domingo, 21 de marzo de 2010

Cuando se enciende la luz

Hoy estoy sorprendida. Los acontecimientos han empezado a hacer que el camino se vaya abriendo. Nuevas amistades, nuevas perspectivas. Es un camino lleno de temores, pero se puede apostar por él.
Consigo que mi ojo parpadee y comience a descubrir algo más. El ojo de mi interior, ése en el que tanto llevo confiando en los últimos meses está empezando a enfocar otra realidad esperanzadora.
Desde el temblor de mis manos, desde el cosquilleo de mi columna vertebral, me asiento en el suelo, en la tierra, como siempre, pero no dudo que también pueda llegar a elevarme para ver más allá. Existen esas conexiones. Entre personas distantes, entre raices dispersas, que se conjugan en un momento, en un instante porque así debe ser.

miércoles, 3 de marzo de 2010

El placer de escribir

Desde que en julio del año pasado decidí crear este blog, cada vez que me sumerjo en la escritura de una nueva entrada siento que he parido de nuevo. El placer que siento al teclear las letras de mi teclado a medida que las palabras se van formando en mi mente es equiparable para mí a otros placeres más sensitivos.
Algo tendrá que ver mi perpetua lucha contra mi inseguridad ya que cuando escribo el último punto, antes de darle a publicar, siento que he vuelto a escribir una patraña que no es digna de ser leida. En sí el escrito son solo palabras unidas unas detrás de las otras que solo adquieren entidad propia cuando son leídas por otras personas. Y mi impaciente cabecita está deseando que alguien lo lea y me diga algo. Será egocentrismo o necesidad de afirmación, pero me da un subidón cuando alguien a quien aprecio me dice que ha leído mi blog y que no lo hago mal.
El otro día una persona me elogió enormemente y su piropo me llegó tan dentro que me puse a pensar si realmente los escritores hacen como yo..Se ponen delante de un teclado y dan forma a sus pensamientos enlazando palabra tras palabra. Supongo que lo elaboran mucho más que yo.
Hace meses que trato de escribir una entrada sobre mis recuerdos. La releo una y otra vez y nunca me atrevo ni a terminarla ni a publicarla. Ya desnudo mucho mi alma ante este universo que es internet como para acabar de despellejar las bases que forjaron mi personalidad. Quizás algún día me atreva a publicarlo...
Entre tanto seguiré disfrutando con el tecleo, con los pensamientos extraños que pasan por mi cabeza, seguiré ilusionándome, entristeciéndome, soñando...en fin..dándole cuerpo a este mi pequeño rincón que es mi blog.

lunes, 1 de marzo de 2010

Un chispazo


La diferencia entre una vida y otra es apenas una milésima de segundo.
Vivimos una vida y nos acostumbramos a ella. Asumimos que hemos trazado un camino para llegar a un destino que siempre esperamos estupendo. No llegamos. Al menos no como queremos. Vamos consiguiendo objetivos y con ellos vamos llenando la bolsa de las ilusiones que cargamos encima cual alforjas. En una van las ilusiones por cumplir, en la otra las que se cumplieron. Pero a mí me faltan manos para recoger todas las ilusiones que tengo y que van pasando por mi lado sin que tenga ninguna posibilidad de alcanzarlas.
Por eso es mejor mirar tener solo una frente a los ojos. Mirarla fijamente y hablarle. Decirle a esa ilusión..."serás mía" y luchar ciegamente (muy curiosa frase en mi estado actual) por conseguirla.
Te llegan chispazos momentáneos que en un momento dado te hacen mirar para otro lado. Los miras y los deseas pero te apartan del objetivo. Hay que ser muy fuerte porque sabes que esa ilusión también la necesitas, que es casi imprescindible para tí...pero te aparta de lo principal. Es momentáneo, te dices, sabiendo en tu interior que aquel chispazo que pasó podría haber iniciado una llama en tu vida que te daría el calor que necesitas. Y sin embargo dejas que se apague. Optas por pasar frío en el corazón en pos de un objetivo.
Y piensas...¿Y si no lo consigo? ¿Cómo soportaré mirarme a mí misma tras haber dejado pasar las oportunidades que me planteó la vida? Es igual...el camino sigue y seguro que otras oportunidades aparecen. Es cuestión de seguir en el mismo. Siempre adelante, sin dejarse arrinconar...