jueves, 25 de julio de 2013

Llorando sobre raíles

Me sumo, como las miles de personas que hoy hablan del tema, al dolor que ha sacudido las consciencias de España tras la trágica e inesperada muerte de hombres, mujeres y niños que hoy abandonaron su experiencia física para pasar al otro lado.
Y como manifesté en facebook, el dolor es más hacia los vivos que deben encajar estas pérdidas de una forma tan brutal. Porque siempre pensamos que es injusto que gente joven y llena de vida tenga que dejar este mundo cuando todavía no era su hora...
¿O sí?
Desde tiempos inmemoriales, lo que quiere decir es que desde que el hombre es hombre, el ser humano se ha planteado el sentido de la muerte. Y no de la vida.
Y no ha partido desde la premisa de que una no se entiende sin la otra y que el ser humano pacta, firma, acuerda y acepta como condición previa a su llegada a la vida la finitud de la misma.
Y la parte no mental de nuestras esencias tiene una idea aproximada de cuando llega el fin de la misma.
Pero como vivimos tan apartados de esa esencia pues nos limitamos a pensar que moriremos de viejos, pasados los 90 años y dormiditos...simplemente no nos despertaremos una mañana y apenas quedará nadie de nuestra quinta para llorarnos.
Pero eso no es la vida.
La vida implica la muerte, y muchas frases han acompañado al hombre en ese camino paralelo al que todos acabamos llegando, porque no es tan paralelo y antes o después las líneas se acaban cruzando.
"Morir joven para dejar un bonito cadáver" era una premisa de jóvenes que vivían aprisa una existencia acelerada y que abandonaban la vida sin llegar a la treintena.
"Morir de repente para no padecer una larga enfermedad" "Un infarto que haga que no me entere de nada"...
Pero sin duda la muerte está presente y hay que aprender a encajarla sin que el dolor nos atenace y nos inmovilice para seguir deambulando por el camino de la vida a los que seguimos recorriéndolo.
Tengo algunos conocidos cuyos familiares están enfermos, ingresados en hospitales con dolencias de difícil curación pero que se niegan a aceptar que ha llegado el momento de las despedidas. No es la nuestra una cultura que enseñe a aceptar la muerte como algo natural. ¿Que duele?...¿Quién dice que no?
Supongo que también pasaré por ello, o alguien lo pasará por mí, porque el accidente de ayer en Galicia, deja clarísimo que hoy estamos aquí, pero mañana...nadie lo sabe. Y hay que estar preparados para todo, con la conciencia tranquila y sin miedos...y vivir cada instante intensamente. Buen día  y buen resto de vida...

viernes, 5 de julio de 2013

Fijando en la memoria

Todavia  puedo oir el sonido de unos pajaros que no callan...siento el calor de un sol amable que roza mi piel y el sabor de la sal de su mar transparente.  Todavia se siente en mi cuerpo sonrosado  por la exposicion del sol de estos dias la brisa proveniente del mar. No quiero caer en el pecado de establecer esta experiencia como única porque espero vivir otras muchas tan interesantes como esta...pero ciertamente Ibiza me ha enamorado.