución quedó guardada en esa nube virtual que nadie sabe dónde está.<br>
Sin embargo cuando hoy reviso las entradas que he publicado desde aquel julio de 2009 soy consciente de cuánto he cambiado en esta década y de cuánto se ha quedado congelado en el tiempo de aquella Irene. <br>
Y no soy ni mejor ni peor. Porque todo se ha ido compensando en mí. Quizás se me notan más canas o la piel está más arrugada, pero interiormente me siento más fuerte que nunca, me acepto y me quiero como soy y olvidé la mayor parte de mis inseguridades.<br>
Así que el resultado de esta evolución interior ha estado siempre guardado en estas palabras que de alguna manera llegaron en un momento dado para sobrevivirme y, quizás, para ayudar a quienes me pudieran leer.<br>
Las etapas en estos diez años se han ido sucediendo tal y como marca la vida, y he llegado a este puerto con un cargamento de nuevas experiencias. He sufrido, he llorado, he reído, me he enamorado, he esperado y desesperado, y,  sobre todo, he aprendido a vivir en el presente como la única realidad verdadera.<br>
Durante este camino he conocido a personas nuevas que han llenado mi vida de ilusión, me he despedido de amistades de toda la vida por la misma razón que antes enuncié: cuando el ahora con determinadas personas nunca llega, aunque lo intentes una y otra vez, es quizás que hay que dejar ir y avanzar sin esas mujeres y hombres que ya solo formarán parte de tus recuerdos.<br>
La vida en estos 10 años (aunque englobe a los últimos 50 también) me ha demostrado que quien es importante para mi evolución personal acabará apareciendo de una u otra forma y la experiencia se convertirá en una nueva lección para la maleta de vivencias...<br>
Por eso también aprendí a dejar de preocuparme, aunque a veces recaiga, y a ocuparme de las cosas a medida que <u><i><u>estas</u></i></u> aparecen frente a mí. He recuperado a personas que creí perdidas para siempre y he comprobado que el perdón es la energía más sanadora, tras el amor.<br>
A veces lamento no dedicarle más a la escritura pero me sumerjo en la cotidianidad y dejo pasar el tiempo como si este fuese infinito, cuando no lo es. Y dejo de contar historias que mi mente conoce y sabría compartirlas pero no me pongo.<br>
Llevo un tiempo imaginando una historia ambientada en la Escuela de Traductores de Toledo fundada por Alfonso X en la que un joven Juan Manuel conoce a la hija de un traductor árabe de la que se enamora y que inspirará a este a escribir El Conde Lucanor. Ahí está, a medio camino de la nada, y no sé si algún día pasaré de la descripción que hice de Toledo en aquella época (o al menos el que yo imagino).<br>
También dejé a medias mi novela de siempre, la del amor que reencarna una y otra vez en dos almas que se reconocen y despiden vida tras vida. Pero cuando llega el momento de matar a mis personajes opto por dejar de escribir, como si eso los librase una vez más de la muerte por lo que llevo escritos muchos capítulos que no llevan a ninguna parte en tanto no llegue a enlazar todas las historias en un solo hilo conductor...<br>
Y así, proyecto tras proyecto, mi sueño de escribir algo verdaderamente bonito se apaga y solo me queda este blog para escribir algo, preferentemente absurdo, de vez en cuando...<br>
Diez años no es nada, o eso dicen, pero yo puedo decir que sí es algo... Son casi 300 entradas en las que he ido desgranando quien soy y como puedo ver la vida desde mi interior. <br>
Ya el nombre del blog indicaba que no era mi intención mirar con los ojos físicos, que irremediablemente me conducen a la ceguera, sino mirar la vida desde dentro, con una percepción más"cardiaca", más emocional y emocionante. <br>
Y creo que eso sí lo he logrado porque a veces, conectar la escritura con el corazón ha hecho que me convierta en mi propia pitonisa ya que a veces, al releerme, he comprobado cómo me estaba mandando mensajes al futuro y que cosas que antes no comprendía cuando fueron escritas, después eran descodificadores de mi realidad. E impacta mucho más cuando eres tú misma, desde el pasado, la que te da las claves.<br></p>
Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-29818767345953381532018-08-19T11:22:00.001+02:002018-08-19T11:22:33.854+02:00Abrumada no... Lo siguiente <p dir="ltr">He utilizado una expresión que me da una mijilla de coraje como título de este escrito.  Pero es que realmente expresa lo que siento. Y es que ayer, día en el que cumplí 51 años, los mensajes que recibí deseándome felicidad y buenaventura superaron con creces todas mis expectativas. Y no solo por el número de personas que durante unos segundos, minutos u horas me prestaron atención sino por el contenido de algunos de esos mensajes, comentarios, llamadas telefónicas o charlas. Fueron realmente bombas emocionales que me llegaron a lo más profundo del alma. <br>
Y hoy, en plena resaca emocional solo se me ocurre lanzar un GRACIAS al universo por hacerme tan afortunada. Porque como decía ayer soy rica por los amigos que tengo, pero también por ese gran grupo de antiguos alumnos que a veces me sonrojan con sus recuerdos sobre lo que signifiqué para ellos como profesora, y que siempre me hacen soltar lágrimas de emoción. Y por mis antiguas compañeras de la infancia, o amigos de la universidad. Locos que comparten mis aficiones de lectura, ocio, evolución espiritual, dietas, juergas, paseos por la sierra, hermanos y hermanas de sangre o de vivencias, familia de diario o de la que vive conmigo a través de las redes sociales... Es tal el amor que se puede llegar a sentir de esta manera que no puedo sentirme avergonzada de ser una fiel usuaria de las redes sociales.<br>
Porque aunque puedan ser objeto de críticas por el hecho de airear mucho de cada uno, la generosidad de mis amigos virtuales permite que sobrevivan relaciones que podrían haber desaparecido de mi vida hace muchos años. Y al final de este recorrido he entendido que todas y cada una de las personas que están en mi vida, tanto a diario como ocasionalmente en trato personal o virtual, han aportado experiencias a mi existencia. Y antes o después encuentro en cada una de estas personas que me regalan sus experiencias un aprendizaje, aportan alegría cuando estoy triste, reclaman una ayuda que puedo aportarles, evolucionan a la par que yo. <br>
En una estimación aproximada más de 250 personas me dedicaron ayer su tiempo y me transmitieron su cariño por lo que por muy larga que sea esta entrada no llegaré a expresar con palabras la intensidad de lo que siento. A todas y a todos solo me resta deciros que os quiero mucho porque cada palabra que me dedicasteis agranda mi corazón y realmente cada deseo de felicidad que me regalasteis se ha multiplicado en mí y SOY MUY FELIZ. GRACIAS INFINITAS. <br>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3bpDvFIanP0eqabZqg7ZjcaHxuPGjim-IHO-Soj-KiKzBHu6dvISkutp0VubCw0PNyr32O2X0iTsV-yjKBSi00FDLEzQj45mzIRDXgi5DI0oWfIaeg_I05AVj2lDl0fWEpQD4mhp693g/s1600/IMG_20180818_204738.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"> <img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3bpDvFIanP0eqabZqg7ZjcaHxuPGjim-IHO-Soj-KiKzBHu6dvISkutp0VubCw0PNyr32O2X0iTsV-yjKBSi00FDLEzQj45mzIRDXgi5DI0oWfIaeg_I05AVj2lDl0fWEpQD4mhp693g/s640/IMG_20180818_204738.jpg"> </a> </div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-82389164897526483172018-07-26T01:18:00.001+02:002018-07-26T01:20:03.334+02:00En mis sueños <p dir="ltr">Esos demonios que te invaden cuando ves la vida pasar ante ti y sigues anclada a una realidad que no es la que deseas. Esas ilusiones que se sueñan cada noche y se desvanecen al amanecer. Esa fantasía utópica que emerge de unos ojos que te esquivan, o te buscan, o te anhelan, pero se cierran inevitablemente... <br>
Esa lejanía intocable que los dedos solo rozan en la imaginación porque las barreras de la realidad son traslúcidas pero inquebrantables. Lo ves, pero no te dejan sentirlo. <br>
Cuando llegue la hora de despertar no quedarán las sombras de los sueños soñados y olvidados. Quedará la sensación dulce y amarga, de lo que pudo ser soñado aunque no se traspasase la frontera de la conciencia... </p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZjMXWiAev3mYSwq_5GpQ-NUKn281cIE-Je3qNh7qY8YqTi2G4lc5NigaZuVB30o9PPRYSN-Vg6z82tZzTZk1wC8jCLRFYmynMJ9075GRVBkg6izjKqJQGp4tT3AW0stW8zmzpl37YMpA/s1600/Significado-de-los-sue%25C3%25B1os.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"> <img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZjMXWiAev3mYSwq_5GpQ-NUKn281cIE-Je3qNh7qY8YqTi2G4lc5NigaZuVB30o9PPRYSN-Vg6z82tZzTZk1wC8jCLRFYmynMJ9075GRVBkg6izjKqJQGp4tT3AW0stW8zmzpl37YMpA/s640/Significado-de-los-sue%25C3%25B1os.jpg"> </a> </div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-43372146066434765002018-06-02T08:39:00.001+02:002018-06-02T08:53:00.710+02:00La cadena de los infelices <p dir="ltr">Soy el penúltimo eslabón de una larga cadena de infelices. Y en mi puesto debo lamentar ser el motivo de la infelicidad del último eslabón de la cadena. No quiero ser la causa del dolor de nadie pero lamentablemente mi deseo de estar con el eslabón antepenúltimo hace que sea una cuestión inevitable <br>
Sin embargo he usado una gran lima para desgajarme del motivo de mi pena y cada rascar que muevo desangra mi alma con lamentos de despedida. <br>
Pero ¿por qué no soltar la cadena en su inicio? <br>
¿Por qué todos los eslabones anteriores aguantan el vivir encadenados con almas a las que traicionan, a las que dejaron de amar tiempo atrás simplemente porque tienen un miedo paralizante? No son conscientes de la fugacidad de la vida. No entienden que el presente está hecho para ser vivido, no es una mera expectativa. Y mucho peor, no se dan cuenta de que su inmovilidad arrastra tras de sí una cadena de dolor. <br>
Así que ahí estamos todos y cada uno de los eslabones: esperando. <br>
Unos esperan que los hijos crezcan; otros que las circunstancias cambien, trabajo, traslados, horarios; algunos desean que sea el eslabón que los aprisiona el que tome la decisión de romper esa cadena pero, desgraciadamente, la mayoría utiliza fixos infantiles , adhesivos inmorales, chantajes emocionales para mantener esa situación que ahoga las esperanzas de la felicidad de todos los demás. <br>
Es el miedo el mayor soldador de eslabones: miedo a ser tildado de traidor o traidora, miedo a perder el sustento, miedo a perder a unos hijos que tratan a diario versiones del amor absolutamente tóxicas, miedo a que la apuesta salga mal y haya que empezar de cero. <br>
¿En qué mundo vivimos?¿Es necesario que perpetuemos eternamente esos traumas familiares que obligaban a 'aguantar', a 'tragar', a tolerar lo intolerable simplemente porque no nos atrevemos a romper unas cadenas que sólo perviven dentro de nosotros? <br>
Soy el penúltimo eslabón. El que quiere ser libre. El que anhela al anterior y respeta al posterior. El que pide perdón por querer que toda la cadena se rompa y desde la libertad se pueda elegir qué, cómo y con quién rehacer los lazos. <br>
Mas no tengo fuerzas, apenas la de mis palabras. No soy cizalla que pueda cortar los fríos eslabones de esta cadena de infelicidad. <br>
Si acaso mando este mensaje al universo para que si llega a otro de los eslabones se dé cuenta de que su frustración e indecisión destruye las ilusiones y las vidas de todas las demás piezas. </p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZiQNRkYP_XYziT89cv4SXLcruM7KblCv0et23mYQLKK1pnjesulvn50FCw8_oh_YGtsqBO18OEOPzTm7VXEiHAKa8RK1J8mugh0RVtx_p1HZnOWiqafqYS_1ikbt2pmJALUg6NHwVs-8/s1600/Screenshot_2018-06-02-08-35-18-075_com.android.chrome.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"> <img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZiQNRkYP_XYziT89cv4SXLcruM7KblCv0et23mYQLKK1pnjesulvn50FCw8_oh_YGtsqBO18OEOPzTm7VXEiHAKa8RK1J8mugh0RVtx_p1HZnOWiqafqYS_1ikbt2pmJALUg6NHwVs-8/s640/Screenshot_2018-06-02-08-35-18-075_com.android.chrome.png"> </a> </div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-49985685637619053432018-05-30T07:26:00.001+02:002018-05-30T11:37:08.299+02:00Identificando la realidad<p dir="ltr">Es muy común en mí utilizar metáforas a la hora de expresar lo que siento. En estos días en los que trato de sacar una espina de mi alma es recurrente que mi cabeza vaya creando por minutos miles de recursos lingüísticos para verbalizar unas emociones que ya fueron ampliamente expresadas por el ser humano desde que se desarrolló la escritura. Así que soy consciente de que no hago nada nuevo, ni lejanamente innovador: solo trato de sanarme a mí misma liberando a mi interior de unos sentimientos que ni siquiera debería tener. Es así de simple. <br>
Y como en esa realidad hay implicadas muchas personas reales el recurrir a la metáfora me ayuda a no interferir directamente en la vida de algunas de ellas, y, por otro lado, no coarta mi libertad de desahogo. Así de simple, repito. <br>
Y aunque lo repito no me lo creo ni yo. Porque solo yo sé realmente lo que se cuece dentro de mí, la que ha vivido la experiencia, y la que sé qué y a quién dejo atrás. Sé que soy la única que tiene conciencia de lo que representaba esa conexión de almas que ningún otro ojo humano era capaz de percibir. <br>
Porque hay emociones, interacciones y conexiones que solo pueden sentir los ojos que se reconocen tras mucho tiempo imaginándose. Y nada, ni nadie, posee el verbo suficiente para expresarlo, porque entramos en una dimensión en la que las palabras sobran.<br>
Es duro sentirse parte de un par y aún así saber que el otro lado todavía no ha despertado. Y tú sientes que tienes la llave del despertador, pero sabes que no eres quien para activarlo aunque lo desees con todo tu ser, porque las circunstancias no son las adecuadas para un sano despertar. <br>
Pero también sabes que necesitas avanzar y tu par sigue anclado en su realidad, y te impide dar los pasos que tu alma te reclama y entras en un gran dilema...¿y si tampoco te toca en esta vida? ¿y si simplemente has reconocido a tu alma gemela para que no olvides que de verdad existe pero no estáis preparadas aún? <br>
Para superar las respuestas que me plantea mi alma debería creer que de verdad tras esta vida tendré otras en las que quizás, sólo quizás, nos reencontraremos. <br>
Pero ¿y mientras tanto? ¿He de esperar como llevo haciendo años o debo desapegarme y seguir mi camino cargando la mochila de la desilusión? <br>
No soy quien para despertar a nadie, no soy quien para vapulear almas que quieren permanecer dormidas, ancladas a la ficción de la mátrix, sumisas a la realidad de su presente... </p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFTVPpN4DLpRGlVpfAELgVaeQDUG3WzQ0y0o7dcYAR7W3eeytmcve2-Ll9D_e5KWaUNncnsczMLH3I9HL_JYA-2q8pFnoLbXTYvwX8hXxSXLNtPkIoftXJeoG0LMZ9RwalPDw_ZX2i44M/s1600/Screenshot_2018-05-30-07-38-50-927_com.android.chrome.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"> <img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFTVPpN4DLpRGlVpfAELgVaeQDUG3WzQ0y0o7dcYAR7W3eeytmcve2-Ll9D_e5KWaUNncnsczMLH3I9HL_JYA-2q8pFnoLbXTYvwX8hXxSXLNtPkIoftXJeoG0LMZ9RwalPDw_ZX2i44M/s640/Screenshot_2018-05-30-07-38-50-927_com.android.chrome.png"> </a> </div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-85146167809812216732018-05-29T15:40:00.002+02:002018-05-29T16:18:43.830+02:00El efecto mariposaDicen que cualquier cosa que ocurra en cualquier lugar del mundo, por muy insignificante que sea, puede repercutir de alguna manera en otro lugar del planeta.<br>
Quizás pensar que eso puede pasar en nuestro entorno y de una manera decisiva, es soñar despierto siempre que pensemos que son las decisiones que tomamos las que se asemejan al aleteo de la mariposa.<br>
Dentro de esa teoría del caos que llaman "el efecto mariposa" si un simple aleteo puede desencadenar un huracán ¿por qué he de descartar que una idea, vivida con intensidad, cargada de una energía poderosa no pueda desencadenar una transformación global en mi vida?<br>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgalxo9PcXMbnpjwGWo-f4sYp89ZcDGjR0-_k5RkgSh07YROAv75OQrxTOQSNXWYTySxeTfXg3fPtVHz1ktoOrevo9V93PCvd55BOqIDGvvfYVql3pmCUpFJ58d1AHDd8L1WnyfAWNXLcY/s1600/Mariposa%252520Arcoiris_1024.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgalxo9PcXMbnpjwGWo-f4sYp89ZcDGjR0-_k5RkgSh07YROAv75OQrxTOQSNXWYTySxeTfXg3fPtVHz1ktoOrevo9V93PCvd55BOqIDGvvfYVql3pmCUpFJ58d1AHDd8L1WnyfAWNXLcY/s320/Mariposa%252520Arcoiris_1024.jpg" width="320"></a>Sé que una vez más busco bases donde asentar un resquicio de esperanza, aun cuando es lo primero que descarté al soltar las manos de mis ilusiones.<br>
Aleteo con mis brazos, soplo con la bocanada amplia de mi corazón, activo el flujo de energía con toda la fuerza de mis ganas y aún así me embarga la certeza de que nada cambiará.<br>
¿ Por qué es tan difícil?¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que lo injusto ha de reinar?<br>
Pienso en esas almas anodinas que no perciben la verdad, en esos sueños que se sueñan en paralelo y que jamás se tocan.<br>
"A" ama a "B" y B" ama a "C"" que ama a "D". Y aunque "D" ame a "A" o a "B" o a "C" está fuera de cualquier posibilidad que los dos sean felices porque todos los demás están encorsetados en un abecedario que tiene un orden establecido y a nadie se le puede ocurrir cambiar el orden de las letras.<br>
Y mientras tanto el vivir el ahora va resultando cada vez más penoso, más insulso, y siento que se van apagando las bombillas, como las luciérnagas que ven llegar el amanecer.<br>
Los colores que dibujaban las alas se difuminan con el batir desesperado de las mías imaginarias.<br>
No soy una mariposa, pero quisiera serlo durante unos instantes. Porque necesito ese soplo imperceptible que provoque el huracán, esa revolución global que haga saltar los cerrojos, anule los miedos, apueste y gane.<br>
<br>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-45385382000146346142018-05-27T14:54:00.001+02:002018-05-28T13:23:15.704+02:00Cuando te obligas a decir adiós <p dir="ltr">Es esta una confesión difícil de hacer y aun así me siento obligada a hacerla.  Por supuesto que emplearé las metáforas que me son propias y quien quiera entender entenderá. <br>
No es mi intención dañar a nadie ni destrozar las vidas fingidas de muchas personas,  pero llega un momento en la vida en la que no queda más remedio que volver la espalda a lo que sientes desde lo más profundo de tu alma y decides cambiar el rumbo. <br>
Y hoy ese día en el que me reencuentro con el Reiki y lo aplico a mi propia sanación.  Al ser la única responsable de  todo lo vivido trataré de perdonarme todos los errores cometidos,  todas las ilusiones vertidas donde no había espacio,  y miraré hacia otro lado. No se puede esperar más. Y aunque la esperanza es lo único que siempre permanece, hay situaciones que hieren tanto que mejor es no esperar. <br>
</p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-nxEitUzwoJQ_mnJoXpjd0qTfnNga87YOdy79n8gQtDHyC_yS_0mSsR4puC2lG4z486vOkYpbYSLxXirmokHAeEh4tWd-RWAsYEwvy2fHXXks0t89f1TVB2Fe99A5AlnQ8kolaBHOhYc/s1600/Screenshot_2018-05-28-13-22-39-634_com.android.chrome.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"> <img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-nxEitUzwoJQ_mnJoXpjd0qTfnNga87YOdy79n8gQtDHyC_yS_0mSsR4puC2lG4z486vOkYpbYSLxXirmokHAeEh4tWd-RWAsYEwvy2fHXXks0t89f1TVB2Fe99A5AlnQ8kolaBHOhYc/s640/Screenshot_2018-05-28-13-22-39-634_com.android.chrome.png"> </a> </div>Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-963257275678151411.post-53016885590178443682017-12-22T09:27:00.000+01:002018-02-25T22:23:30.549+01:00Cerrando el añoMuchos días, cuando estoy haciendo alguna tarea cotidiana, pienso en la de cosas que me gustaría poder escribir. En mi cabeza se van montando los relatos, las reflexiones y las ideas mientras que pelo las patatas o meto las cosas en el lavaplatos y me prometo a mí misma que después sacaré un ratito para pasarlo todo al ordenador.<br />
Pero nunca pasa. Esas historias, esas ideas e incluso los relatos que armé acaban siendo olvidados, excluidos para siempre de una posible materialización en este blog o en cualquier otro soporte.<br />
Hoy, antes de salir a trabajar me volvió a pasar. Pensé en que hacía mucho tiempo que me rondaban cosas por la cabeza y no acababa de rematarlas. Y me trasladé a este presente proyectándolo en el futuro.<br />
Intenté pensar en el porqué de mi interés por perpetuar mis pensamientos en un sitio físico y llegué a la conclusión de que lo que de verdad me interesaba era poder releerme a mí misma en el futuro, cuando sea mayor (aún más) y este blog no deja de ser un lugar digital para poder mantener esos pensamientos ordenados, de manera que si llego a vivir unos años más sea capaz de empatizar conmigo misma, entienda mis circunstancias basándome en la mujer que soy con 50 años.<br />
Porque indudablemente el descubrir aquí lo que yo pensaba hace 5 o 10 años hace que comprenda porqué soy ahora así. Y consiga perdonarme por situaciones que tengo ahora que no me gustan.<br />
Y reflexiono sobre las decisiones que he tomado en los últimos años, las consecuencias de las mismas y los sentimientos que esas consecuencias han generado en mí. Procuro perdonarme por los errores cometidos y reflexiono sobre si cabe el arrepentimiento de aquello que se decidió, aquello que elegimos en un momento dado porque pensamos que sería lo más adecuado para la vida.<br />
Pero no me cabe la menor duda de que cualquiera de esas experiencias han sido significativas para mí en cuanto a que acarreaban un aprendizaje importante y añadían una visión diferente a la vida tal y como yo la miraba entonces.<br />
A veces pienso que el día a día me dota de miles de momentos que permiten que aprenda que esto de la vida no es cosa fácil. Cada rato tengo que controlar a esta mente desbocada que piensa miles de opciones ante las múltiples situaciones que la vida me plantea. Y realmente es una tarea difícil.<br />
Trabajar la paciencia cuando sabes que tu interacción con otras personas son pruebas que se repiten una y otra vez y que dependiendo de lo que decidas obtendrás unas u otras experiencias que añadirán o restarán bienestar a tu interior.<br />
Hoy, a pocos días de finalizar este año, me doy cuenta de que mi vida es una perpetua disyuntiva y que cada decisión que tomo me lleva a un estado de ánimo y de vida completamente diferente. Vale que soy como soy por todas esas decisiones tomadas en cada bifurcación de este largo camino, pero no pasa un día en el que piense que igual debería haber optado por otro recorrido en algunas de aquellas opciones que la vida me planteó.<br />
Quizás el final sería el mismo fuera cual fuera el camino transitado, pero esto forma parte de uno de los grandes misterios de la vida de cualquier persona: el no saber qué habría pasado de haber hecho justo lo contrario de lo que hicimos.<br />
Es muy fácil ver esto en una película: los personajes hacen cosas diferentes cada vez, y cuando vuelven a su tiempo el resultado es que muchas personas dejaron de estar en sus vidas o las situaciones de su entorno han cambiado hasta tal punto que él mismo es un desconocido para las personas que en la vida de su primera opción eran importantes para él (o ella)<br />
<br />
<br />Irene M. García Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01462897560739134703noreply@blogger.com0