domingo, 30 de diciembre de 2012

Recapitulando

Hoy quisiera dejar a mi corazón que dirigiese el movimiento de mis dedos al escribir en este blog.
El motivo para hacerlo puede ser que el año se acaba. Y cuando llegan los finales de ciclo siempre es bueno recapitular, reflexionar, valorar y extraer las enseñanzas de todo lo vivido.
Y no es tarea fácil hacerla desde la frialdad de la mente. Por ello mejor ceder el testigo a este corazón que tanto tiene que contar a este mundo.
Porque es desde ese músculo aparentemente descerebrado, desde el que de verdad soy capaz de expresar lo que mi cerebro se encarga de abortar continuamente. Porque al darle rienda sueltas a la sede de mi Yo he descubierto quien soy yo realmente.
Hasta soy capaz de aceptar que me he equivocado en casi todo o mejor dicho, que he errado en casi la totalidad de las decisiones. Pero yo soy el resultado de todo ello, con mis virtudes y con mis defectos. Pero no puedo dejar de sentirme orgullosa de haber llegado hasta aquí, así, tal cual, tan Irene.
He pecado por haber amado demasiado, a cambio de casi nada.
 ¿Porqué siempre me conformé con tan poco?¿Nunca merecí ser amada 100%?.
Claro que lo merecí, pero nunca acerté en los momentos en los que tocó decidir...
Y a 30 de diciembre me pregunto...¿Se puede cambiar cuando pesan más de 45 años a las espaldas?
Y el musculito que habita en el medio de mi pecho comienza a hormiguear...y me dice...¡Tienes tanto para dar!¡Te mereces todo!
Pero suelta lastres...porque en tanto no vacíes lo que no te aporta nada, en tanto no dejes sitio al amor de verdad y al sentimiento de alegría...nunca podrá asentarse el verdadero cambio.
Me cuesta mucho dejar el pasado atrás. He perdonado mucho, he reflexionado más, he amado locamente para nada, para que la vida me regale indiferencia, pero quiero cerrar, de una vez por todas, este ciclo de mi vida
2012 era el inicio del cambio de conciencia para muchos, para los que vibrábamos en una sintonía diferente. Era un idioma diferente para aprender y para encajar en la existencia, y todo el que no ha sabido interpretar lo que significaba se quedaba fuera. Y también es importante soltar los amarres que asentaban erróneamente circunstancias a la existencia, porque solo dañan y anclan continuamente.
Es el momento de muchos adioses, a los amores pasados, a los amigos que no quieren volver, a las ilusiones que nunca se podrán materializar. Es el momento de la aceptación. De la circunstancia...
Lo importante es volver a permitir al corazón vibrar con fuerza, como un disco duro nuevo, con capacidad de recargarse de nuevos archivos, de nuevas experiencias, de nuevas personas que devuelvan a mi vida las ganas de sonreir cada día.
A todos los que me leéis os deseo lo mejor para 2013. Y para mí, también.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Despertando Lucía (del borrador de la novela)

Este texto lo escribí hace meses para la novela que trato de escribir. El acontecimiento que narra se desarrollaba en un día como hoy, y aunque la novela continúa parada, quería compartir con vosotros lo que le pudo pasar a Lucía, mi protagonista, un día como hoy en ese mundo imaginario que surge desde mi interior. Queda mucho por pulir y mucho más por escribir, pero ahí queda eso...
 

"Se sentó junto a la orilla del mar. Una gran luna llena iluminaba las aguas, dándoles un brillo plateado que amplificaba el resplandor de la noche.
La playa en diciembre se presentaba muy fría pero Lucía, con un gran anorak de plumas no estaba dispuesta a que nada pudiera hacerla desistir de su proceso de purificación total.

Extendió una manta sobre la arena y se sentó. Colocó la espalda recta, permitiendo que su columna vertebral entrase en contacto directo con la madre tierra, las piernas cruzadas, los brazos apoyados en las piernas y los dedos pulgar e índice unidos formando un círculo. Adoptó la posición que había observado en muchas fotos de personas meditando.

Ahí estaba ella. La mujer más descreída del mundo. Buscando la forma de liberarse de todos los sentimientos que llevaban amarrándola durante meses, años, toda la vida.

En cierta medida sentía cierta sensación de estupidez por estar haciendo aquello. Días antes una amiga que había conocido a través de la red le había pasado un artículo que se había empapado varias veces. Como si de un mantra se tratase, el texto se había adherido a su mente y no había podido soltar su mensaje en ningún momento. ¿Sería que por fin el universo le brindaba la posibilidad de liberarse?

Había planeado el viaje para comprobarlo. Sabía que la fecha sería importante, así como el lugar que eligiese para tratar de limpiarse, de conocer qué había dentro de ella que bloqueaba su felicidad.
Reflexionó largamente con la posibilidad de hacer coincidir su experiencia con el evento global que por el cumplimiento del calendario Maya se preparaba en muchos lugares del planeta, pero finalmente decidió que solo necesitaba la presencia irrepetible y sanadora de la diosa de la noche.

La luna llena de diciembre caería ese mes en viernes, un 28 de diciembre, día de los inocentes en el calendario cristiano.

«Para recuperar mi inocencia» — pensó Lucía — «purificar el interior para volver a renacer en mí»

Respiró profundamente, como había leído que se hacía si se quería entrar en estado meditativo. Una vez, dos veces.

«Vaciar la mente, vaciar la mente» Ese era el objetivo

Dentro de sí fue formándose una imagen muy curiosa y sorprendente. Quiso que su mente la borrase porque entendía que no conseguía acallarla y forzaba la creación de cosas que no tenían sentido.
Pero a medida que su respiración se iba haciendo más profunda la imagen del objeto se hacía más y más visible.

«Una muñeca rusa»— pensó—  ¿Porqué?...¿qué significaba?

Era ella, la propia Lucía la que representaba esa muñeca pintada de vivos colores. Del tamaño de una persona. Sintió como desde el interior  una fuerza mágica que no era capaz de comprender destapó la muñeca.
«¿Quién soy yo?» La pregunta retumbó en su interior.

Su mente ya no mandaba.
Lucía había conseguido acceder, por fin, al lugar más profundo de su propio interior, un lugar en el que obtendría gran parte de las respuesta que venía buscando durante toda su vida.

«Soy Lucía —se dijo— una mujer con miedo, una mujer que quiere liberar los fantasmas que la embargan, una mujer que necesita vaciar el corazón de amores inconvenientes para volver a dejarlo puro, vacío, preparado para reconocer a mi alma gemela y ser feliz»

Respiraba profundamente y sintió, desde lo más profundo, que ese era el verdadero propósito que la había llevado tal día a un lugar tan bello, frío y solitario.

Necesitaba encontrarse a sí misma.

La primera capa, la que representaba a Lucía, se desprendió de su mitad superior. Y Lucía pudo ver a Angel, el hombre por el que había sufrido mucho en los últimos meses. Volvió a vibrar su corazón ante el dolor sufrido.

Unas lágrimas urgentes se precipitaron en los ojos de Lucía como cataratas provocadas ante la ruptura de un dique. No había vuelta atrás. El dique se rompió y era imposible paralizar el flujo de lágrimas que brotaron de su corazón.

Lloró y lloró como nunca antes lo había hecho.
Invocó a su ángel de la guarda para que la apoyase en el momento que vivía.
Sorprendentemente sintió un escalofrío que la embargó desde los pies hasta la cabeza y supo que ya no estaba sola en aquella playa. Duendes, hadas, su querido Arcángel Miguel y su guía y padre aparecieron para acompañarla en este viaje hacia sí misma.

Poco a poco sintió como la segunda matrioska que conformaba su alma fue desprendiéndose de su lugar.

Y entonces vio como un joven moreno aparecía, asustado, desolado. Lucía parpadeó, incrédula, pero no con los ojos físicos que continuaban cerrados en estado de meditación, sino con los ojos de su alma.
"... CONTINUARÁ

martes, 18 de diciembre de 2012

Mi autorregalo

Hay días en los que el universo te da un toquecito en el hombro y te pregunta :¿Hace cuánto tiempo que no te has regalado un ratito de felicidad? ¿Te has parado últimamente a valorar que mereces un respiro, una bocanada de aire puro, y un presente que te haga sentir plena desde lo más profundo de tu corazón? Hoy amaneció un día nebuloso. No pensé que el sol fuese a brillar y sin embargo sí que lo hizo. Hasta calor he sentido en algunos momentos de este día. Un día maravilloso. ¿Porqué? Pues porque yo decidí que lo sería. Decidí ser feliz, vivir cada hora como un regalo precioso en cada respirar, en cada sentir, en cada vivencia. Y lo he conseguido plenamente. Personalmente hoy me he dado cuenta de que he vuelto a conectar con mi corazón y que un gran amor habita dentro, aunque la realidad trate de ocultármelo con malos ambientes, bocas deslenguadas o desprecios adolescentes. Yo me merecía un día de felicidad y podía haber sido este, o mañana, o todos los días. Así que a partir de hoy una vez más voy a tratar de decidir eso mismo cada mañana. Hoy va a ser un día maravilloso, llueve, truene, brille el sol o esté sola o acompañada. Seré feliz porque no hay otro objetivo en la vida que venimos a vivir. Y el que venga a sufrir que se vaya lejitos de mí que no quiero víctimas autoelegidas cerca, que me absorban la energía de la que trato de recargarme cada mañana. Opto por las sonrisas de mis amigas que cada mañana me saludan por el wasap deseándome unos buenos días, siempre buenos deseos que brotan de unos nobles corazones. Opto por el cariño de mis niños del cole que comparten conmigo un proyecto ilusionante que llevará la vida vegetal a nuestro entorno. Opto por ojos amorosos que me expresen cariño antes que por ojos esquivos y rencorosos, llenos de envidia o desamor, que me desean malestar... Es una opción vital, porque la vida es muy breve, y es un regalo que debemos valorar a cada instante. Y en nuestras decisiones está la esencia de nuestro recorrido. Me he cansado de equivocarme en mis elecciones, aunque soy consciente de que soy el fruto de las mismas, pero ahora quiero dejarme llevar por el corazón a la hora de elegir mi vida. Es cierto que mis circunstancias son las que son, con las personas que me rodean, sus manías y desaciertos, pero desde las mismas voy a tratar de alcanzar el objetivo. E iré incorporando nuevas personas en el recorrido, porque ahora soy más sabia y sé reconocer quien me hace bien y quien me daña. Antes no era tan consciente de que el corazón podía avisarme de quien es quien y lo que puede aportarme. Me siento pletórica, por mis amigas, por la alegría que me invade, por una ilusión que me hace sonreir cuando estoy sola porque sé que está dentro y nadie la podrá sacar de ahí. Es el encuentro conmigo misma y la energía más poderosa y sanadora que existe. Tendría que ponerle un asterisco a las entradas en las que me siento así, para releerlas cuando me siento abajo, pero supongo que como todo la vida tiene sus ciclos y tras este sentimiento de plenitud, vendrá uno de desasosiego y después otro periodo de felicidad. Son los ciclos y ahora yo empiezo uno que espero que me dure mucho. YO OPTO POR SER FELIZ...¿QUIÉN SE SUBE A MI CARRO? FELIZ DÍA A TOD@S L@S QUE ME LEÍSTEIS.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Cuando el frío enfría hasta el corazón.

Empezó el frío en este invierno de 2012. Mucho se ha hablado de lo que va a pasar en este solsticio de invierno, y desde muchos puntos de vista, y supongo que al final todos los cambios que sintamos realmente solo se producirán en nuestro interior, y siempre que seamos nosotros los que estemos dispuestos a cambiar. Hoy me siento algo desolada, será que el sol no brilla con suficiente fuerza en mi interior o porque no consigo que las nubes se aparten de mis ojos y me permitan ver con más claridad qué me está pasando. Venía caminando por una calle de Sevilla que se llama Enladrillada, pero que yo durante muchos años llamé Desenladrillada porque casi todas sus casas se caían y la calzada era de pena. Hoy, paseando hasta el trabajo me volví a fijar en sus casas, en sus aceras y me di cuenta de que por fin esa calle se llamaba de manera acorde a su nombre. Y recordé a esa Irene adolescente que pasaba cada día para ir al instituto y se veía obligada a sortear una y mil veces, vallas de señalización que rodeaban una casa que estaba a punto de caerse. Allí habían vivido personas desde principios del siglo pasado (el XX, que a mi pesar es siglo pasado y me hace sentir vieja...), y aquellas casas se iban desmoronando una tras otra. Un nuevo edificio aparecía. La bonita casa unifamiliar de anchos muros acababa convirtiéndose en un entramado de pequeños pisos donde albergar a nuevas familias que retornaban a un centro, antiguamente denostado y abandonado. Y esta rememoración de los recuerdos de una calle viene a colación a mi estado interior. Muchas casas se han ido derrumbando en mi interior en estos años, y otras muchas he ido montando, sobre unos cimientos que no son para nada los originales, pero que se siguen asentando en el alma de Irene. Un alma que atesora viviencias de las que todavía no es consciente pero que me forjan tal y como soy. Es época de tomar decisiones, pero no con las manos atadas. Y es así como me siento. Nada circula tal y como lo deseo y aún así debería ser lo suficientemente valiente para dar pasos de ciego, que hagan avanzar, pese a todo y pese a todos.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Otoño

Fin de semana de finales de noviembre. Uno puede pensar que en pleno otoño no se puede disfrutar, al menos no sin gastarte unos buenos cuartos de los que no dispone casi nadie y acaba optando por quedarse en casa, a veces haciendo cosas útiles para el alma, como escribir o escuchar música, pero las más desperdiciando las horas de los cada vez más cortos días del otoño.
Pero ayer debo agradecer a dos buenos amigos el haberme sacado de ese sopor para llevarme a disfrutar de la ciudad que me vio nacer.
Y percibí el olor y el sonido del otoño de mi Sevilla.
Hemos quedado en las Setas. Enfatizo su nombre con mayúsculas aunque todos los sevillanos sabemos que éste no es el nombre oficial de ese polémico edificio plantado desde hace pocos años en el centro mismo de la Plaza de la Encarnación, a un paso de La Campana. Pero ya son LAS SETAS, donde se queda, donde se pasea, donde te tomas el café, se compra, se visita.
Y a mí me gusta.
He de reconocer que al principio imaginar tal mole ahí en medio me repelía. Visualizar eventos tan mágicos como la Semana Santa de Sevilla pasando bajo su estructura se me antojaba casi aberrante.
Sin embargo ese espacio ahora me parece un nuevo corazón para mi ciudad, un área nueva que ha servido para que los sevillanos tengamos un punto de encuentro para manifestarnos, para festejar, para quedar, o simplemente para estar. Nos ha ofrecido visiones de Sevilla antes desconocidas para muchos, al poder pasear por la larga pasarela, invisible desde abajo, que recorre la parte superior de su estructura. Millones de nuevas perspectivas fotográficas se abren ahora para esos grandes fotógrafos de imágenes procesionales, que se esforzarán por encontrar encuadres cada vez más originales al paso de las distintas cofradías bajo los cuadrados simétricos del nuevo monumento.
 Solo podría criticar al alto coste de su construcción, pero como hoy he decidido no prestar atención a lo económico seguiré con la tarde tan fantástica que pasé.
Hemos paseado hasta la Campana. A pesar de que aún falta un mes para el día de Navidad ya están preinstaladas las luces navideñas. Un hervidero de personas pululaban de un lado para otro, cargados con bolsas que denotaban una tarde de compras entretenida para muchos.
El humo de los puestos de castaña inundaban el aire, acentuando la sensación de niebla otoñal, aunque no hacía mucho frío.
Y paseando por la calle O´Donnell es cuando realmente he sido consciente de que estaba viviendo un día que merecía la pena ser recordado. El otoño de Vivaldi sonaba amortiguado por el ruido del trasiego de personas. Me he acercado hacia el origen de tal maravilla y he permanecido clavada en el suelo durante largo rato. Y me he extasiado con una ejecución magistral por parte de dos artistas de esta pieza musical que tanto me gusta. He cerrado los ojos y he visualizado los vientos otoñales, la caída de las hojas, las ráfagas heladas que tan bien plasmó Vivaldi en esta impresionante composición. El olor de las castañas asadas captado por sentido del olfato, agudizado al mantener los ojos cerrados, ha potenciado mi sensación de estar viviendo un otoño con una plenitud inusitada. Y me he dicho  mi misma..."Esto lo tengo que tratar de escribir"...
Así que he salido de mi ensimismamiento y he grabado un pedacito de la siguiente pieza musical que han tocado para poder compartirla con mis amigos del blog. Y ahí he terminado de alucinar, comprobando como el violinista ejecutaba la pieza, con tal maestría, moviendo los dedos en una cadencia que para una inculta musical como yo, rayaba la magia.
Quizás mis palabras no sean capaces de explicar todo lo que sentí, pero ahí os dejo el pequeño video para trasladaros a la tarde otoñal que viví ayer.
Hoy cumpleaños de Paula, 13 años ya, y más tarde escribiré un poco sobre ello. Ahora, toca ponerse en marcha, que el otoño llama a mi puerta para que me asome a saludarlo

viernes, 23 de noviembre de 2012

¿Cambio?

Llevo unos días en los que todo parece confuso para mí.
Y no sé si esa confusión ha sido la causante de llevar a mi cuerpo a la enfermedad. Y es que hacía mucho tiempo que no enfermaba. Mi cuerpo parecía protegido por una energía especial que me rodeaba y me hacía inmune a los virus y otros bichejos que pululaban por mi entorno.
Pero de repente algo ha cambiado. Y como el dicho popular no sé qué fue antes, el huevo o la gallina, y no sé si la enfermedad vino de alma hacia cuerpo, o de cuerpo para alma, pero se ha desencadenado un gran malestar interior que también hacía mucho que no sentía.
Y es que si analizo todo lo que me rodea me pregunto que porqué me siento tan mal. Quiero pensar que todo se debe a unos cambios exteriores  a mí que hacen que me deje hundir, pero no sé si el cambio se debe precisamente a un retorno a una Irene que pensé que estaba más que superada pero que volvió irremediablemente a mi realidad.
Y si a eso le uno una gran impotencia ante los cambios hormonales de mis dos pequeños grandes preadolescentes, entonces todo se acaba de tambalear hacia esta sensación de impotencia total.
Así que hoy dejé que todo se explotase por dentro, la realidad espesa que me alejó de sentimientos que me daban vida, la cruda realidad de un salario que no llega, la amarga realidad de sensación de fracaso descontrolado ante la educación de mis hijos...Todo ello salió de repente a flote...y me dejé llevar.
Ahora, más tranquila, trato de meter con fuerza, todo aquello que tengo que compensa la balanza...mis amigas, cada vez más presente, mi madre, a la que me he acercado más en estos meses, mi trabajo, que me gusta mucho, mis ilusiones de escribir mi novela, vivir el amor aunque sea en la ficción de mis escritos...
Sé que debo ser consciente de que estamos en época de cambios. Ayer mismo ví la película El cambio. Me dio para pensar mucho, pero aún pensándolo hay cosas que pesan demasiado.
Pero bueno...mejor dejar que todo fluya y no le de tanto protagonismo  a la mente, que acaba ganándome la  batalla y acabo escribiendo cosas sin sentido en mi blog. Buenas noches.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Cinco años sintiendo tu halo

He salido a la noche oscura de noviembre. El cielo, estrellado tras muchos días de nubes, me ha mostrado miles de luces lejanas en un universo infinito. El paseo nocturno me ha trasladado a otro nueve de noviembre, hace ya cinco años, en el que te acompañaba en tu último viaje.
Esas estrellas desde el cielo parpadeaban, como luces de neón que tratan de llamar la atención y ahí, parada en medio del camino, he pensado que me estabas mirando. Tu presencia, una vez más, ha sido real y he sentido que a través del tiempo y sin la existencia del espacio físico, tu amor llegaba a mí ininterrumpidamente, instalándose en mi corazón como algo infinito, como ese universo que me contempla.

Algún día he de ver pasar estos nueves de noviembre como días normales, pero hoy, un lustro después de haberte perdido en esta existencia física, sigue siendo un día muy señalado en mi calendario vital. Papá, hoy has vuelto a mí de nuevo, aunque sé que nunca me has abandonado. Una vez más trato de buscar las palabras que acerquen lo que siente mi corazón a este blog en el que expreso todo lo que llevo dentro. Y de nuevo sé que quedaré muy lejos de conseguir el objetivo que me he propuesto al enfrentar esta hoja en blanco a merced del movimiento de mis dedos en el teclado.
He rebuscado entre mis archivos, y una vez más he recuperado tu maravillosa carta que me hace recordar que ya en vida eras un ángel de la guarda que siempre me acompañaba. Desde una misiva que escribiste hoy hace 22 años me transmitiste consejos sabios que han tratado de dirigir mi vida en los últimos años, desde que te fuiste, y tu voz, a través de aquellas letras me ha llegado desde esa otra dimensión.
También he recuperado imágenes en las que apareces como eras hace ya muchos años, el día de mi comunión y el verte tan lleno de vida, tan imponente, hace que una lágrima surque, sin control, estas mejillas compartidas con aquella niña que te acompaña en el video. La tecnología me ha permitido congelar esos momentos y compartirlos
Sé que al escribir estas cosas muchas personas han de pensar que mi cordura debe ser cuestionada, pero lo que es cierto es que sé que estás cerca, que eres capaz de transmitirme tus consejos con señales que se muestran ante mí cuando las necesito. Y quería darte las gracias por ello. No tengo palabras para expresar lo importante que fuiste para mí en vida y lo increíblemente imprescindible que estás siendo en este camino hacia la ascensión.
En estos momentos de mi vida en los que vuelvo a sentirme confusa es cuando más necesito volver hacia dentro y encontrar esas respuestas que sé que tú me vas a ayudar a comprender. Y así volver a coger carrerilla para dar un saltito más que me haga comprender, de nuevo, que el camino no es nunca hacia abajo, sino siempre hacia arriba y que esto simplemente es un bache que acomoda mis piernas para la gran subida que está delante. Hoy una gran amiga me lo hizo comprender y he sido consciente de que hablabas a través de ella.
Cinco años no es nada en esta existencia infinita en la que estamos inmersos. Despertar a ello es algo tan maravilloso que a veces me recrimino a mí misma no ser más consecuente con toda la información que he conseguido obtener con solo cerrar mis ojos. Y ahí estará el problema. Será que últimamente estoy dándole más crédito a lo que quieren ver mis ojos físicos y los mantengo abiertos, alejándome de lo que me trata de mostrar los ojos del alma, mucho más cercanos a mí misma. Gracias, papá, por mandarme, cada nueve de noviembre, como dice la canción, como siempre sin tarjeta, un ramito de violetas en forma de reflexión. TE QUIERO POR SIEMPRE. Irene.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Realidad sincronizada

El término sincronicidad llegó hace tiempo a mi vida
y últimamente se está materializando en mi vivir de una manera sorprendente. Pienso en alguien y en poco espacio de tiempo esa persona reaparece en mi vida, casualmente (o causalmente), a través de un sms, un email, alguien me habla de ella/él, alguien con el mismo nombre...
Últimamente pienso que todo va mucho más deprisa y que los acontecimientos van encajando como piezas de un puzzle que está marcado por detrás y que es muy fácil de construir. Tanto mis amigos como mis pseudoenemigos están mostrando sus cartas y es fácil decantarse por lo que elegir..
Dicen que llegamos a un fin de ciclo y cada vez dudo menos de eso. Es algo que siento desde el interior y puede ser porque anhelo en lo más profundo que ese cambio se materialice efectivamente.
Dicen que es un cambio de conciencia, de dimensión, un despertar generalizado al conocimiento de quienes somos y qué hemos venido a aportar a este mundo. Se habla de amor incondicional y de perdón...
Y cuando llegan días tan complicados como el de hoy me pregunto si son esos coletazos preprimavera de los que habla Emilio Carrillo en sus conferencias. Momentos de maldad tan manifiestos en los albores del amor incondicional para recordarnos que esa primavera conciencial todavía no ha llegado.
Porque cuando la maldad se manifiesta de una manera tan clara ante mí, seguida de la más penosa hipocresía una no sabe muy bien lo que sentir. Rabia, asco, pena...y ¿cómo transmutar toda esa energía negativa en amor incondicional?. Me imagino que quitándonos la ropa, como haríamos si de repente, en febrero,  nos viniera un día de 20º C y nos sobraran los jerseys.
Esa mudanza requiere un esfuerzo muy grande por parte de nuestro corazón, porque a veces sentimos que las fuerzas se agotan, que estamos hartos de aguantar panolis encumbrados por conformistas que prefieren reirle las gracias a donnadie antes que buscar el cambio.
Pero al sentir esto...¿qué conseguimos? Normalmente mermar aún más las energías que tanto nos cuesta conseguir...y poco más.
Pero voy a tratar de no permitir que puedan conmigo. Hoy vencí una batalla más cercana porque no dejé que el miedo me atenazara en ningún momento y me di cuenta de que era más fuerte de lo que yo pensaba.
Porque quiero llegar a la primavera sintiéndome libre, sobre todo de corazón, sin cargas que me hagan sentir mal. Porque la rabia, el odio o el rencor, son parásitos de los corazones y se alimentan de los recuerdos y de las malas experiencias para aniquilar a la sede de nuestra esencia.
No sé si existe sincronía en mis pensamientos de ahora, igual sí, igual no, pero lo cierto es que me embarga una sensación muy especial de que algo va a pasar muy pronto y será esencial en mi futuro cercano.
Buenas noches.

martes, 4 de septiembre de 2012

Montaña rusa

Era de esperar que antes o después sintiese que me estoy alejando mucho de todo lo que pienso. Y es que no sé si la vuelta a la rutina me está volviendo a mostrar partes de mi vida que no me satisfacen, o simplemente que en mi fondo sé que he tomado decisiones que me duelen de una forma muy profunda y me cuesta mucho encajarlo.
Hace tiempo escribí una entrada que nunca publiqué sobre la parte de mi vida en la que siento que he fracasado. Muchas veces, cuando siento que las cosas se tensan en casa por la relación con mis hijos, trato de pararme en seco y decirme a mí misma que es normal que vivir con preadolescentes se convierta en algo difícil, y que antes o después todo pasará.
Y es que no es una sensación de fracaso total, pero sí de agobio por saber que no lo estoy haciendo bien y no sé cómo retomar la relación para que vuelvan aquellos niños que fueron. No volverán, eso es seguro, pero tampoco sé si he ayudado a sembrar unas buenas semillas me garanticen que estos preadolescentes medio protestones no se convertirán en adultos problemáticos. Eso me produce un miedo atroz. Y sé que el miedo es una vibración muy negativa que lleva al malestar y a la inseguridad que vuelve recurrentemente a mi vida y que siento hoy.
Ellos también empiezan el curso pronto y me pregunto si ellos serán esos alumnos que fueron brillantes durante la primaria y después empiezan a flojear en secundaria. Sé que son temores infundados pero supongo que es de humanos tener estos temores, estas dudas, porque nadie nos da un manual de instrucciones cuando nacen. Ojalá fuera más fácil.
Así que hoy ando así, como en una montaña rusa, no queriendo estar abajo pero tampoco sentirme completamente arriba porque la sensación de vértigo puede llegar a ser insoportable...
Algo me atenaza tan completamente que no sé qué conseguirá sacarme de este estado. Mañana será otro día y seguro que encuentro respuestas que hoy no consigo vislumbrar...Fluir, fluir, fluir...pero cuesta..eh???

domingo, 2 de septiembre de 2012

Volver a empezar

Hoy es el último día de las vacaciones y he decidido pararme un poco a analizar este fin de verano y recargar mentalmente las pilas para el nuevo curso escolar que inicio mañana. Suele pasar que a principios de curso me embargue una sensación muy rara ante la incertidumbre que el nuevo reto me supondrá. Nunca sé qué me voy a encontrar cuando cruzo las puertas del colegio y me reencuentro con los compañeros a los que hace varias semanas que no veo. Evidentemente son personas importantes, con las que llevo compartiendo muchos años de mi vida. De muchos he adquirido aprendizajes muy importantes partiendo, incluso, del mal rollo o de la indiferencia. Pero a todos, sin excepción, tengo que agradecerles lo que han aportado a mi vida porque gracias o a pesar de ellos, soy la persona que escribe estas líneas.
El verano, en términos de descanso ha sido bastante gratificante. No he viajado mucho, ni he podido disfrutar de demasiados días fuera de casa, pero aún así, he sentido recargar mis pilas al haberme conocido un poco más a mí misma. Creo que mi evolución interior ha dado un salto considerable y me siento mucho más reforzada ante los nuevos tiempos que se acercan. He sido consciente de lo importante que soy para muchos de mis amigos y amigas, que han compartido momentos inolvidables en alguno de estos días estivales. Personas a las que llevo siempre en mi corazón y que me aportan su alegría y su amor incondicional y a las que correspondo en la misma medida.
Me siento feliz de las amistades recuperadas ya que me dan esperanza para recuperar a otras que quedaron atrás pero que siguen ocupando su rinconcito en el centro de mi pecho. De los amigos de siempre ¿qué voy a decir?...que les quiero muchísimo y que aportan a mi vida una felicidad infinita. Soy rica, indudablemente, porque esos momentos son imborrables. He aprendido como nunca a sentir que vivir el presente me aporta la mayor felicidad. Una alegría que no me dará tener muchas cosas materiales. Gracias, gracias.
Acabo de ver la película "El guerrero pacífico" y he salido reforzada ante el mensaje de que es en el viaje de la vida donde está la felicidad. Pensar en el futuro o frustrarse por el pasado es una pérdida del tiempo, regalo precioso de la vida. Hay que valorar cada instante, hasta ese en el que estas limpiando la encimera de tu cocina y piensas que estás perdiendo el tiempo. Es el momento de dejar que la mente nos acribille con los pensamientos inútiles. De vez en cuando hay que dejarle su espacio. Así, cuando estamos realizando algo de lo que verdaderamente disfrutamos, como ver un atardecer, es cuando hay que parar la mente y dejar que sea el corazón el que disfrute y se enriquezca de la vivencia.
 En mi fondo estoy muy emocionada porque volveré a ver a mis alumnos y alumnas, esos seres que me regalan su alegría, sus vivencias y me enriquecen. Y yo podré aportarles un poquito de mí misma, de mis conocimientos, de mis experiencias, para ayudarlos a forjarse como mejores seres humanos...¿no es eso realmente emocionante? Creo que vivir esta profesión con pasión es lo mejor que nos puede pasar a los que somos profesores. Es verdad que hay mucha burocracia preparando papeles previos al inicio del curso, pero yo me digo a mí misma que ese es EL TRABAJO. Estar en clase con los niños, es realmente otra experiencia, mucho más enriquecedora y gratificante. Así que aunque mañana toque madrugar y eso se convierta en el primer indicio del síndrome postvacacional, la perspectiva de volver a crecer yo misma ayudando a crecer a otros me ilusiona profundamente. Una vez más lo que pensé para escribir nunca se materializa en lo que he escrito. Pero es la magia del comienzo...Nunca sabes a donde llegas.
El placer está en el viaje...

viernes, 24 de agosto de 2012

Sentir un sinsentido.

¿Alguna vez habéis sentido algo que no deberíais de sentir?
Y cuando hablo de sentir me refiero a algo indomable, algo que nace de dentro y que no se puede parar de ninguna de las maneras, algo que te doblega y al mismo tiempo te permite respirar con ilusión.
Realmente es una rara sensación cuando se da y la lucha interior que hay que entablar con uno mismo es de las más feroces a las que le puede tocar enfrentarse la persona que la sufre.
Ando inmersa en ese proceso queriendo dejar de sentir algo que no me conviene de ninguna de las formas, pero que mi cabeza y mi corazón se empeñan en traer una y otra vez a mi realidad más profunda, la de mis deseos, la de mis ilusiones.
Y es cuando me dan estos "brotes" de marabunta interior cuando me doy cuenta de que no practico todo lo que predico (menuda palabrita) porque con ello lo único que hago es darle a mi corazón unas vibraciones negativas. Curiosamente algo que brota del amor más profundo acaba convirtiéndose en algo perjudicial para el corazón. Por ello hablo de sentir un sinsentido.
Es como vivir una espera eterna a que algo se materialice cuando en tu fondo sabes que nunca lo hará, y con ello pongo en marcha la ley de la atracción, es decir, en este caso de la NO atracción.
Y todo por ser todo lo correcta posible y mantener la lucha adentro.
Si fuese más valiente podría tirar de la manta, con todas las consecuencias y como ya dije en alguna ocasión, quedarían muchos cadáveres en el camino, y finalmente tampoco podría alcanzar el estado de sentir lo que siento sin sentirme mal por las consecuencias...
En fin. Toca dejar que el universo siga fluyendo y en su fluir irá aclarando los derroteros que la vida me ha ido colocando.
Pero de todas formas, Universo, encanto, échale una manita a esta señora y dale una dosis de quitapenas para que pueda dejar de sentir el sinsentido, haga usté el favó...

lunes, 20 de agosto de 2012

Resaca de años

Hoy escribo desde Lisboa. Desde un gran apartamento de la Avenida Almirante Reis de la capital portuguesa he decidido que no debía esperar a llegar a Sevilla para transmitir el baño de cariño que recibí por mi cumpleaños hace dos días.
Es cierto que las nuevas tecnologías facilitan el que los amigos te recuerden en un día tan especial como es el aniversario del día que naciste a la vida que elegiste. Es cierto que puede que algunos hayan actuado mecánicamente al mandar la felicitación y que otros muchos hayan optado por ignorar el aviso...
Pero lo que a mí me ha maravillado ha sido la cantidad de personas que se han tomado unos minutos para recordarme que tengo que ser feliz cada día, como tantas y tantas veces me digo. Y lo han hecho por teléfono (lo notaré en la factura de este mes :)), por email, por sms, por facebook, por tuenti...Quería haber contado cuántas fueron...pero me ha resultado imposible. Más de 100 personas seguro... ¿No es eso impresionante?
Muchas veces me pregunto porqué me dejo embargar por la apatía en algunos momentos de mi vida, cuando en mi fondo soy consciente de que soy una privilegiada por la cantidad y la calidad de los amigos que atesoro. Sé que su cariño es sincero y que, si bien no voy a incomodarlos con chorradas, cuando realmente los necesite voy a recibir cualquier tipo de apoyo.
Lo de mis alumnos es punto y aparte. Algunos mensajes me han asombrado tan favorablemente que todavía trato de encajar algunas palabras.
 Cuando uno se dedica a la docencia y trata de transmitir algo más que meros conocimientos académicos, el constatar que esas otras enseñanzas calaron tan hondo y permitieron la transformación interior de algunas personas, da que pensar...Es una gran responsabilidad porque de la misma manera, somos herramientas que podemos destruir a seres humanos en formación personal.
Hace ya unos meses visualicé un video que realmente me marcó mucho. Era un pequeño experimento que una profesora americana realizaba en su aula con un grupo de adolescentes. Mucha veces acudo a ese hecho para explicar como tenemos en nuestras manos mucha más responsabilidad de la que nos creemos Esta profesora pasaba un papel a cada alumno con tres palabras. Les pedía que con las letras de la primera palabra formasen otra palabra válida y que en el momento en el que terminasen de hacerlo levantasen las manos. Más de la mitad de la clase levantaba la mano rápidamente y un grupo pensaba y pensaba pero terminaba por desistir. La profesora le quitaba importancia al asunto y pasaba a pedir que hiciesen lo mismo con la segunda palabra. Igualmente un grupo de alumnos levantaba rápidamente la mano, coincidiendo que el resto tampoco pudo realizar la tarea. Una vez más la profesora les decía que pasasen a la tercera palabra. Una escena prácticamente igual se repetía por tercera vez...
¿Dónde está la enseñanza, os preguntaréis? La enseñanza radicaba en que si bien el ejercicio era el mismo para todos, no lo eran las palabras. Existían dos grupos de papeles...uno con las dos primeras palabras sencillas y otro con dos palabras irresolubles. Era imposible que el grupo que no levantaba las manos consiguiese realizar el ejercicio, pero ellos no lo sabían. Lo curioso fue que la tercera palabra era LA MISMA  en ambos grupos, y ninguno de los alumnos que no habían levantado la mano durante el ejercicio fue capaz de realizar la prueba con esa palabra....SE HABÍAN BLOQUEADO COMPLETAMENTE. Ellos se habían convencido de que no eran capaces de hacerlo porque habían fallado dos veces y se empezaron a sentir inútiles, torpes, ridículos...Esas eran las respuestas que dieron cuando la profesora les explicó lo que había tratado de hacer.
En apenas cinco minutos había conseguido que casi la mitad de la clase dejase de creer en sí mismo, se sintiese inferior a los demás y desistiese en su empeño de resolver el ejercicio.
Solo cinco minutos... ¿Y si fuesen horas...o días...o meses...? ¿Y si fuese en casa, y en el colegio, y con los amigos?
Si en solo cinco minutos estos chicos quedaron faltos de autoestima, se sintieron incapaces de hacer algo tan sencillo como era la tercera palabra ¿qué no les pasaría si un profesor/a les repite siempre que NO VALEN, que NO PUEDEN, que no lo van a conseguir? o si en casa le repiten que van a suspender, que son unos inútiles, etc...NOS CARGAMOS A ESOS CHICOS, así de simple.
Por eso cuando algunos me han puesto en su felicitación que supuso para ellos que yo fuese su profesora, más allá de lo que les ayudé a amar la historia, es cuando me emociono en lo más profundo de mi alma y doy gracias a Dios por haberme dado la posibilidad de enderezar mi vida, sanando todas las heridas que otros profesores/as dejaron en mí, y aprendiendo a crear bases sólidas en otros seres humanos para que nunca pierdan de vista el gran potencial que tienen.
Algunos profesores nos creemos que una palabra que denigre, por muy sutil que sea, no afecta a los alumnos, y estamos equivocados. Las palabras son como dardos que se clavan en el alma de las personas, sea de la edad que sea, pero que en algunos momentos hieren en lo más profundo dejando marcas que cuesta sanar.
Por eso, y para acabar, (que menuda entrada me ha salido), quiero dar las gracias a todos mis amigos y amigas (y me disculpan que no ande todo el tiempo con la paridad del o/a, @, etc) por sus deseos de felicidad para mi persona. Como han sido más de cien tomaré una cada día de este año y me diré...Hoy es el día en el que debo ser feliz porque me lo pidió Óscar, o Noelia, o Carmen, o Estrella, o Alicia, o Vicente, o Cruz, o Manoli...o cualquier otro de la larga lista de felicitaciones...Y cuando se me acabe pensaré en quien está en mi vida de alguna manera y también sé que me quiere feliz,  y lo haré por él o por ella...Lo importante es ser feliz.
Así que hoy me voy a ser feliz visitando el Castelo de San Jorge en Lisboa. Que paséis un buen día.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Hoy, hoy, solo hoy.

Cuando en la vida se suceden los reencuentros es cuando te das cuenta de que cada hoy es un regalo que muchas veces ni valoramos. Solo cuando ese momento se ha ido y la persona queda otra vez en otro mundo paralelo es cuando somos conscientes de que hay que atesorar esos momentos como regalos instantáneos, que se esfuman como pastillas efervescentes y en el chisporrotear de cada segundo está la esencia.
Llevo solo dos días de reencuentros y siento la magia del tiempo congelada en cada instante. Me gusta abrazar a personas que apenas puedo ver por la lejanía, pero por las que siento un gran cariño y apego. Uf...apego... menuda palabra...quizás me toque hablar del apego algún día...
Pero lo cierto es que cuando vivimos el día a día, el instante, dejamos de ser conscientes de que las personas que realmente son importantes para nosotras, esas que amamos con todo nuestro corazón, si no comparten ese instante, siguen viviendo en realidades paralelas. Seguramente muy lejos de nosotros físicamente pero en nuestro fondo siempre nos gustaría tenerlas al lado compartiendo ese instante de magia, ese presente que tal como viene se va.
Pero la vida no nos permite tener eso siempre. A veces las circunstancias nos alejan de nuestros "amores" y desde la distancia vives, vives y vives, pero no acabas de disfrutar de la misma manera.
Cuando llegue la rutina, la vuelta al cole y a los quehaceres diarios, estos instantes quedarán como tesoros en nuestra memoria. No vale vivirlos sin más, aunque el memorizarlos no implique no sacarles la esencia a ese instante.
Por eso a veces soy un poco pesada en mi facebook y comparto con mis amigos lo que hago, porque sé que quien allá comparte mi espacio es alguien con quien he compartido unos momentos, la mayoría reales pero algunos virtuales. Y es como recargar una memoria de la que podré tirar después.
En fin. Hoy he vivido un día muy bello, acompañada de personas estupendas. Mañana más, seguro que será un hoy muy intenso que genere recuerdos que revivir.
Vive, hoy, siempre hoy, y sé feliz como si fuese el último día de tu vida, porque algún día sí será el último y nunca tenemos la certeza de cuando será. Así que no desperdicies tu vida con quien no la merezca, haciendo lo que no te gusta, dejando de ser tú mism@. Feliz día.

domingo, 5 de agosto de 2012

La magia de las regresiones

Sé que desde hoy más de una persona me va a poner la etiqueta de "loca" con cierto motivo. Y es que hoy voy a hablar de algo de lo que ya vengo hablando desde hace un año con muchas amistades y familia que, por respeto, me escuchan pero no opinan.
No hace ni un año que escuchaba hablar a un grupo de amigas de sus experiencias recordadas y me dejaba sorprender por las causalidades que se sucedían a mi alrededor. Expectante las escuchaba y me preguntaba si yo habría sido alguien más a parte de esta Irene que lleva conviviendo conmigo casi 45 años.
Bromeaba diciendo que yo debía ser la que fregaba los platos porque no tenía recuerdos, ni a través de sueños ni mi experiencia meditativa me había abierto las puertas a esa otra dimensión.
Todo cambió radicalmente tras mi cumpleaños del año pasado. Otra vez, un cúmulo de no casualidades me llevó al instante en que la experiencia se materializó  para mí.
Primero fue un video, detrás un audio, una visión, un impulso, un intento, un reintento, un libro, una convicción...Así, en poco tiempo,  pero con tal intensidad que experimenté hasta convencerme de que no era mi imaginación la que fabricaba todas esas experiencias.
Y una vez de que fui consciente de que yo era mucho más que yo, que había conseguido de alguna manera acceder al disco duro de mis experiencias vitales, opté por no volver a repetir la experiencia.
Durante este año he tratado de sanar el pasado de esta vida. Conseguí hablar con las profesoras que me habían marcado negativamente durante mi infancia y reviví para sanar, muchos de los dolores que padecí.
Por otro lado también sentí la necesidad de pedir perdón a personas a las que había herido de alguna manera, ya fuera por haberlas dejado sin explicaciones o por no haber estado en los momentos en los que me necesitaron.
Y todas esas experiencias me han ido llenando el corazón de tal bienestar que la vida me ha devuelto a quien se fue sin explicaciones (para compensar el daño que hice al hacer yo lo mismo), y me doy cuenta de que la Ley de la Atracción actúa mucho más de lo que queremos reconocer.
Cuando el año pasado comencé a hacer el "Curso de Prosperidad" de Alejandra Plaza yo me decía que pronto la vida me proveería de la riqueza que necesitaba para mí y para ayudar a todo el que yo quería. Virtualmente hasta viví la experiencia y me vi estresada al tener que gastarme cada día muchos miles y millones de euros porque si no lo perdía todo.
Se suponía que debía apuntar en un cuaderno los gastos sobre una cantidad de dinero inicial. Al día siguiente doblaba lo que me había gastado y sumaba lo que no, y tenía que volver a gastarlo.
En pocos días, la progresión geométrica se me hizo insoportable de gastar. No podía regalar el dinero, sino gastarlo, y claro, cuando compré el hotel en República Dominicana y los pasajes para todos mis amigos me di cuenta de que era imposible aguantar dos meses gastando millones de euros en cosas que no necesitaba.
Paralelamente mi experiencia con las meditaciones regresivas me mostraron dos vidas en las que había sido rico (sí, hombre en las dos) y desgraciado. Así que entendí que quizás no me convenía ser tan rica, sino tener lo que necesito y disfrutar de las experiencias tal y como vinieran, valorar lo que tengo aquí y ahora.
También comprendí, tras una visión muy impactante, porqué nunca había sentido la certeza de haber encontrado al amor verdadero, a ese alma gemela que debería de acompañarme en mi devenir vital. Quizás el haberlo visto me ha hecho ser consciente de que otro tipo de amor es posible, y que no basta con amar, sino que, en la misma medida, debemos recibir el mismo amor en  correspondencia.
Es cierto que hasta hace pocos días tenía la convicción de que había dado pasos muy grandes en el encuentro de mí misma y por ende, de mi alma gemela. Se supone que un alma gemela es una parte de nosotros mismos de la que nos separamos en los inicios y que tenemos como objetivo el reencuentro para seguir la experiencia juntos.
Pero ayer decidí volver a regresar. Habían pasado muchos meses, casi un año, desde que había dejado a mi cuerpo imbuirse en la experiencia de unos recuerdos que estaban dentro de mí, apenas a unos pasos, atravesando una puerta, pero que había cerrado intencionadamente esa puerta por miedo a saber cosas de mí que no me gustasen.
La magia de una regresión radica en no saber qué te vas a encontrar.
En mis primeras experiencias hice preguntas concretas y lo que vi me supuso respuestas muy claras.
Las siguientes experiencias fueron motivadas por las ganas de visualizar a personas que están en mi vida actual. Necesitaba saber si esas personas formaban parte, como dicen, de nuestras familias de almas y volver a verlas, con otros cuerpos, otros sexos, pero con la convicción de que son ellos o ellas.
Me impactó mucho los papeles que algunas personas de mi vida, ocupaban en otros lugares, en otros momentos. Sentir de nuevo el calor de ver a personas que marcharon de esta vida, pero recibir su mensaje desde lo más profundo del corazón. Mensajes que directos y certeros, me hicieron reflexionar sobre lo que debía hacer desde ese momento.
Y procuré actuar en conciencia, nunca mejor dicho, con lo que esos mensajes que había recibido de mi subconsciente trataban de comunicarme.

Pero, como decía, cuando empiezas una meditación regresiva no sabes a qué lugar de tu vasta existencia vas a llegar ni que episodio concreto vas a revivir. Seguro que algo aprendes del salto que das, pero no siempre sabes cómo siguió ese episodio concreto que revives.
Así que ayer cuando "salté" pedí ver un desenlace de una regresión anterior y creo que conseguí verlo. Y comprendí que había estado equivocada con las apreciaciones que tuve la primera vez, porque a veces queremos, por todos los medios, justificar lo injustificable y elegimos la interpretación que más nos favorece.

Y bueno...eso dará un giro significativo a mi novela, que como ya os podéis imaginar, tiene algo que ver, pero solo un poco, con esas experiencias. Al menos con algunos personajes. Otros, lógicamente, han surgido de mi imaginación, que he descubierto que también la tengo.
El hecho es seguir evolucionando. Buena y calurosa tarde a tod@s.

sábado, 4 de agosto de 2012

Limpiar el corazón

Varias veces en mi vida he pensado en la frase "hay que soltar lastres". De hecho hay alguna entrada por ahí que trata ese tema y como soy bastante recurrente a mí misma hoy voy a tratar de vaciar un poco el interior desde otra perspectiva.
Ayer estuve leyendo un blog que me gustó mucho. Ahí había una entrada en la que nos anima a vaciar el corazón de todos los restos que los amores de nuestra vida dejaron para que hubiese espacio para la llegada de ese verdadero amor, el del alma gemela, que necesita mucho espacio y no puede convivir con otros amores que dejaron residuos en nosotros.
Está claro que a lo largo de mi vida he tenido varios amores a los que he otorgado un pedazo de mi corazón. Hombres que aportaron experiencias diversas a mi vida y de los que aprendí cosas nuevas. Muchas relacionadas con la propia experiencia de compartir, de ser parte de una pareja, de la entrega y del egoísmo, de la verdad y de la mentira, de la fidelidad o la infidelidad, del todo y del casi nada.
De algunos apenas quedaron rastro porque pude sanar el dolor en algunos momentos cruciales de mi vida. El reiki fue fundamental en ello. Otros se quedaron siempre en un pedacito de mi pecho mediante recuerdos recurrentes de momentos especiales vividos en el pasado. Los más quedaron como amigos, con la trasmutación de ese primer amor en un amor de amistad que ocupa otra parcela diferente en el corazón y al que no podría nunca renunciar.
Y yo me pregunto... ¿Será que de verdad existe esa tecla de Supr como llevan los teclados para eliminar del corazón los restos de esos amores que ocupan un espacio que no deben ocupar?
Anoche estuve haciendo una meditación a la luz de la luna. Lo experimentado fue algo que no había sentido antes. Reviví con mi corazón muchas de las experiencias amorosas que viví desde la adolescencia hasta el día de hoy, y lloré y lloré como hacía mucho que no hacía. Fue algo regenerador. Seguí las instrucciones de Lily en su blog. Y creo que me funcionó totalmente.
A veces cuesta mucho trabajo tomar decisiones que produzcan cambios reales en nuestras vidas. Nos asentamos firmemente a la realidad que tenemos aunque seamos muy infelices con la persona que nos acompaña en el camino. Somos hostiles con nosotros mismos porque no nos consideramos en la libertad de optar por nuestra felicidad. Igual hay que lavar el corazón más a menudo. Pasarle el antivirus antes de que se nos corrompa del todo.
Hoy pienso seguir lavando mi corazón de todos los residuos que me dejaron personas en él. Quien ya desapareció de mi vida no merece ocupar ese espacio, ni que mi energía se difumine por un recuerdo pasado. Los que optaron por no entregarse al cien por cien tampoco son merecedores de ocupar ni un milímetro de ese espacio tan maravilloso que es mi corazón.
A ver si así soy capaz de dejar espacio para la llegada del amor verdadero, o simplemente, para rever a la persona con la que comparto existencia sin modelos pasados con los que compararlo. Igual él es el amor verdadero y no he sido capaz de saberlo porque había muchos residuos en el interior. Cuando trate de darle al suprimir a esta persona veré cómo reacciona el corazón, que es sabio, y sabré si estoy errada o también tiene que desaparecer. En fin, el caso es evolucionar de alguna manera.

Presente = Regalo

En estos días he vuelto a encontrar muchas oportunidades de darle Reiki a personas a las que sentí que podía aliviar en algunos temas.
Me he visto rodeada de causalidades motivadas por impulsos que me han llevado al lugar justo en el momento exacto. Eso significa que todo se está moviendo con gran velocidad y que los cambios se precipitan en la vida de muchas personas a las que quiero en distinto grado.
Y una vez más me maravillo de los milagros que esa energía que nos rodea es capaz de realizar.
El reiki es energía de amor, puro y duro y el amor es capaz de transformarlo todo. El reiki ayuda a liberar esos bloqueos emocionales que no nos permiten avanzar. El reiki nos sana emocional y físicamente y no me cansaré de recomendárselo a todas esas personas que se empeñan en hacerse daños a sí mismas por mantener situaciones malsanas que la enferman hasta punto en que sus cuerpos dejan de protestar.
Y es una pena que sea la enfermedad las que las haga reflexionar. Cuando el dolor del cuerpo paraliza es cuando el alma comienza a reclamar el lugar que debería tener siempre. Es cuando empezamos a escuchar con otros oídos y reflexionamos sobre todo aquello de nuestra vida que está mal y nos ha llevado a esta situación. ¿Estás enfermo? ¿Tu cuerpo se queja o reacciona agresivamente a tu actitud? ¿Necesitas de pastillas para dormir, para el dolor, para tranquilizarte, para estar despierto? ¿Cómo no te das cuenta de que debes pararte de una vez? ¡Párate!. Analiza tu vida desde lo más insignificante. ¿Es esta la vida que quieres? ¿Realmente crees que no puedes cambiarla porque todo a tu alrededor te obliga a seguir manteniendo una fachada que te lleva irremediablemente a la infelicidad?.
Me gusta comparar el universo con el Telepizza y suelo explicar la "Ley de la Atracción" que tan bien se explica en el libro "El Secreto" con este popular restaurante italiano.
Cuando nosotros llamamos a la pizzería para pedir una pizza con unos ingredientes determinados, estamos casi seguros de que nos llegará exactamente la pizza que hemos solicitado.
Con nuestra mente nosotros "llamamos" a nuestro proveedor natural de sueños. Le solicitamos lo que queremos y el Universo, o Dios, o providencia, o suerte, o como queramos llamarlo, tiene a bien darnos todo lo que le pedimos.
Por eso hay que ser muy escrupuloso con las palabras, porque si pedimos continuamente algo que no queremos, lo estamos atrayendo irremediablemente a nosotros, porque el Universo capta tu vibración, tu mensaje, y trata de hacértelo llegar.




« Es que voy a suspender, voy a suspender... »
— ¡Marchando una ración de suspenso para el niño de Eso que lo ha solicitado

« Es que voy perder el trabajo, me van a echar... »

— ¡ Marchando una de desempleo para el caballero!




Lo mismo lo podemos aplicar a un "voy a llegar tarde, me trasladan muy lejos, me quitan el piso, me van a dejar, me voy a poner malo, me va a dar una crisis", y cientos de etcéteras. No podemos quejarnos de que lo tengamos si estamos empeñados en atraerlo a nosotros.

Así que lo mejor que podemos hacer es ser positivos siempre. Agradecer todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor, vivir el presente como lo que es, un regalo y  lo único verdadero que tenemos. Preocuparse por el futuro es sufrir por adelantado por algo que todavía no ha pasado y que es muy probable que nunca pase. Cuando llegue ese "problema" lo enfrentaré desde ese presente y así no adultero la felicidad de la que puedo disfrutar ahora mismo.
Y bueno, quería hablar de Reiki y finalmente he hablado de muchas cosas más. Para mi Reiki es una puerta hacia el interior, hacia ese estado conciencial en el que quiero vivir. Para valorar todo lo bueno que tengo a mi alrededor por muy poco que dure, porque no merece la pena enfadarse, porque preocuparse no tiene sentido, porque ser amable agranda el espacio en el corazón, porque trabajar amando el trabajo que nos alimenta debe ser la pauta general y sobre todo porque doy y daré siempre las gracias por todas las experiencias de mi vida, hasta por las que en su momento califiqué de malas. Soy quien soy por todo ello.
Así que tú, que me lees, me aprecies o me odies, me conozcas o no, párate a pensar ¿Qué le estás pidiendo a la vida para ti? ¿Disfrutas de tu presente dando las gracias por todo lo que tienes? ¿Sonríes más que riñes o te enojas?...¡Vive feliz y deja vivir! Todos nos merecemos lo mejor y solo tenemos que pensar en que somos merecedores de ello.
Me encanta este presente, el que me ha brindado la oportunidad de escribir esta parrafada del tirón...



viernes, 3 de agosto de 2012

Equívocos sobre amistad

Últimamente estoy reflexionando mucho sobre los errores que solemos cometer con respecto al concepto de la amistad entendida en su más amplia extensión.
El hecho de estar centrada en el proyecto de escribir una novela, o al menos en el intento de hacerlo, me está haciendo analizar mucho lo que ocurre en mi vida. Trato de ser una espectadora de muchas vivencias que acontecen en mi entorno e imagino como relataría algún hecho en concreto. Y lo cierto es que observar determinados comportamientos daba para escribir algunos relatos muy interesantes, algunos incluso con tintes dramáticos y hasta de terror.
 Puede ser que alguna persona que lea estas líneas se pueda sentir identificada con el análisis que quiero hacer sobre la amistad mal entendida y mal interpretada.
Gracias a Dios la vida me ha dotado de muchos y muy buenos amigos. No es la primera vez que trato este tema y seguro que tampoco dejaré de hacerlo. Porque los amigos son amores que decidimos colocar en nuestros corazones para siempre.
 Son amores con independencia de que sean hombres o mujeres, de hace muchos años o desde hace pocas semanas. En el momento en el que un amigo o una amiga entra en tu corazón nada hará que salga de él si es que esa amistad se ha asentado con buenas raíces. El problema se produce cuando algunas personas quieren darle a la amistad connotaciones equivocadas o pretenden buscarle tres pies al gato simplemente porque sus inseguridades le hacen perder el control de sus vidas. Miran con desconfianza que su mujer tenga un amigo varón porque eso implica obligatoriamente un deseo sexual encubierto. Porque desgraciadamente muchos seres humanos prefieren mantener la mente sucia y pensar que todo tiene que pasar por el forro, por decirlo de una forma educada, sin entrar a valorar la importancia que esa amistad puede implicar en las personas que la viven.
Hace pocos días tuve una mala experiencia relacionada con una amistad mal interpretada y sentí un gran dolor porque hubo violencia emocional impuesta por una persona que conserva esos instintos arcaicos de derecho de pernada obligatorio en la amistad hombre-mujer o viceversa.
No es la primera vez que paso por ello aunque la vez anterior el orden fue a la inversa y la vida acabó devolviéndome la amistad (TQ Noe)... Ahora siento que esos equívocos me obligan a ser yo la que abandone esa amistad para evitar males mayores pero no por eso voy a dejar de sentir un cariño muy especial por TODOS MIS AMIGOS Y AMIGAS, que saben que yo permanezco siempre aquí y siempre podrán encontrar en mí a la persona que siempre fui, tratando de superarme, de ser mejor persona, de amar incondicionalmente.
 Porque vamos a la era del amor incondicional y ¿cómo puede alguien obligarme a dejar querer a un amigo o a alguna amiga porque a él o a ella se le haya metido en la sesera que esa amistad no debe existir? A la mierda con los convencionalismos sociales. Seguiré queriendo a mis amigos pese a quien pese, ya pasen mil años y se lo diré de todas las formas posibles que la vida me permita, ya sea por email, en persona, por sms, con señales de humo o con sonidos de tambores, porque el amor, sea de la índole que sea, no se debe ocultar, sino compartir, hacerlo crecer hasta el infinito y sobre todo no se debe abortar de ninguna manera. Y además gracias a la meditación y a esta bendita locura que Dios me ha permitido vivir, sé que hay tiempo de sobra, si no aquí, será en otra vida. Yo ya lo he recordado así que se cuiden los demás de que yo los reconozca..jejej...Me encanta...Todo quedará escrito, ya lo veréis. Por eso a todos mis amigos y amigas...¡Cuánto os quiero!...y a mis enemigos (que los hay y además me leen) pues también os quiero porque con vosotros he aprendido a crecer y ser mejor persona, simplemente evitando parecerme a vosotros y vosotras. Que disfrutéis de las vacaciones de agosto...

sábado, 21 de julio de 2012

Un capitulillo cualquiera

James Lewis estaba tirado en la calle. Desde esa mañana tenía el convencimiento de que ese día de diciembre de 1842 sería el último que vería amanecer. Aún así, sentado en aquella calle, conseguía vislumbrar las sombras de las personas que se apresuraban para llegar a casa lo antes posible, primero para no congelarse y segundo para cenar todos juntos el día previo a la Navidad.
Los últimos días habían sido especialmente fríos en Chester, y James envuelto en un revoltijo de mantas y abrigos sucios y malolientes, ajados por la exposición a la intemperie por largo tiempo, se acurrucaba junto a las murallas romanas de la ciudad. En sus sueños era capaz de imaginar el crepitar del fuego en la gran chimenea de su casa y creía sentir que sus dedos se desentumecían ante el calor que la misma desprendía. Entre los mismos visualizaba una gran copa de cristal fino, con un líquido oscuro y oloroso que le ayudaba a calentar su cuerpo desde dentro.
Su realidad, sin embargo, distaba tanto de aquella escena que recordaba, que se preguntó cómo había llegado a la situación en la que se encontraba. Era odiado, olvidado, abandonado. Estaba solo,  apenas tenía unos chelines en el bolsillo para procurarse algo para comer. No le quedaban amigos, ni familia que lo apreciase.
¿Cómo era posible que hubiese llegado a esa situación en tan solo cinco años? ¿Qué pasó con las fábricas que creó, la riqueza que consiguió, su gran mansión familiar, sus caballos y sus carruajes?
De aquello no le quedaba nada. «Ni siquiera un poco de dignidad» — pensó — «El día que perdí mi reloj y tuve que extender mi mano para reclamar unas monedas perdí lo único valioso que realmente tenía. El respeto por mí mismo»

lunes, 9 de julio de 2012

Vivir a pesar de todo

Hoy puedo decir que salí victoriosa de mi primera batalla. Me levanté con la sensación de un sueño revelador que me iba a marcar una pauta para seguir. Más bien para retomar después de un año de alejamiento casi imperceptible de mí misma...
Pensé que antes o después caería como vengo cayendo día tras día en los últimos meses, alimentando con cada caída el amargor en mi corazón.
Pero en mi fondo sabía que hoy vencería. A muchas cosas y sobre todo a mí misma.
Sé que, una vez más, mi decisión deja cadáveres en el camino de personas a las que quiero con todo mi corazón, pero a veces hay que desaparecer de las vidas de quienes amamos para que cada uno llegue a su propio destino con todas las consecuencias.
Y yo misma debo seguir mi camino, con muchas cargas, como no, pero al menos sintiendo que mi corazón es libre para dedicar todo el amor a mí misma, que ya me tocaba.
Independiente de los amores incuestionables que nunca perderán la ración diaria de mi entrega...
Todavía no ha llegado el momento de mirarme al espejo y sentirme satisfecha de mí misma. Es muy pronto. Apenas han pasado 15 horas desde mi cambio de mentalidad, pero me conozco lo suficientemente bien, como para saber cuándo ha llegado el momento de no rendirse.
Quizás ha llegado el momento de tomar otro rumbo, de dedicarse a nuevas tareas, a profundizar en mi interior y a caminar sola sintiendo que dentro de mí hay tanto que valorar que no me sea imprescindible estar con alguien de corazón a corazón...



Mi espejo

Esta noche he soñado conmigo. No sé muy bien cómo he podido verme a mí misma como si de una película se tratara pero lo que sí sé (porque los sueños son extraños pero uno tiene la certeza de aquello que visualiza) es que aquella persona que en mi sueño bailaba y se mostraba muy feliz era yo.
No sé si las imágenes que aparecían en la peli de mi sueño correspondían a muchos años atrás en mi existencia actual, o siquiera si correspondían a mis deseos más ocultos, pero el caso es que en el mismo sueño fui consciente de muchas cosas de mi realidad actual.
Me di cuenta de que en los últimos meses me he ido olvidando de mí misma por muchos motivos que no alcanzo a comprender. Antepuse una realidad que no me comportaba felicidad por tratar de mantenerme correcta en muchos aspectos pero mal conmigo misma.
Abrir mi vida a quien tanto me hizo sufrir en el pasado basándome en recuerdos ancestrales quizás no fue la decisión más aceptable pero una sensación profunda de un afecto paterno-filial me llevó a una responsabilidad que, en verdad, solo estaba en mi cabeza.
Hace solo unos días un hecho, aislado sí, pero al fin y al cabo real, me hizo recordar lo peor de mis recuerdos y algo se ha despertado en mí.
Esta noche, visualizar a la otra Irene, feliz, delgada, jovial y satisfecha, me ha hecho comprender que ya estaba inmersa, de nuevo, en la otra cara del espejo, esa parte de la que tanto me costó salir hace dos años y en la que me fui metiendo otra vez sin darme cuenta.
Es verdad que desde la soledad se ven las cosas de otra manera. Te sientes incapaz de muchas cosas porque todo se hace grande, y una parte de ti piensa que necesitas a otra persona, aunque sea la menos adecuada para ti, que te ayude en las tareas cotidianas. Y poco a poco ese pensamiento va trastocando tus ideas iniciales de vivir tu vida y tratar de educar a tus hijos de la mejor manera posible.
Y te das cuenta, mirando atrás, que todo lo que hiciste cuando estabas sola se echó a perder al retranquear en tu decisión por una pena o una responsabilidad que, en realidad, no te correspondía.
Me he dado cuenta de que he ejercido de madre de quien no lo soy, a cambio de muy poco, como suelen hacer las madres, y que eso me ha ido alejando de mí misma, de todos los proyectos de felicidad que alguna vez se formaron en mi cabeza, al brotar de mi corazón.
Le cerré, otra vez, las puertas al amor, quizás porque el amor no llegó contundente y firme, como yo deseaba, durante el tiempo que tuve para darle una oportunidad.
Quizás no fui consciente de que el amor llega cuando menos te lo esperas, y que si las circunstancias de tu vida no son las adecuadas, o no hay mucha voluntad por vivirlo, o es mejor dejarlo pasar, pero no mantenerse junto a alguien porque es lo correcto, sin siquiera sentir que esa persona te quiere.

Bueno. Hoy decidí que no podía permitir que esta Irene siguiera un día más conmigo. El espejo de mi sueño  me ha mostrado una imagen de mí que se me estaba olvidando. El espejo de mi baño me ha dicho que esa no soy yo, otra vez gorda, otra vez dejada, otra vez triste.
Así que me he levantado y he empezado a planear qué voy a hacer a partir de hoy.
Y es reencontrarme. Volver a ser la Irene alegre que era, sin dejar que las circunstancias externas me afecten hasta el punto de creerme que no soy quien sí soy. Y soy valiosa, y soy hermosa y tengo voluntad, y sé que debajo de esa capa que trataba de ocultarme otra vez, volveré a sentirme bien haciéndome fotos, que, para mí es la expresión máxima de que estoy bien conmigo misma. Lo otro, ocultarme detrás de la cámara, es reflejo, una vez más, de mi huida.
Así. que a todos mis amigos les pido su apoyo, el que aquí no voy a encontrar, para no decaer en el empeño de volver a ser la Irene que se ama a sí misma. Soltando lastres, como siempre.

sábado, 7 de julio de 2012

Las dos caras de una misma

En estos días en los que se supone que tengo más tiempo libre estoy llegando a un estado de confusión interior que no comprendo.
Desde que empecé las vacaciones me propuse poner en orden lo que me rodeaba y pronto comprendí que antes que nada debía poner en orden mi interior. Una vez más la frase "lo que es adentro está afuera" apareció para indicarme que si verdaderamente quería poner algo de mi casa y de mi mundo en orden, antes debía organizar esa marabunta de ideas que siempre pugnan en mi cabeza por hacerse un hueco.
Así que decidí escribir.
Hace tiempo que muchos de mis amigos y seguidores del blog me dicen que trate de escribir algo con más entidad y partiendo de una entrada que coloqué aquí hace unos meses comencé a escribir un esbozo de novela.
Al hacerlo, bueno, al intentar hacerlo, me he dado cuenta de que si bien mucho tiene que ver conmigo, hay una parte importante de lo que he escrito hasta ahora que conjuga imaginación, con sueños, con recuerdos...
No sé ni a dónde voy a llegar con esas páginas, y si algún día verán la luz más allá de mi ordenador, pero el caso es que, desengranando mis pensamientos llego a la conclusión de que no consigo terminar de conocerme.
Hace una semana andaba enfrascada en las charlas de Enric Corberá sobre biodescodificación, todo el día con el mp3 de alguna de esas conferencias que ampliaban mi perspectiva personal. Y he llegado a algunas conclusiones, una vez más, pero no sé arrancar de mi interior, toda una programación que me lleva al desorden, a la sinrazón, a los vaivenes continuos...que me hacen cuestionármelo todo.
En fin. Una parada en el arreglo de mi cuarto, con el que nunca termino...para echarme en la cama y escribir un rato algo que me haga olvidar que está pasando por mi urbanización el heladero, y que no debo sucumbir a la linda sintonía de su camión...Pero me apetece tanto un heladito de chocolate...Bendito vicio...noooo...horrible dependencia...¿Dónde está la cinturita que lucía el verano pasado?...Este año castigada sin vacaciones fuera de casa porque no te queda ropa para vestir...Decidí tirar la de gorda...para no volver a serlo...A ver cómo peleo yo ahora con mi otro yo para volver a una rutina...Confusión...
¿Veis?...si es que ando bordeando la autopelea...Mejor vuelvo a mi novelita y escribo un párrafo de oscuras pasiones, que las ganas de dulce se parecen mucho al deseo del amado por besar a la amada tras muchos meses sin verse...irresistible. Feliz día de San Fermín...

miércoles, 4 de julio de 2012

Viaje a ninguna parte

Es raro en mí que a estas alturas del año todavía no tenga organizada las vacaciones. De hecho ya estoy inmersa en mi periodo de descanso y aquí sigo, inmóvil, sin pensar siquiera a dónde me van a llevar mis pasos durante los próximos 50 días.
Y es que este año soy muy diferente a la Irene del año pasado. Ni mejor ni peor, pero sí diferente.
Es cierto que en los últimos meses hay una parte oscura de mí que ha conseguido ganarle la batalla a mi físico, y la Irene que hoy me refleja el espejo no se parece en nada a la que posaba, orgullosa de su aspecto físico en los inicios del verano de 2011.
No sé en qué momento de este año se volvió a transmutar el chip que me mantenía fiel a una filosofía de vida con respecto a mi fisico. En un momento dado me flexibilicé y dejé de preocuparme de la dieta Dukan y de su filosofía. No tengo nada que recriminarle a esta dieta, solo y exclusivamente a mí misma. Sé en mi interior que si hubiese seguido con las pautas que estaban escritas los kilos no habrían vuelto a mis caderas y a mis muslos, pero me cansé de cocinar.
Así que por un motivo o por otro el descenso a los infiernos se consumó.
Evidentemente no soy la Irene que empezó la dieta con ciento y pico kilos hace ya mucho tiempo, pero tampoco la que tenía setenta y pocos el año pasado. Soy la mitad de ambas Irenes y eso me hace pensar
En otro orden de cosas debo pensar qué se ha cocido en mi interior en los últimos meses para que este descenso a los infiernos de la obesidad se haya consumado. Soy más fuerte interiormente para muchas cosas y supongo que por eso no me siento verdaderamente afectada porque los pantalones se me ajusten groseramente al trasero. Sé que soy valiosa, que hay algo en mí por brotar todavía y que el día que lo haga resurgiré, una vez más, como Ave Fenix.
Entre tanto ando divagando por muchas cosas sin finalizar ninguna.
No organizo ningún viaje porque creo que este año tocaba un viaje hacia mi interior. Entiendo que debo acabar de conocer a esta Irene pendular que va y viene cíclicamente sacándome de mis casillas.
Ese viaje va acompañado de una suelta de lastres real. Quiero desalojar todo lo que no me sirve. Tengo que poner en orden mi interior para que el orden llegue a mi casa.
Y entre tanto todo sigue patas arriba. Cada día me siento frente al ordenador para vivir experiencias nuevas que me hagan crecer. Disfruto de los relatos que me llegan, de las pequeñas frases, profundas, que mis amigos van dejando en sus muros del facebook, para que aporten un tramo más a mi camino. Horas y horas para decidir que debería plantearme escribir en serio...y entre tanto...como dice el dicho popular..la casa sin barrer...y sin recoger, y sin ordenar...y no es sentido figurado...
Últimamente, y por recomendación de una amiga, entré en contacto con la biodescodificación que explica maravillosamente Enric Corberá. Sus conferencias, que se pueden descargar en mp3 desde la red o visualizarse en youtube, me han acompañado estos días en la puesta en orden de muchas cosas. Me ha hecho comprender muchas cosas que no soy capaz de resumir ahora, pero que me muestran que llegando a ser consciente de los programas que tenemos adosados a nuestro adn y que no son nuestros, podemos llegar a descodificarnos y volver a ser discos duros libres de virus ajenos.
Y es eso lo que yo quisiera. Soy bastante consciente (pero no de consciencia) de que en mí hay una dualidad. Una sombra que se arrima a la luz, con la intención de ser, y que se debate continuamente con mi Yo interior. Esa sombra, aún formando parte de mí, no soy Yo en mi integridad y me hace desesperarme al no reconocerla.
Me pregunto si ese otro Yo que no es Yo forma parte de esos programas heredados o simplemente debo aceptarlo como parte de mi auténtico ser. Yo me decanto más por la primera opción, porque no es posible que tanta dualidad coexista dentro de mi sin consecuencias.
Así que llego al título de esta entrada. He iniciado un viaje a ninguna parte, ni física ni figurada.
Este año no sueño con volver a ver las montañas verdes de Cantabria, o la lluvia fina de Galicia. Siento cierto corte por volver a Pinilla para ver a mis amigos porque ellos sí van a notar que no soy esa Irene que fui. Tampoco me aterroriza que me juzguen porque en mi pueblo hay gente maravillosa a la que adoro y que me va a querer sea como sea. Pero es algo interior, ni más ni menos.
Tampoco me ilusiona este año volver a Portugal. Ni para ver a nadie ni para disfrutar de sus paisajes. Creo que debo sufrir una catarsis que me haga ver, una vez más, con otros ojos.
Aún me quedan unos días ligada a Sevilla para decidir qué hacer.
Durante los mismos espero profundizar tanto en mi interior que pronto sepa qué hacer y allá a donde llegue, seguro que es el lugar más adecuado para mi. Felices vacaciones.