lunes, 30 de enero de 2012

Ser agradecido

Hoy mi amiga Manoli me hizo reflexionar sobre la inconstancia de mis pensamientos.
En mis dos últimas entradas he conjugado dos situaciones completamente contrarias, o quizás dos realidades que se enfrentaban entre sí, en el sentido de que la segunda entrada venía a contradecir a la primera.
Cuando reflexionaba en la balanza, pensaba que la vida no me estaba restituyendo ni un poquito por lo que yo entregaba y, aún reconociendo que estaba en una fase pesimista, trataba de buscar un equilibrio que no veía.
En la entrada de ayer, esa en la que mi corazón pugnaba por salirse a través de los dedos para volcar en el teclado tanta emoción contenida, yo expresaba que el universo había permitido un reencuentro que me ha hecho superfeliz. Es decir, de repente, el platillo que yo veía completamente vacío en mi balanza se ha llenado de golpe, y el peso que tal concesión conllevaba va a impedir que cualquier cosa que yo haga, por muy generosa que sea, nivele ese desfase ahora.
La vida me ha devuelto mucho más de lo que yo he dado, pero lo triste es que no haya sido consciente por mí misma y haya tenido que escribirme una amiga, muy querida por cierto, para hacérmelo ver.
Así que me digo a mí misma que pierda ya, de una vez por toda, la mala costumbre de quejarme antes de tiempo, porque la vida da mucho más de lo que le pedimos, es generosa y complaciente y no merece la pena vivir lamentándonos por lo que no recibimos, porque me acaba de demostrar que restituye con tal entrega que por mucho que pidamos, siempre nos sorprenderá regalándonos mucho más.

domingo, 29 de enero de 2012

El reencuentro

Hoy he vivido una experiencia de las más maravillosas de mi vida. Después de 35 años he visto cumplido un sueño y algo en mi interior se ha emocionado como nunca me había pasado. Todo tiene un antecedente que trataré de explicar sin caer en la ñoñería, pero mis sentimientos están hoy tan a flor de piel que no puedo dejar de dar las gracias por este inmenso regalo.
Mi niña interior está feliz. Eufórica. Llora por un reencuentro deseado, añorado y, por fin, conseguido.
Cuando era pequeña y entré en mi tercer colegio, el que sería el definitivo, tenía una amiga que era mi compañera, con la que más estaba, la que más me acompañaba y a la que quería muchísimo. Era tímida, morena y de cabello rizado. Ojos grandes y muy buena conmigo.
Quiso el destino que tuviese que marchase del colegio después de terminar 4º de EGB y yo me quedé muy triste con aquello. Se fue a Barcelona y durante años me repetía a mí misma una localidad, Hospitalet, y un número el 16, donde vivía esta amiga y a donde le escribí alguna carta.
Durante años me acordé de ella, siempre. Pero nunca más supe de ella.
Hace seis años traté de reunir a mis compañeras del colegio e hice por volver a localizar a esta amiga, entrañable e inolvidable...No lo conseguí. Muchas nos reunimos y lo pasamos muy bien recordando anécdotas de la infancia compartida pero hubo ausencias...
Pero desde que empecé a aplicar la ley de la Atracción y la Meditación, desde que accedí a hablar con mi niña interior y a creer que en ese interior estaba la fuerza de mi cambio vital, una esperanza se abrió ante mí.
Desde ese momento conseguí sanar dos grandes dolores de mi infancia, provocados por la mala actuación de dos adultos que me hicieron pasar malos momentos. Puntos aclarados y paso adelante.
Decidí volver al reencuentro con mis compañeras que tras seis años ya tocaba. Ahora las redes sociales facilitaban las comunicaciones y el intento fallido de la vez anterior quedó atrás. Volví a buscar con una intención: que todas estuviesen informadas del encuentro y optasen libremente por estar o no estar.
Ahora, casi sin esperarlo, todo el universo ha conspirado a mi favor. Todo me ha llevado al día de hoy.
Por un lado la llegada de información sobre que la hermana de mi amiga de la infancia vivía en Sevilla y que era compañera del colegio de mi hermana y, por otro que el grupo en el que ambas estaban se reencontraba ha permitido que, por fin, y tras 35 años accediera a una información efectiva sobre Rocío.
Y hoy, Gracias Dios por el día de hoy, he hablado con ella.

Llevaba semanas hablando con compañeras porque nos volvemos a reunir muy pronto pero con ninguna me ha pasado como con Rocío. Ha sido escuchar su voz y emocionarme desde lo más profundo. Un torrente de lágrimas ha acudido a mis ojos y el nudo del dolor anclado se alojó, momentáneamente en mi garganta. Casi ni he podido hablar de la felicidad que me embargaba.
Ha sido un momento maravilloso, mágico para mí.
Una vez que nos hemos reconocido ha sido como el reencuentro de alguien que siempre estuvo ahí, en el corazón, y que añorabas.
Y cuando ella me ha dicho que me recordaba perfectamente y que le había puesto mi nombre a su única hija casi me caigo al suelo. Y cuando sus amigos le habían preguntado que el porqué de ese nombre ella les decía que era por una amiga de la infancia...uf...casi me da algo. He llorado por una alegría incontrolable, feliz hasta lo más profundo de mi alma. La misma sensación que me abraza en este momento y que me lleva a escribir estas letras.
Ahora solo sueño en que el universo se siga compinchando conmigo y consiga que esta amiga mía pueda venir a Sevilla a la reunión con el resto de compañeras. Sería algo maravilloso y seguiré deseándolo para que se haga realidad.

lunes, 9 de enero de 2012

La balanza


En la vida todo debe estar de alguna manera equilibrado. Lo que das, lo debes recibir, para no sentir que todo se tuerce y acabes cayendo.
En estos días pienso sobre este tema y reflexiono sobre la posibilidad de ser siempre una dadora que recibe poco. Es cuando me siento desequilibrada (y no lo digo en el sentido de falta de cordura) cuando debo frenar y mirar mi vida desde un prisma completamente diferente.
En mis manos, mucho amor, siempre dispuesta a colocarlo en uno de los platillos de la balanza. Y lo hago porque lo deseo, porque me siento feliz por dar cariño a todas las personas. Siempre procuro ser servicial y estar disponible en los momentos en los que se me necesita.
Pero también veo que el platillo que compensa mi balanza muchas veces está vacío. Unos ponen la intención, pero no materializan esos sentimientos, otros, directamente, no ponen nada o se limitan a criticar todo lo que tú has entregado desde el interior del corazón.
Y supongo que hasta eso acaba cansando.
Es así como me siento hoy, quizás porque estoy siendo invadida por un catarro que hace flaquear mis fuerzas, pero veo que en general me esfuerzo por dar y dar, y no me siento restituida de ninguna de la maneras.
Es en estos momentos en los que me planteo parar. Mirar hacia dentro y decirme a mí misma que las cosas no pueden seguir así. No es que viva para que me valoren lo que hago, porque si lo hago es porque yo quiero, pero supongo que sentir que hay personas que hacen algo similar por ti, en cierta medida, reconforta.
Y entonces decido dejar de ser así, dejar de servir, dejar de demostrar amor y atención, para ver si hay reacción y me siento restituida.
Y caigo en el absurdo, porque me hiero a mí misma ante la desconexión y mi corazón siente que yo misma lo he abandonado.
Bueno... espero que se me pase pronto este catarro y con él se vayan también estos pensamientos tan negativos.

jueves, 5 de enero de 2012

Mi carta a los Reyes Magos


Quizás no es muy típico compartir las peticiones a los Reyes Magos por un lugar tan visible como es una entrada de blog, pero como mis deseos para este año son bastante universales esta vez voy a dejar constancia pública de qué quiero de verdad.
Unas amigas me recordaron que nunca hay que perder la ilusión de escribir la carta de Reyes. Si de verdad confiamos en que esa magia especial existe debemos hacer todos los trámites obligatorios para que nuestra instancia llegue al conocimiento de esos Reyes que cada año inundan de ilusión cada casa de nuestro país.
Ya van quedando pocos países que no hayan sucumbido a los designios del otro gordito barbudo que adelanta los presentes al día de Navidad, por aquello de que así los niños y niñas disfrutan por más tiempo de sus regalitos.
Pero para los cuarentones y cuarentonas como yo el verdadero día mágico es el 6 de enero.
Cada mañana de este día, la niña Irene se levantaba junto con un montón de hermanos con una ilusión desbordante y se alegraba con cualquier regalo que los Reyes le hubiesen traído. Siempre me pareció realmente mágico el ritual de levantarse y comprobar que en casa de mis padres todos teníamos algo ideal, algo con lo que soñábamos y que, probablemente, no habíamos ni pedido en la carta por no ser excesivamente avariciosos. Además éramos conscientes de que no habíamos sido todo lo bueno que predicábamos en nuestras cartas y por eso, al menos yo, nos quedábamos maravillados de lo tremendamente generosos que habían sido los Reyes, sobretodo Baltasar, con nosotros.
Realmente no sé cuando dejé de escribir cartas a los Reyes pero creo que fue en ese momento en el que empecé a perderme realmente en la vida.
Y como este ha sido un año de redescubrimiento de mí misma ahí va mi carta.
Queridos Reyes Magos:
En primer lugar quiero daros las gracias por haberme dado durante este año mucho, a pesar de no haberos escrito la carta el año pasado.
Muchas alegrías me ha supuesto el reencuentro con personas que fueron muy importantes para mí en otros momentos de mi vida y que me han hecho sentir un amor muy profundo y verdadero. He sido consciente de que hay amistades que nunca se mueren a pesar de la distancia o el tiempo y que se fundamentan en el amor que esa amistad lleva implícita. Muchas casualidades o causalidades han permitido estos reencuentros, algunos reconocimientos que no me había permitido tiempo atrás y sobretodo el encuentro con personas nuevas que han añadido intensidad a mi vida.
Para este año os pido más de lo mismo, mucho amor en mi vida, de todas las variedades posibles, tiempo para disfrutarlo y salud para valorarlo. Y sé que esta petición vale casi para todo y para todos así que os pido lo mismo para todas las personas a las que quiero, salud, trabajo y sobre todo, y en cantidades desbordantes, AMOR.
Otras cosas secundarias también puedo perdírosla pero creo que si me traéis lo primero conseguiré templar mis ímpetus y conseguirlo por mí misma. Pero os lo escribo por si creéis pertinente dejarme un poquito ahora para ir tirando.
En primer lugar os pido un poco de paciencia con mis hijos. Es verdad que son algo inquietos y que se pelean mucho, pero con un poco de amor del que os he pedido antes, podré comprenderlos mejor y ayudarlos a respetarse más el uno al otro.
También quiero mucha alegría para poder compartirla, con mis amigos, con mis alumnos, con mi familia. Quiero que mi sonrisa inunde mi cara para que mi entorno pueda brillar de la misma manera. Sé que una sonrisa genera muchas más y creo que todos nosotros necesitamos ver sonrisas por donde vamos para iluminar este mundo y hacerlo mucho mejor.
Quiero salud para los míos aunque parezca egoísta. Realmente quiero salud para todo el mundo, pero también sé que la enfermedad es una consecuencia de la propia evolución personal y que su ausencia, a veces, es el desencadenante de los cambios que se necesitan en la vida. Ante la enfermedad comenzamos a valorar la salud, lo que tenemos, somos conscientes de la fragilidad de la vida y valoramos cada minuto que estamos en este mundo.
Quiero paz para el mundo y sé que debo empezar por mi entorno más cercano, por lo que mi petición empieza por la paz en mi casa. Esa paz fue lograda durante unos meses en los que conseguí navegar sola en esta casa y logré mucho de mí misma. No sé si las decisiones tomadas en los últimos meses han sido pruebas que yo misma me he puesto en el camino o son la confirmación de que este camino es de sentido prohibido y simplemente me toca llegar al final del mismo para chocarme definitivamente y girar el rumbo de una vez por todas. Tampoco puedo saber si al final del camino voy a ver la luz y me alegraré de haberlo tomado a pesar de que la experiencia me indicaba que podía equivocarme...
Quiero sentirme feliz en mi trabajo, poder ayudar a mis alumnos en su evolución personal, tanto en el ámbito académico como humano y ayudarlos a forjarse como mujeres y hombres de bien. Así que os pido esa clarividencia que se necesita para hacer las cosas bien y no equivocarme en esas orientaciones.
Puestos a pedir también me gustaría vivir económicamente más desahogada. Este año ha sido bastante durillo en ese aspecto y os querría pedir la forma de plantearme la vida de tal manera que, o necesite menos, o consiga más, hasta llegar al punto de equilibrio que me permita centrarme en cosas más importantes.
También quiero (y creo que ya estoy pidiendo demasiado) acabar de despertar, ser consciente verdaderamente de quien soy, conseguir la maestría en Reiki para seguir evolucionando y poder ayudar a otras personas en sus caminos vitales.
Yo, a cambio, os prometo procurar todo esto por mí misma, ayudar a quien lo necesite en todo lo que pueda y ser buena...
Muchas gracias por todo lo que me traigáis esta noche. Es algo que he aprendido durante este año, a ser agradecida por absolutamente todo, porque cada día en sí mismo es un regalo, porque curiosamente en portugués (el único idioma que domino aceptablemente) la palabra regalo se dice presente y poder vivir este presente es ya, de por sí, un gran regalo.

lunes, 2 de enero de 2012

Saldo extra


Me acaban de recargar un año nuevo de saldo en la vida. Con todos estos minutos que me han sido regalados tengo que pensar qué voy a hacer. Son 527040 minutos de año 2012 que se acumulan para usarlos de la mejor manera posible. Este año, por ser bisiesto hasta me deja un día más para disfrutar y espero hacerlo plenamente.
Como si de un presupuesto se tratase debo dirimir en qué voy a invertir la mayor parte de esos minutos. Claro es que muchos de ellos ya tienen un destino llamado gasto cotidiano de la vida humana, es decir, los que debo dedicar a mi trabajo, a dormir, a comer y demás tareas.
Es con el resto del tiempo donde tengo que ser especialmente cuidadosa.
Porque realmente me amarga mucho saber que he perdido tiempo discutiendo por nimiedades, o pensando en cosas negativas. Si actúo mal estoy desperdiciando esas joyas tan valiosas que son los minutos de mi vida y encima después pierdo más tiempo teniendo que arrepentirme de lo que está mal hecho y pidiendo perdón.
Así que un propósito para este año va a ser evitar en todo lo que pueda actuar mal, discutir o lamentarme de mi vida, porque al fin y al cabo solo tengo la obligación de vivirla.
He dedidido que este año voy a tratar de amar más que el año pasado, que tampoco estuvo mal en ese tema. Quiero dejar que mi corazón lata fuertemente por todas estas personas que interactúan conmigo en mi vida real y en mi vida virtual. Y quiero decírselo a todos porque compartir el amor es una de las cosas más bonitas que podemos hacer los humanos
He decidido también tomar las riendas de mi vida tratando de sanar, en serio, cualquier asunto de mi pasado que pese sobre mi alma. Hablar más con mi niña interior, tratar de escucharla y atender sus peticiones. Esa Irene interior sabe de mí mucho más que la mujer analítica en la que me he convertido de adulta. Con el consuelo que mi experiencia aporta a esa niña interior estoy consiguiendo salvar traumas e inseguridades que siempre me acompañaron. Y eso hace sonreír a mi alma con un regocijo ancestral y duradero.
Voy a dedicarle más tiempo a mis amigos, hasta el punto de que me digan que soy una pesada, porque después lamento que hayan pasado minutos y minutos y no sepa nada de personas que significan mucho para mí. Así que en mi presupuesto diario debo dedicar unos minutos a llamar por teléfono o a chatear con alguna de esas personas que significan tanto para mí. Así que si tú, que me lees, te consideras amigo mío, te gustaría que te reservase algunos de esos minutos y ves que pasa el tiempo y yo no te he dado la vara...ya sabes, también tú puedes otorgarme alguno de tus minutos y tomar la iniciativa...
Y debo reservar tiempo de esos minutos para escribir, porque es algo que da rienda suelta a mi interior. Con la escritura conecto el disco duro interno de mi corazón con la mente analítica y vacío mi interior como no soy capaz de hacerlo con la palabra oral. Y las palabras que brotan de mis dedos me dan respuestas que solo encuentro cuando releo las entradas de mi blog meses después de haberlas escrito.
Me encantaría poder expresar con más acierto todo lo que quiero decir, porque mi alma, mi interior, genera unas emociones tan potentes en mi pecho que daría lo que fuera por poder transmitírselas a todo el que me lee.
Muchos más propósitos se acumulan en mi saldo, como ayudar más a los demás, acompañar a las personas mayores y darles apoyo, ocuparme mejor de mis hijos sin enfadarme tanto con ellos, volver a ver a personas que quedaron en el camino pero que significaron mucho para mí en otros momentos de vida, tratar de perdonar a quien me hirió el corazón tanto de la familia como de los amigos...Y no será fácil, pero quién dijo que la vida sería fácil de vivir.
Y claro, tengo que tratar de venerar el templo que la vida me dio para alojar a mi alma durante esta existencia terrenal, lo que es mi cuerpo físico, al que llevo castigando todas estas fiestas y que ya reclama que se le haga una revisión en profundidad. Todos los logros de salud de este año pasado que han supuesto los kilos perdidos deben mantenerse o recuperarse en estas próximas semanas para que la parte inmaterial que componen mi persona se sienta satisfecha con el continente que la envuelve.
Y dar más las gracias por todo lo que tengo, por mis sueños, por las ilusiones que siempre me acompañan por muy mal que las cosas se presenten. Y sonreír, besar, abrazar, consolar, alegrar, compartir, iluminar, crear...
Tantas acciones...y apenas medio millón de minutos de 2012... y eso si la vida me permite disfrutar de todos, que nunca se sabe cuánto tiempo estamos aquí...