domingo, 13 de marzo de 2011

Volver a vivir


Quiero abrir huecos en mi vida para tener nuevas experiencias. Quiero volver a sonreir mirando unos ojos que me quieran, volver a emocionarme viendo una película, volver a pasear por un lugar nuevo disfrutando de lo especial y único de ese momento.
Mi vida ha cambiado y yo con ella, o soy yo la que ha cambiado y la vida lo ha notado.
Una oportunidad nueva, una posibilidad, una ilusión, una esperanza ¿es tanto lo que pido si apenas quiero una unidad?.
A partir de ahora voy a trabajar más para mí, para completar todas aquellas cosas que se quedaron a medio hacer porque el camino que tomé hace años, me desvió completamente de lo que quería. Solo espero que mis ojos sepan guiarme hacia el camino correcto e identifiquen lo bueno y lo malo para aprender a apreciar o desechar cada cosa.
Empezar buscando un objetivo es un primer paso que me hace sentir ilusiones, y estas ilusiones ya me hacen feliz.

martes, 8 de marzo de 2011

Un nuevo rumbo


Cuando las decisiones está tomadas y sabes que tu vida ha elegido un camino muy distinto al que llevabas no puedes dejar de dudar y de mirar atrás. Ves que el camino que siempre llevaste se va alejando y te queda una cierta duda sobre si la elección fue la correcta. Ante ti solo hay un terreno desconocido en el que apenas vislumbras lo que serás dentro de unos días, o unos meses, o unos años.
Sé que he herido profundamente, y eso me hace sentir mal. No he querido dañar pero ha sido inevitable al dar el giro en mi vida.
Necesito ser feliz o al menos necesito intentar serlo. Quisiera volver a sonreir, a amar, a soñar, a ilusionarme y sé que, para todo ello, debía elegir un nuevo rumbo.
Como en todo recorrido siempre quedan huellas que demuestran que ese camino se trazó, se cruzó y recruzó mil veces, sin que los resultados que siempre se deseaban se concretizasen.
Cruzo ahora tierra virgen con la ilusión de no equivocarme, de aprender cosas nuevas, de reconocerme.

viernes, 4 de marzo de 2011

Época de cambios


En los últimos meses estoy sintiendo que todo en mi vida cambia. Yo misma he cambiado profundamente y esa transformación interior ha conseguido mover los anclajes de la vida que llevaba.
Estos cambios son consecuencia de un trabajo de autoconocimiento en el que llevo trabajando un año.
He tenido que reñirme, que criticarme, que dañarme, que morirme, que llorarme, para poder renacer, para volver a encontrar a la persona que soy de verdad.
Y me he gustado y por eso tomar algunas decisiones no está siendo tan traumático para mí como cabría pensar. Me gusta ser quien soy, y como soy. Me gusta desnudar, por fin, a Irene de la capa en la que se ha venido ocultando todos estos años. Soy como soy, así, sin disfraces, sin miedos, sin inseguridades.
Y aunque algunas decisiones causen daños a personas que han sido importantes en mi vida, no siento remordimientos. Porque tengo la conciencia muy tranquila. Sé que hice todo lo humano e inhumano por salvar una relación que no tenía futuro. Cumplí durante diez años con mis hijos sin privarlos de un padre que les trasmitiese su cultura, su lengua y su cariño.
Cambié. Me transformé y dejé de gustarme.
Pero ahora he vuelto a ser yo misma y no podía seguir así. Y una firmeza desconocida para mí me ha llevado de una manera muy suave a conseguir lo que anhelaba tanto tiempo. VIVIR MI PROPIA VIDA.