miércoles, 9 de noviembre de 2016

Y cuando pasan 9 años y no te olvido

Ya hace 9 años de aquella mañana fría de noviembre en la que tu cuerpo se paró para siempre.
Y se fue solo el cuerpo, porque tu corazón, desde ese mismo momento, convertido en amor puro, comenzó a besar nuestras almas desde dentro, llenándonos de un calor desconocido para muchos hasta ese momento.
Y volviste a renacer en el hombre fuerte, recio y amoroso que siempre habías sido. Tras unos años presa en un cuerpo que ya no respondía, tu alma, ya liberada, comenzó de nuevo a cabalgar haciendo que muchos despertásemos de ese letargo humano que nos apartaba de nuestra esencia divina.
Y en el despertar de la conciencia estaban muchas respuestas que ya dejaste entreveradas en tus escritos. Respuestas sobre quienes somos, sobre la inconmensurable fuerza del amor como motor de cambio, sobre nuestra verdadera naturaleza de almas inmortales.
Y me abriste también la mente, viendo más,  justo cuando mis ojos físicos dejaban de ver.
Y aunque hoy me dijeron que nunca podré volver a ver todo nítido, ni en tres dimensiones, sin embargo me siento afortunada por ser capaz de ver con los ojos del interior cosas que personas con una vista física envidiable son incapaces de ver.
Y sé que en todo este proceso eras tú, papá, el guía que siempre me acompañaba. Porque tus palabras inmortales me llegaron en los momentos en los que más las necesitaba, porque tu voz potente y amorosa se reproduce en mi mente para transmitirme la serenidad que a veces me cuesta mantener, porque me das esperanza para seguir esperando que ese cambio vital en positivo se acabará materializando.
Hoy quería volver a recordarte, papá querido. Porque soy la mitad de ti y me sigues haciendo falta.
Ah, y me niego a que descanses en paz. Como alma amorosa que eres te pido, te suplico, que sigas cuidando de mi, que me protejas de los desamores de cualquier tipo que me ronden y que me infundas las fuerzas y ganas de poder imitar al menos un poco de la imagen que fuiste. Con todo mi amor, te recuerdo siempre. Irene.