sábado, 28 de diciembre de 2013

Reivindicando la inocencia

Hoy es el día de los Santos Inocentes, día que viene a conmemorar la muerte de un número indeterminado de niños de manos de un temeroso político que temía la pérdida de su poder por parte de un Rey que acababa de nacer.
Es la historia que recoge la Biblia y la que nos han contado desde que éramos pequeños.
Aparte de esta historia este día 28 de diciembre se celebra en España como el día en el que las mentiras se muestran con impunidad, las bromas se gastan y todos estamos alerta para poder identificarlas antes de caer ingenuamente en las más ingeniosas.
Pero yo hoy he querido hablar de la inocencia, pero desde otro punto de vista.
Quiero recordar ese concepto de Inocencia que implica ausencia de picardía, de maldad, de malos pensamientos. Inocencia como estado de pureza de corazón que nos viene regalada desde el momento en el que vemos este mundo por primera vez. Esa inocencia que se va olvidando a medida que nos relacionamos con otras personas que dejaron de ser inocentes antes que nosotros. Ese estado interior en el que la concordancia entre lo que se siente y lo que se hace van íntimamente unidos.
Antes de llegar la discordancia entre esos dos estados interiores los seres humanos confiamos ciegamente en los que nos rodean.
Creo que es lo que sienten los niños pequeños cuando piden, exigen, reclaman su lugar en su espacio vital. Ellos se sienten merecedores de todo y todo les viene dado. Sus padres, sus familiares, todos los adultos que los rodean están ahí para satisfacer sus necesidades y requerimientos y tienen la seguridad de que serán surtidos con absolutamente todo. Forma parte de su inocencia.
Se recibe lo que se da, y el niño pequeño, desde su candidez, sabe y reclama desde su sabiduría, que está actuando como debe, como niño, sin matices ni dobleces, y por lo tanto recibirá lo que necesita.
No hace mucho volví a escuchar la historia de Ubuntu. Buscando por la red seguro que hay miles de versiones de este cuento o  supuesto estudio antropológico que venía a probar que la inocencia se puede llegar a conservar si los adultos aportamos las bases necesarias para que los niños, simplemente, no pierdan la que traen de serie.
Estos niños simplemente entendían que era mucho mejor compartir que hacer que sólo uno de ellos consiguiera ser feliz, a costa de la tristeza de todos los demás.
Creo que esta disertación sobre la inocencia daría mucho más de sí si me quisiera centrar en el proceso vivido por esta mujer que escribe y la experiencia personal de la misma. Desde la perspectiva de mi corazón, que fue inocente y poco a poco se fue adulterando las cosas se ven de una manera diferente.
Es una pena que no tengamos una tecla de reset, como las maquinitas que nos rodean, y que dicha tecla se pudiera accionar selectivamente. Yo no quiero un reseteo completo de mí misma, pero en relación a la inocencia sí echo de menos a esa Irene que de inocente que era, era casi tonta.
Esa Irene recibía muchas "guantás" en su infancia, porque no aceptaba mucho de lo que veía. Me enfrentaba a quien intentaba adulterar esa visión casi idílica de mi exterior, volcada en una fantasía íntima que yo solo comprendía.
A medida que fui creciendo esa Irene fue desapareciendo. Circunstancias traumáticas hirieron profundamente a esa niña inocente que se acorazó para defenderse de toda la maldad que le rodeaba. Me fui forjando una armadura de dureza, de desconfianza y mi inocencia simplemente se esfumó.
Hoy, en un día en el que recordamos a aquellos bíblicos inocentes, quiero reclamar a esta mujer de 46 años que rebusque, que ponga su interior patas arriba, para recuperar aquella inocencia que la caracterizaba.
Porque quiero volver a confiar, a mirar a los ojos siendo yo misma, sin corazas, sin armaduras, sin dobleces o falsedades.
¿Es posible recuperar la inocencia?. Hablar de ella ya es una forma de llamarla, así que ahora, cerrando los ojos, cada uno de los que leen, hablen consigo mismos y recuerden a aquel inocente que habitó en su interior y que, sin duda, sigue dentro.
Solo si los adultos volvemos a mirar a ese ser inocente que fuimos, podremos empezar a confiar y seguro que las cosas cambian.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Recuperando la luz

Escrito en septiembre de 2013

Han pasado 10 días desde que recibí el mayor regalo que la vida me ha dado. Un regalo que no me canso de agradecer y que me hace sentir maravillosamente feliz.
Y poco a poco nos vamos conociendo.
Cuando el doctor me quitó la venda del ojo...sentí dolor y no veía nada. Pero aún así no podía dejar de sentirme maravillosamente, como si ese pedacito ajeno me estuviese indicando que no tenía nada que temer..."ten paciencia" parecía decirme.
Con el paso de los días mi ojo tomó un tono metalizado, y parecía que brillaba como bola plateada
Y he tomado dichos cambios con ilusión, alegría.
Me he mirado al espejo y le he dado la bienvenida a la ventana que han instalado en mi ojo enfermo, porque quiero que se sienta cómoda en su nuevo emplazamiento. La emoción ha sido increíble, porque nos hemos dado mutuamente la oportunidad de seguir viviendo y la de recobrar la visión.
¿No es increíble que existan estas oportunidades, la de volver a tener algo que uno ya pensó que nunca más tendría?
Y cada mañana, al abrir los ojos, me siento nuevamente afortundada porque la vida me regala nuevas oportunidades. Ahora mi mano ya no es algo informe para mi ojo izquierdo. Tiene forma de mano, y poco a poco va teniendo dobleces, líneas en su palma...y me parece increíble...
Una vez más siento que lo que me pasa en este plano físico es enseñanza para mi mundo interior.
Quizás pasan tantas cosas que me ayudarán a ver más de lo que me rodea y no soy capaz de reconocerlas, que la vida me da la oportunidad de ver con mis ojos físicos el mundo en 3 dimensiones, cuando mi interior ya va pasando por la 4 dimensión, hacia la 5ª. Y si desde esta nueva realidad física, soy capaz de sintonizar con todo lo bello que implica la generosidad y el agradecimiento, quizás el paso adelante en mi mundo interior dé un paso de gigante.

12 diciembre de 2013

Tras tres meses y medio de mi operación hoy quiero seguir escribiendo esta entrada que nunca publiqué.
En este tiempo he notado básicamente una cosa: me he bloqueado. Es un bloqueo que todavía no soy capaz de comprender porque no he querido pararme a analizarlo.
Siempre pensé que tras recibir mi trasplante algo pasaría para que reaccionase de una vez y diera cabida en mi vida a mi realidad de una forma más natural. Será que no soy capaz de ser natural, ni siquiera conmigo misma.
No he sido capaz de escribir nada absolutamente desde que me dieron este maravilloso regalo. Bromeando con mi hermano de ojo (la persona que recibió la córnea del ojo compañero de mi córnea) llegué a pensar que el donante que me permitió volver a ver, sería una persona a la que le gustaba poco la lectura y/o escritura, y que ello había motivado mi alejamiento de esas dos maravillosas actividades.
Evidentemente si me pongo seria, sé que el problema (si es que se puede considerar un problema) viene de mí misma, de mi separación externa/interna.
Creo que estoy en un proceso de estancamiento promovido por mi subconsciente, como si algo, desde dentro, me estuviese mostrando lo físico, lo exterior, desde esta nueva perspectiva de luz recuperada, para que cuando ya me sature, vuelva la vista hacia adentro, hacia donde nunca debí dejar de mirar.
Y es curioso que sea mi profesión la que me haya traído de nuevo hasta este blog.
Hoy, durante una de mis clases de lengua, promovía entre mis alumnos que escribiesen un monólogo contando algo que viesen con su interior. Era un ejercicio para expresar por escrito sensaciones, percepciones, sentimientos a la par que describían lo que sus mentes fuesen capaces de visualizar.
Para ellos ha sido un ejercicio muy gratificante, pero para mí, ha sido como un choque frontal conmigo misma. Les estaba pidiendo a ellos que hicieran algo que yo había dejado de hacer.
Así que una vez terminada mi clase, con una hora por delante antes de retomar mis actividades he vuelto a entrar en este rincón.
Asombrada ante la cantidad de días que han pasado desde que publiqué mi última entrada, he visto que en borradores estaba ese intento de septiembre de explicar la emoción que volver a ver me está produciendo.
Y me doy cuenta de que si aún no veo como debería ver, es por propia voluntad de mi subconsciente. Porque si viese completamente igual dejaba de valorar los regalos que la vida me va dando día a día.
Sin proponérmelo este año estoy desarrollando un trabajo con el que me siento superfeliz. Tengo unos grupos muy buenos y el ambiente de trabajo es bastante agradable.
Así que sigo agradeciendo porque aunque yo misma sea a veces la peor enemiga que me encuentre, en realidad la vida sigue siendo generosa y buena conmigo.
Sé que disto mucho de estar en mi nivel óptimo de expresión escrita, que mi creatividad ha descendido notablemente, pero también sé que algún día, cuando esté preparada, volveré a retomar la escritura con fuerza. Por ello junto a esta entrada pegaré otro trocito de mi proyecto de novela, a ver si así me animo a continuarla. Para ello necesito apoyos exteriores, por ejemplo el tuyo que me estás leyendo ahora. Opina, comenta, critica, valora. Es un favorcito que te pido. Un abrazo y volveré en breve...
A continuación el fragmento de mi novelilla. Son dos capitulillos en los que presento a dos personajes en dos épocas y lugares muy distintos...pero tienen algo en común.

"CAPÍTULO 3- AIYANA- Eterno florecer

Aquella mañana el poblado  había amanecido revuelto tras los acontecimientos vividos la noche anterior.
El chamán Wakonda había celebrado una ceremonia que había provocado gran miedo en parte de los jóvenes que habían sido seleccionados.
El sonido de la chungana, una especie de maraca que usaba en raras ocasiones, había tratado de alejar a los espíritus maléficos que rondaban por los alrededores. También había tratado de invocar a los espíritus amigos de manera que los protegiese en las guerras que pronto se desarrollarían.
Los jóvenes recién iniciados, lo habían acompañado en un viaje de semiinconsciencia, provocado por la inhalación del humo de unas hierbas alucinógenas.

Aiyana había permanecido toda la noche despierta, escuchando desde lejos los sonidos de las sonajas y de la chungana que le produjeron un terror interior del que no había conseguido librarse, ni siquiera cuando el sol ya iluminaba la vivienda.
Mamá Quilla, todavía aparecía redonda en lo alto del cielo y Aiyana pensó, una vez más, cuántos ojos estarían admirando la grandeza del astro nocturno pugnando por no dejarse vencer por Inti, el dios Sol, su hermano y esposo,  que cada mañana le ganaba la batalla.

Observó como Takoda dormía profundamente en el lecho. Imaginaba que su alma no lo acompañaría en ese momento y probablemente andaría por otros mundos como le ocurría a ella cuando dormía.
Normalmente acudía al hechicero para que le ayudase a interpretar el sentido de sus sueños. Extraños viajes a lugares desconocidos donde vestía ropas extrañas y donde Pacha mamá, diosa de la tierra, aparecía estéril en un entorno desconocido para ella.. Tierras secas y carentes de la vegetación exuberante donde ella estaba acostumbrada a vivir. "

CAPÍTULO KHALIL (Buen amigo)
Mirando el firmamento trató de contar las estrellas que brillaban en la noche. Tal y como le
había enseñado su abuelo en el norte se encontraba Sirio, una estrella que servía de guía
para encontrar un grupo de luces que formaban un cinturón al que llamaban constelación de
Orión. Y desde allí, cada muchos años un grupo de estrellas se dejaba ver, y muchas cosas
cambiaban...
Pero no era en esa época del año cuando encontraría el rastro de las Pléyades en el cielo.
En el desierto  arábigo las noches eran frescas y eso le obligaba a llevar una túnica blanca de
manga larga. Bajo la misma  unos pantalones holgados le protegían de posibles picaduras de
insectos, así como de los roces que el cabalgar sobre el camello durante horas,
acompañando a las grandes caravanas de comerciantes, le producían.
Esa noche la jaima del jefe permanecía iluminada. Unas antorchas encendidas, habian sido
clavadas a poco más de un metro de la entrada de la misma. Hombres vestidos igual que
Khalil entraban y salían sin cesar, rompiendo el silencio del desierto.  Esperaba ser
convocado de un momento a otro para ser informado de lo que ocurría.
Su propia tienda, donde compartía lecho con su esposa, Azhar (flores) y sus hijas Fátima y
Salma (paz), había vivido unos momentos tensos cuando él decidió salir del oasis para
observar el cielo.
Mientras pensaba, alguien lo llamó por su nombre y se acercó a la jaima principal.
Días antes habían llegado a la zona y había ayudado a su montaje. Habían extendido el gran
toldo en el suelo en dirección contraria al viento, fuerte en el desierto. Unos postes habían
sido anudados por cuerdas para darle tensión al toldo y después había sostenido uno de los
postes centrales tras haberlo elevado a la altura justa.
Al entrar esa noche en la tienda comprobó cómo habían sido colocados unos cerramientos
de un tejido hecho de pelo de cabra y de lanas decoradas. En el techo, varias bandas de
color oscuro servían de refuerzo al ser estiradas y ancladas en el suelo.
Aunque la noche era muy fría en el exterior, la jaima permanecía confortablemente cálida.
Las telas habían sido recubiertas con almagre y grasa, lo cual servía para protegerlas del sol
y de la lluvia, aunque esta era bastante escasa en la zona.
Un fuego crepitaba en el centro de la jaima, iluminando el espacio con una luz anaranjada
que era reflejaba por los distintos objetos metálicos dispersos por la tienda. Sobre una mesa
baja, una tetera de bronce humeaba y el olor del té inundaba toda la estancia.
La gran tienda del jefe estaba decorada con alfombras realizadas con pedazos de distintos
tipos de pieles. Unas lámparas de aceite, colocadas en los cuatro puntos cardinales,
iluminaban las zonas más oscuras de la tienda, allí donde no llegaba la luz de la hoguera.
Junto al fuego, sentado sobre un cojín, estaba el jefe de la tribu. Tenía las piernas cruzadas y
los dedos de las manos unidos por pares, formando un rombo con los dedos pulgar e índice.
Apoyaba su frente en la conjunción de ambos dedos índices y aparentemente estaba
dormido

lunes, 26 de agosto de 2013

Gracias, gracias, gracias.

Hace unas horas he recibido una noticia que llevaba mucho tiempo esperando. Tras muchos días sin escribir porque no sentía que tenía nada que decir, hoy, 26 de agosto, un cúmulo de ideas se me vienen a la cabeza y apenas sé ponerlas en orden para plasmarlas en este, mi fiel y añorado compañero virtual.
Lo primero que quiero hacer es agradecer: agradecer a la familia de la persona que ha donado la córnea que recibiré mañana, por su gran generosidad. Sin esa persona no sería posible hacer realidad el sueño de volver a ver con mis ojos físicos, y procuraré hacerme merecedora de ese regalo haciendo los cambios interiores que sean necesarios.
Llevo mucho tiempo repitiéndome interiormente muchas frases, básicamentes las de hooponopono, para poner orden a mi interior. Las luchas internas son incansables y es que nuestra mente, analítica, no para nunca y crea y recrea mundos alternativos que en muchos casos están cargados de negatividad. Al repetirme mentalmente esas cuatro llaves de amor, suplo de una energía sanadora, cualquier archivo negativo que habite en mí, y sé que las cosas se modifican para mejor.
Hoy me llamaron, por fin, y en pocas horas ingreso en el hospital para que un sueño se haga realidad. Una novela esbozada espera impaciente que esto ocurra porque la protagonista, a la par que esta que escribe, espera impaciente un trasplante para que su vida dé el giro necesario para ser feliz.
Y yo soy feliz, inmensamente feliz, hoy y hoy, que es lo único que vale. Feliz porque tengo inmesidad de amigos y amigas que me quieren sinceramente y me lo han demostrado, tanto el día de mi cumple, hace apenas una semana, como hoy, cuando he difundido la noticia de mi próxima intervención. Todos los buenos deseos me han inundado de una energía maravillosa, de amor, de convencimiento de que todo está pasando porque así debe ser y que soy una auténtica privilegiada por todo lo que tengo, por el cariño que recibo, tanto de gente que me conoce desde siempre, como de algunas que nunca me vieron pero que sintonizaron con mi energía y aún en la distancia me quieren de la misma manera que yo a ellas.
En estos días hay algo en el ambiente que sugiere cambios hacia momentos mejores. Hoy es  el futuro que soñé en el pasado, aunque ya hace mucho que olvidé esas dos realidades. Pero ayer por la tarde me reencontré con un montón de escritos en los que una Irene de 21, 23, 27 y 30 años, me hablaban desde el pasado. Y claro...algo saltó dentro. Soy todas ellas pero ya no pienso así. Sé lo valiosa que soy, a lo mejor no porque yo me haya convencido de ellos, sino porque tantas personas queriéndome tienen que significar que soy una persona que vale...y soy la última en enterarme.
Muchas gracias también a los miembros de mi familia que me han apoyado siempre, a mis hermanas Carmen e Irene (que aunque es prima, ejerce de hermana) y a mis innumerables amigas ( y también amigos) perdigonas, salesianas, dukanianas, zambrinas, reikistas y guerreros de la luz,  calderones (básicamente exalumn@s), al gran grupo de facebook con el que me siento como en mi casa, a la gran familia de portugueses que me acogen como a una más. Porque de todos he recibido el apoyo y el cariño y no quiero olvidarme de nadie en este nuevo renacimiento.
Mañana recibiré un regalo que ampliará los límites de "lo que ven mis ojos", nombre de este blog que nació ya hace muchos años y con el que, poco a poco, he ido recuperando la vista interior, la que nunca debí perder.
Gracias, gracias, gracias.

jueves, 25 de julio de 2013

Llorando sobre raíles

Me sumo, como las miles de personas que hoy hablan del tema, al dolor que ha sacudido las consciencias de España tras la trágica e inesperada muerte de hombres, mujeres y niños que hoy abandonaron su experiencia física para pasar al otro lado.
Y como manifesté en facebook, el dolor es más hacia los vivos que deben encajar estas pérdidas de una forma tan brutal. Porque siempre pensamos que es injusto que gente joven y llena de vida tenga que dejar este mundo cuando todavía no era su hora...
¿O sí?
Desde tiempos inmemoriales, lo que quiere decir es que desde que el hombre es hombre, el ser humano se ha planteado el sentido de la muerte. Y no de la vida.
Y no ha partido desde la premisa de que una no se entiende sin la otra y que el ser humano pacta, firma, acuerda y acepta como condición previa a su llegada a la vida la finitud de la misma.
Y la parte no mental de nuestras esencias tiene una idea aproximada de cuando llega el fin de la misma.
Pero como vivimos tan apartados de esa esencia pues nos limitamos a pensar que moriremos de viejos, pasados los 90 años y dormiditos...simplemente no nos despertaremos una mañana y apenas quedará nadie de nuestra quinta para llorarnos.
Pero eso no es la vida.
La vida implica la muerte, y muchas frases han acompañado al hombre en ese camino paralelo al que todos acabamos llegando, porque no es tan paralelo y antes o después las líneas se acaban cruzando.
"Morir joven para dejar un bonito cadáver" era una premisa de jóvenes que vivían aprisa una existencia acelerada y que abandonaban la vida sin llegar a la treintena.
"Morir de repente para no padecer una larga enfermedad" "Un infarto que haga que no me entere de nada"...
Pero sin duda la muerte está presente y hay que aprender a encajarla sin que el dolor nos atenace y nos inmovilice para seguir deambulando por el camino de la vida a los que seguimos recorriéndolo.
Tengo algunos conocidos cuyos familiares están enfermos, ingresados en hospitales con dolencias de difícil curación pero que se niegan a aceptar que ha llegado el momento de las despedidas. No es la nuestra una cultura que enseñe a aceptar la muerte como algo natural. ¿Que duele?...¿Quién dice que no?
Supongo que también pasaré por ello, o alguien lo pasará por mí, porque el accidente de ayer en Galicia, deja clarísimo que hoy estamos aquí, pero mañana...nadie lo sabe. Y hay que estar preparados para todo, con la conciencia tranquila y sin miedos...y vivir cada instante intensamente. Buen día  y buen resto de vida...

viernes, 5 de julio de 2013

Fijando en la memoria

Todavia  puedo oir el sonido de unos pajaros que no callan...siento el calor de un sol amable que roza mi piel y el sabor de la sal de su mar transparente.  Todavia se siente en mi cuerpo sonrosado  por la exposicion del sol de estos dias la brisa proveniente del mar. No quiero caer en el pecado de establecer esta experiencia como única porque espero vivir otras muchas tan interesantes como esta...pero ciertamente Ibiza me ha enamorado.

martes, 28 de mayo de 2013

Jaulas de cristal

Hoy os escribo a vosotros, amigo y amiga, que optasteis por vivir en jaulas de cristal.
Cada uno, desde vuestra propia vivencia, estáis inmersos en una realidad que os limita la capacidad de decidir cómo queréis vivir los días que os quedan por delante.
No soy nadie para criticar esas vidas, porque la esencia del ser humano es el libre albedrío y de alguna manera forma parte de vuestra capacidad de decisión.
Pero yo, desde afuera, os miro. Y siento pena, añoranza, deseos, anhelos, abandono.
Sé que no hay forma de arrancaros de vuestras jaulas porque no sois capaces de ver esos barrotes y os creéis libres si maquilláis vuestra vida con mentiras que justifican la falta de coraje.
Yo también he vivido así. A veces, incluso, pienso que también tengo rejas a mi alrededor, pero solo me basta con cerrar los ojos y empiezo a sentir como la libertad se expande por cada célula de mi cuerpo.
Me entran ganas de llorar por vosotros, porque os quiero con todo mi corazón, pero todos mis intentos por haceros ver que el sol brilla resplandeciente lejos de esa jaula han sido en vano.
Es duro tirar la toalla y abandonar la lucha. Me resisto porque han sido muchos años llevándoos en mi corazón. Y ahí seguiréis por los siglos de los siglos, porque aunque tú y tú ya no me quieras en tu vida, aquí seguirás habitando.
Han pasado muchos años sin vernos, en los que la vida nos ha forjados muy distintos. A lo lejos os miro y observo vuestras vidas. Y me siento responsable de lo que estáis viviendo, porque yo os acerqué a vuestros carceleros. Son dos realidades muy distintas  pero tan semejantes en la realidad que al plantearme escribir algo hoy, con este título, me ha venido la imagen de vosotros, indisoluble aunque no tengáis nada que ver el uno con la otra.
Dicen que hay que desapegarse y supongo que hoy trato de hacerlo de dos amigos a los que llevo siempre impresos en mi alma como apéndices necesarios. Pero la realidad impone, yo estoy fuera y ellos quieren seguir dentro de sus jaulas.
No sé si la vida nos dará más oportunidades de rehacer relaciones que fueron maravillosas en su día, pero que hoy por hoy son irrecuperables.
A vosotros, amig@s, con vuestros ojos rasgados, vuestra sonrisa cautivadora, los cientos de recuerdos compartidos de charlas amenas, momentos divertidos, vivencias insustituibles, viajes enriquecedores..., solo os pido que lo intentéis una vez más. Esos barrotes que os rodean son transparentes. Si te acercas y los tocas a lo mejor descubres que son de hielo y el calor de vuestra fuerza interior puede derretirlos con facilidad. Yo seguiré aquí, con mi amor incondicional, porque es totalmente cierto que cuando se ama desde lo más profundo, ni la más dura realidad permite que ese sentimiento se muera.

lunes, 27 de mayo de 2013

Y soñé con un tsunami

Hace unos días tuve un sueño muy extraño.
Soñé que un tsunami barría todo.
Pero nada era material. Era un tsunami onírico, de los que sientes que está acabando con algo que está destinado a desaparecer pero se sigue agarrando desesperadamente a la realidad más inmaterial que podamos imaginar.
Desde entonces he estado esperando los cambios, como si de verdad una ola de energía renovadora fuese a descargar sobre mi realidad dándole la vuelta completamente a todo lo que me rodea.
Y es cierto que han llegado grandes olas, que he aprendido a sortear a base de verlas venir varias veces en mi vida. Pero como buena chica, he aprendido a saltar a su ritmo, de la misma manera que saltamos en la playa cuando un agradable oleaje acompaña nuestro baño en el mar.
Otras han sido avisadas y solo estoy esperando una llamada para montarme en una gran ola que me devolverá la luz a los ojos. Pero está tardando...
Pero de lo que sí me he dado cuenta es de que el tsunami verdadero, el que va a darle la vuelta a todo, solo depende de mí, saldrá de dentro, de las decisiones que tome, y debe gestarse lentamente.
Pero de que barrerá con todo no tengo dudas, porque ya me está haciendo falta.
Este fin de semana volví a reencontrarme con varias amistades a las que tenía más o menos abandonadas. Hacía mucho que no nos reuníamos porque durante mucho tiempo la vida me ha ido presentando personas nuevas que necesitaba conocer para avanzar; o estaba dándome la oportunidad de re-conocer a otras muchas que pasaron por ella en mi infancia. Y mis amigos de siempre estaban ahí, aparcaditos en mi corazón, sin salir de él porque tienen un lugar inamovible.
Y me di cuenta de que esta tsunami pasaba por volver a ellos, a reencontrar a aquella Irene de hace mucho tiempo, la preReiki, la pre-ciega, la pre-intuitiva. Porque tenía que fusionar en una sola realidad a esta persona que soy, con la gente nueva y la gente de siempre.
Y eso ha permitido que viese las cosas desde otra perspectiva. Los buenos amigos tienen la cualidad de hacerte ver las cosas desde otro punto de vista, te hacen valorarte cuando tú solo ves lo gorda que estás o la cara de pan que has sacado en una foto. 
Ellos te hacen ver la felicidad el brillo de tus ojos o la paz que refleja tu sonrisa...Y eso es lo realmente importante.
A veces es bueno reírse de uno mismo porque en cierta medida uno ha optado por convertirse en payaso de su realidad por un momento.
Hace unos días viví la boda de mi hermana pequeña. Fue una boda divertida y original. Había que vestir con ropa cómoda: "de chándal" solicitaba la invitación visual de la boda, protagonizada por el perro de los contrayentes. Y así me presenté. Con un chándal rosa fucsia que tiraba "pa´tras" de lo chillón que era. Mis hijos "avergonzaitos" por mi pinta, pero yo feliz como una perdiz por poder participar de una manera vistosa de un día especial. La presencia de algunos invitados "ilustres" (sobre todo para quien disfruta del espectáculo de los muchachos dándoles patadas al balón) me hicieron sentir curiosamente divertida y pude recordar que a veces caemos en absurdos con nuestra actitud infantil. Pero disfruté de verdad.
Sin embargo, aún habíéndome expuesto a cuanta cámara de fotos me quiso fotografiar el día de la boda, cuando he vuelto a vestir esa ropa para un evento particular...sí me he sentido payasa, fuera de lugar, aún siendo mi casa. Es curioso como funciona la mente para con nosotros mismos.  
Pero supongo que todo tiene un sentido y me ha pasado esto, recuerdos de una inseguridad insertada en mi ADN, para que reaccione y me acepte como soy, y deje en la cuneta a quien no opta por mí al cien por cien, porque yo me lo merezco.
Vienen días difíciles, lo presiento. Pero seguiré saltando olas e igual cuando pase el tsunami ya tenga las piernas preparadas para dar el gran salto y pueda sortearlo sin problemas. Ahí queda eso. 
Quien lo entienda que me lo explique.

martes, 30 de abril de 2013

Caminando hacia el interior

El murmullo de la música trata de llegar hasta mi corazón, pero el ruido ambiente no permite que la vibración traspase el muro de lo material para acceder a esa otra dimensión en la que la música llega a acariciar el alma.
Si lo consigo cada nota de campanillas permite vibrar mi corazón como si de un arpa se tratase, aumentando la emoción que me hace sentir especial.
Estos niños no comprenden. Están a mil años luz de entender que todo está cambiando a su alrededor al son de la  música que se empeñan en ignorar.
Si cerrasen sus ojos, o simplemente los fijasen en los mandalas que colorean, notarían la transformación que se está produciendo de forma imperceptible dentro de cada uno de los que compartimos este espacio-tiempo al que llamamos presente. 
Soy consciente que la mayoría de los que me rodean permanecerán estancados en su materialidad, cerrando a cal y canto la entrada a su corazón porque ninguno de ellos, ni de ellas, está preparado para acceder a este otro espacio, tan interior, bello y perfecto, que está simplemente allí, para que lo descubramos.
Confío en que esta generación de niños por despertar comience a sentir que lo realmente importante es saber quien es cada uno de ellos, y para ello deben acallar su mente para dejar hablar a sus corazones.

-----------------------------------------------------------
Y si hablas directamente al corazón sientes como las palabras resuenan, la vibración llega y brotan las lágrimas. Es cierto. Soy yo. Y empiezo a reconocerme.
Pero ¿es así como son las cosas?
Creamos creencias continuamente. Crear, creer.
No hay que hacerlo. Apenas hay que dejarse sentir. Cerrar los ojos, siempre, para desconectar con el mundo físico y sentir de dentro a más adentro.
Con suerte y un esfuerzo que nada requiere podremos acceder a ese otro espacio en el que están todas las respuestas.
Cuánto me gustaría ser partícipe de todos y cada uno de esos cambios...pero sé que primero tengo que participar en el mío propio.
Caigo en mi propio pecado, dejar que lo exterior me domine en lugar de despegarme de ello y ocuparme de mí misma.
Otro día acaba y puedo decir que creo que lo he aprovechado positivamente porque cada granito de arena que aportamos ayuda al cambio que se está produciendo.
Solo querría que esto fuese más deprisa y una gran tormenta de pequeños granitos de arena fuese barriendo toda esa otra energía malévola que va inundando esta sociedad, llevando cada vez a más personas a la desesperación. Puede que al mismo tiempo sea el desencadenante del despertar colectivo pero lo cierto es que la mayoría de la gente no está en disposición de entender todas esas pruebas que hemos decidido experimentar antes de despertar. 
En fin, seguiremos, porque no hay otro camino. Solo el que va hacia adentro.

jueves, 25 de abril de 2013

Luz frente a las sombras

Cuando cierro los ojos para dejar fluir mis pensamientos a través de los dedos, son muchas las cosas que se me vienen a la cabeza. Trato de orientar esas ideas hacia algo que merezca la pena ser escrito y voy descartando algunos temas por que son bastante espinosos para ser expuestos por aquí.
Y sin embargo voy encontrando cierta relación en todos ellos, como si un hilo conductor quisiese hacerme ver que todas esas cosas, situaciones o personas tenían un papel determinado en la obra de teatro que estoy representando en esta vida, y por tanto están conectados entre sí a través de mí.
No hace muchos días viví otro de esos días de "aprendizaje a lo bestia" como yo los llamo. Una metedura de pata me hizo ver que a veces no me debo dejar llevar por el corazón, por mucho que mis intenciones fuesen de lo más honestas y pacíficas. Sobretodo porque el resto del mundo no es Irene, no piensa como Irene, no reacciona como Irene y sobretodo no es tan iluso e ingenuo como yo. Sentí que era el máximo exponente de la estupidez, porque brindé a una persona de mal corazón, la oportunidad de manipular la realidad para orientarla en mi perjuicio.
Pero esta vez usé lo que el universo me ha regalado. Mi capacidad de protección, de perdón, de amor, de comprensión. Fui consciente de que era un aprendizaje y que esas personas se limitaban a cumplir el papel que previamente habíamos pactado representar. Unos en el papel de malos y otros en el papel de tontos (el mío, protagonista)...
Y esa pantalla protectora me libró de amargarme, aunque ello no implique haber aprendido la lección. Porque aunque yo me sienta un ser que va más allá de mi presencia física, está claro que esos otros seres humanos están a mil años luz de reconocerse como seres de luz, tal cual somos casi todos, y por ello se van a centrar en su materialidad o en su materialismo, van a seguir luchando por sus apegos y no van a dudar en herir, humillar o manipular la realidad.
Pero allá ellos con su conciencia, porque ésta, aunque la nieguen, existe dentro de ellos y a través de su sueños, de sus dolores y pensamientos, llegarán a darse cuenta de los errores cometidos. Y allí, en ese instante, estará mi perdón para liberarlos de esa culpa.
Es liberador sentir esto, reconfortante y sosegador. Como si una gran losa saliese despedida de mi pecho de una manera indómita. Soy libre. Libre de sentir culpas, libre de ser yo misma - pese a quien pese- libre de manifestar mis ideas (aunque sea en foros limitados) pero sobre todo libre de corazón.
Y ya me he dado cuenta de que con ello he radicado cualquier resquicio de desprecio, odio o miedo que pudiera sentir por determinadas personas. Apenas me queda un poco de pena ante su propio dolor, por lo físico pero sobretodo por lo duro de su corazón. Un dolor físico que refleja lo invertebrado de sus vidas, precisamente en lo que representa la columna vertebral de su cuerpo.
Y tras soltar esas cargas miro adelante con otras emociones, sin resquemores que me frenen en mi evolución, porque cuando se actúa de buena fe, con el corazón en la mano y sin malicia, nada malo ha de acontecer, por mucho que las fuerzas oscuras traten de hacerse notar entre la luz. Mejor encenderme, más y más, y tratar de irradiar más luz, porque solo con luz se puede eliminar la oscuridad.

lunes, 15 de abril de 2013

Disertaciones de una que está despertando


Hace un momento estaba duchándome y una idea se ha instalado en mi cerebro. Será que ando cansada a estas horas y el calorcito del agua ha hecho despertar en mí una idea, que quiero compartir. 
Hace un ratito, via wasap, una amiga me comentó que en breve iría a visitar a mi hermana, que, sin duda, es una maravillosa dentista. Iba recomendada a su vez, por la hermana de mi amiga que a la vez es amiga de mi hermana.
Durante la ducha, como decía, se me ocurrió una idea, que puede ser absurda, pero que fue hilándose a otras ideas formando una relación lógica en mi cabeza, por lo menos para mí.
Visualizaba a mi amiga, móvil en la mano, wasapeando (nuevo verbo a acuñar por la Rae) dicha información para mi conocimiento. A su vez, imaginaba a mi amiga siendo wasapeada por su hermana mayor para informarle de la cita concertada, y a su vez la pregunta wasapeada por la hermana de mi amiga a mi propia hermana sobre la posibilidad de ser atendida en la consulta. 
Pensé, a continuación, en lo que ha servido para mi propia evolución haber creado un grupo en octubre con algunas de mis compañeras del colegio. Se han sanado de raíz un montón de traumas que acumulaba de la infancia, solo por abrir mi corazón a todas estas compañeras con las que transcurrió mi infancia y me ayudaron a forjar a la persona que soy hoy, ya lunes, 15 de abril. 
Igualmente pensé que la misma relación se estaba dando en el grupo de las compañeras de mi hermana, mujeres que rozan los cincuenta pero que muestran una inocencia que no marchita, cuando se reúnen.
Por otro lado he pensado en lo que las nuevas tecnologías están ayudando al despertar de la conciencia, tanto individual como colectiva. 
Redes como facebook y herramientas como wasap (whatsapp para los puristas) han unido a personas que entablaron relación de algún tipo tiempo atrás. Y ayudan, al menos en mi caso, a recuperar a personas que pasaron por tu vida de una manera más superficial y ahora te aportan muchas cosas nuevas e insustituibles. 
Y rizando el rizo, y metiéndome en mis nuevos recuerdos y conocimientos, yo me pregunto...si de verdad somos almas que hemos pactado un encuentro en esta vida para vivir una experiencia determinada, no será que Dios, el universo, o como le queramos llamar, ha puesto todas estas herramientas en nuestro camino para facilitarnos el trabajo?. ¿Acaso no me han ayudado a mí a conocer a personas que me han enseñado a mirar dentro de mí misma y descubrir quien soy? ¿Acaso no me han servido para contactar con personas de mi pasado y ayudarme a cerrar heridas que sangraban interiormente?
En ambas cuestiones la respuesta es sí. 
Hace pocos días se creó otro grupo de wasap de mi paso por el Zambra, en mi periodo de fotógrafa que trabajaba de lunes a domingo para sacar adelante a una familia. En aquella ocasión conocí a personas que a la larga me enseñaron muchas cosas, como el valor de la amistad y el perdón, tras separaciones forzadas, el dolor de la mentira, la felicidad de los reencuentros. Sé que cada una de las almas que conocí en aquel lugar han tenido un papel protagonista en mi vida durante algún día, porque nadie aparece en tu vida por azar. Todas las personas, seas quienes sean, cumplen una función en tu vida y lo que le hagas a cualquiera de ellas te viene rebotado de alguna manera a la tuya.
Así que ahora me toca repasar muchas cosas de mi vida, de todas las personas que pasaron y dejaron algún tipo de huella. Son almas con las que pacté un encuentro por un motivo que, evidentemente, no puedo recordar. Solo algunas de ellas sí han sido reconocidas en ese otro estado, el de la meditación que tantas puertas abre, y por eso es más difícil dejarlas marchar porque sabes que han formado parte de tu existencias más allá de la Irene que soy ahora. 
Por eso dejemos ya de ser tontainos y quejarnos de las nuevas tecnologías. ¿A quién no se le ha dibujado una sonrisa cuando ha visto aparecer, por ejemplo, en su facebook la petición de amistad de una amiga de la infancia, o de un compañero de pandilla, o de un antiguo amor?. La parte "vieja del visillo" se despierta inmediatamente y quieres saber qué fue de esa persona durante tanto tiempo. Y si después interactúas con dicha persona puede que te des cuenta de que tiene mucho más en común de lo que te creías y a lo mejor, y con suerte, también está a punto de despertar. 
No soy de las que se cierran a las nuevas tecnologías, porque, entre otras cosas, me dan la posibilidad de lanzar mis pensamientos al océano de una red por la que navega quien quiere hacia donde quiera, y bebe de las fuentes que quiere, sin importarle a nadie. Y si en los muchos puertos se pueden adquirir otras visiones de la vida, igual aprendes a despertar y a abrirte a una nueva realidad. Quizás estas máquinas son las que nos sacarán, definitivamente, de la Matrix, Buenas noches.

domingo, 31 de marzo de 2013

Indoor

Una vez colocado un título que no sé porqué he escrito, me coloco delante del teclado y dejo que mis dedos se muevan para contarme algo que todavía no sé.
Hoy siento que debo mirar aún más hacia adentro, y quizás el título signifique algo así, interior, dentro, profundo. Después lo miraré en un diccicionario...
Lo cierto es que hoy la gente se felicita las felices Pascuas, la resurrección de Jesús, y yo me he preguntado muchas veces porqué en Navidades también nos felicitamos felices Pascuas si la Pascua es ahora. En fin, no entraré en eso porque si no mi cabeza vaga hacia conclusiones absurdas y hoy he dicho que indoor e indoor creo que significa dentro.
Trato de poner orden en mi corazón, ya que el orden exterior me resulta muchos más trabajoso e interminable. ¿Y poner orden dentro?...quizás es aún más complicado porque aquí dentro guardo tanto de mí misma que no sé qué debo dejar ahí, y que debo eliminar definitivamente porque ocupa un lugar que debo dedicar a otras cosas.
Vuelvo a pelearme con mi corazón, que siente, que ama, que desea, que anhela, que sueña con que todo podría ser diferente a lo que es, pero también otra parte de mi corazón me indica que todo lo vivido y sentido formaba parte de mi evolución y que debía pasar por toda la experiencia para crecer, para entender que soy mucho más que yo, que las personas que por alguna razón aparecen en la vida nos enseñan algo que debíamos conocer de nosotros y que después hay que dejarlas marchar. Pocas son las que permanecen.
Ayer decidí matar a uno de los personajes de mi novela, mi indio Takoda, al que tanto quiero y al que he recordado con una claridad increíble. Podía recordar sus ojos y los sentimientos que los mismos provocaban en mi querida Aiyana, heroína y sufridora coprotagonista de algunos capítulos. El hecho de hacer morir a mi protagonista ha tenido un peso muy grande para mí misma, porque al eliminarlo de una historia de amor tan profunda y sincera, pero a la par cargada de mentiras y ocultaciones, me he liberado a mí misma de una cadena autoimpuesta y que consideraba heredada desde siempre. Si la muerte no es tal, tampoco las
rupturas lo son y ya que mis personajes acababan reencontrándose una y otra vez a lo largo de muchas historias pensé que era el momento de poner fin también a esa historia de amor, de lejanías, de mentiras, de reconocimientos.
Sé que esta entrada solo será comprendida por las personas que han accedido en algún momento al borrador de lo que he escrito, pero creo que era necesario que la escribiese para mí misma, para mi interior, para autoconvencerme que las cosas deben ser como son porque hay que seguir avanzando y es absurdo seguir cargando el corazón de lastres que no avanzan a la par.
Al igual que Aiyana y Takoda se miraban a los ojos, siendo niños, montados en una barca de totoras que asemejan las piraguas actuales, es hora de dejar que esa barquita se esfume, llevando consigo a los niños, a las ilusiones abortadas y me suba en otros barcos que me llevarán más lejos.

viernes, 22 de marzo de 2013

Resuena

Mirar hacia dentro no es siempre fácil.
Muchas respuestas son tan confusas que solo con analizarlas desde fuera no se pueden interpretar.
A veces la vida te da la oportunidad de volver a releer mensajes del pasado y la interpretación que de ellos se hace resuena de manera muy diferente transcurrido un tiempo. Es entonces cuando cabe recapitular y y volver a vivir, desde el interior, la situación y así poder ver cómo habríamos actuado ante esa misma situación siendo la persona que somos en la actualidad.
Es más que probable que todo se vea tan diferente que no seamos capaces de reconocernos en la persona que reaccionamos de la manera en que lo hicimos. Y no es momento de arrepentimientos ni de lamentaciones. Es apenas momento de percatarse, de corroborar que el aprendizaje se realizó, el curso se aprobó y la enseñanza fue superada. Aprendimos que la lección de vida que aquel hecho nos traía fue asimilada en el disco duro de nuestro corazón y la enseñanza, buena o mala, se insertó en nuestro ADN. Con el tiempo, ese archivo, esa enseñanza, fue puliendo todo el software que compone nuestra evolución y se produce el crecimiento. Ese crecimiento provoca el cambio, y desde ese cambio la visión también se modifica.
Pero las cosas fueron tal y como debían ser, ya que de haber sido diferentes no tendríamos la capacidad para analizarlas desde otro prisma.
Hace años escribí una entrada que se llamaba "La mirilla". La he recordado, pero no voy a releerla hasta que no termine de escribir esta entrada, aunque recuerdo perfectamente donde la escribí y lo que se me vino a la mente en aquel momento. Quizás hoy, sin saberlo, esté escribiendo una segunda parte de aquello que allá por el 2009 escribí sentada en un poyete mientras mis hijos, aún pequeños, aprendían a patinar.
Quizás al mirar por aquella mirilla de la que hablaba, estaba mandándome un mensaje a la Irene que soy ahora en el 2013, bastante diferente, mucho más madura y conciente de lo que era en el momento en el que escribía en un recién creado blog en el que volcaba mis pensamientos. Una ojeada desde el otro lado de la mirilla daría una visión lejana del pasado, al igual que se observa al mirar por un anteojos por la parte equivocada. Todo parece lejos, pequeño, inalcanzable y sobre todo irrecuperable.
Así hay que mirar al pasado: dejándolo ir, desapegándose de él, no mostrándole que su energía, buena o mala, sigue mandándo en quienes somos.
Porque una persona puede tomar decisiones importantes en su vida y puede EQUIVOCARSE. Pero eso no debe ser una condena permanente a una vida infeliz. Siempre hay otra oportunidad de ser feliz, por muy difíciles y complicadas que se vean las cosas. Y esa la ilusión se vive.
Y todas las energías que nos hirieron, nos impidieron avanzar, nos condicionaron, manipularon, o paralizaron, deben ser transmutadas en energía de amor incondicional, por muy complicado que nos parezca.
Por eso quizás ha llegado la hora de dejar de mirar por la mirilla y abrir la puerta de par en par, sin miedo, sin ocultarse tras un orificio que muestra un mundo distorsionado por una lente. Es mejor impedir que la mente nos siga manipulando, mostrando un mundo tan absurdo, para pasar a mirar con el corazón, sin lentes, sin distorsione,s una realidad diferente, más mágica a los ojos de los dormidos, pero no por ello cargada de locura o desvaríos.
Quizás acabó el parpadeo de este mi blog, Lo que ven mis ojos, para abrir completamente los ojos del interior y vibrar en consonancia a todo aquello que vemos brotar desde dentro.

domingo, 17 de marzo de 2013

Mensaje en una botella

Hace unos días conocí a alguien que me recomendó que escribiese mecánicamente, es decir, casi sin pensar en lo que hago, para que la energía fluyese libremente y mis pensamientos se plasmasen de la manera más fácil posible.
En cierta medida me sentí decepcionada, porque me hubiese gustado más darme cuenta que podía escribir la novela que voy pensando tantas veces pero que se materializa muy lentamente.
Comprendí, no obstante, que es cuando escribo en mi blog cuando realmente soy capaz de transmitir mensajes, sobre todo para mí misma.
Aquella visita fue bastante esclarecedora para mí, al adquirir certezas de pensamientos y sensaciones que yo ya entendía que formaban parte de mí, de mi propósito de vida.
Y aunque entiendo que este foro todavía no es el vehículo que debo utilizar para "comunicar", hasta ahora ha sido una herramienta bastante útil para conocerme a mí misma y para ayudar, que me consta, a muchas personas.
Hace tiempo que estoy despertando. Rodeada de dormidos es difícil zarandear a tantas personas que siguen dormidas porque así lo quieren, o porque su momento todavía no ha llegado. Irene habla, Irene cuenta, Irene trata de transmitir otra visión de las cosas para hacer que las personas vayan poco a poco despertando...Y entonces me digo...¿no soy a caso una vulgar charlatana que trata de transmitir lo que ella siente, desde mi propia perspectiva, algo que no puedo ni probar, ni ver, ni tocar, apenas sentir?
Y cuando surge la duda es cuando opto por callar, porque ya hace tiempo que caí en el pecado de decir lo que pensaba y lo que sentía en los foros equivocados. Y hubo consecuencias.
Esta persona a la que me refería antes, era apenas un transmisor de información, del mismo estilo que puedo sentir que soy yo, y sus palabras solo sirvieron para confirmar que no estaba tan equivocada. Entendí, entre otras cosas que el dolor de cuello que arrastraba desde hacía dos semanas se debía precisamente a mi miedo a hablar, a comunicar todo lo que quiero, lo que sé que debo hacer, porque es uno de los motivos por los que he nacido tal y como soy ahora. El chacra de la comunicación estaba tapado por el miedo. 
 Y con solo posar sus manos sobre mí, el dolor desapareció. Y ese acto me emocionó mucho más que todo lo que me dijo, porque sentí, supe, que ese era el otro propósito de mi vida.
Tal y  como gusto de hacer a las personas que quiero para aliviarlas del sufrimiento, la sanación va a formar parte de mi vida porque siento que estoy preparada para ello. Y además sé que debo hacerlo desde el corazón, sin solicitar nada a cambio, apenas la felicidad del alivio en la cara del doliente. 
Y las herramientas son mis manos que van más allá de meras transmisoras de energía vital sanadora, llamémosla reiki o simplemente amor. Es la intención puesta en sanar, en ayudar, en no temer que te puedan volver a quemar por bruja cuando lo que haces es bueno y no daña a nadie. 
Está claro que este mensaje en una botella va para la Irene realista, la que vive en sociedad, y en una sociedad mucho más materialista y enferma que la que sueña. Está claro que no todo el mundo está preparado para creer en esto, ni para recibir esa energía, ni para asimilar que una simples manos le pueden ayudar a sanar. No es cuestión de fe, es cuestión de probarlo, que malo no va a ser...Y saber, sentir, percibir y concluir, que solo lo haré, ofreceré, explicaré y compartiré con quien esté preparado. 
Igual tú, que estás leyendo, te muestras escéptico, estás enfermo, te sientes deprimido, estás harto de medicamentos y no sientes que las cosas mejoran. Igual es el momento de cambiar, de dar cabida a un despertador que te saque de tu letargo y te permita vislumbrar esa otra faceta, la más energética que nos rodea. Quizás un poco de energía solucione mucho. Quizás la enfermedad se diluya poco a poco. Y es tan fácil...

sábado, 16 de febrero de 2013

Ampliando lazos

Hoy ha sido uno de esos días que con el tiempo llegarán a ser inolvidables.
Hace ya unos cuantos me surgió la oportunidad de agregar una nueva experiencia vital a mi existencia, con personas totalmente desconocidas para mí y las circunstancias solo me iban a permitir pasar con ellas un buen rato.
Pero la providencia, siempre la bendita Providencia, resolvió pronto los inconvenientes, por lo que, rápida, valiente y decidida decidir acudir a esta cita, sin expectativas, sin condiciones, sin esperar nada, pero con la convicción de que hoy ese era el sitio donde debía estar, con esas mujeres, por una razón que no tenía porqué comprender.
Una vez conocidas, no hubo ninguna voz interior que me frenase, ante ninguna, lo cual me resultó bastante sorprendente. ¿Cuántas veces no me he equivocado abriéndole mi corazón a personas que después me han causado mucho dolor por no prestar atención a esas vibraciones interiores?. Y he decidido volver a ser yo...con todas las consecuencias.
Cuando me ausenté un momento del grupo, yo misma, mirándome al espejo me dije ¿Cómo habría reaccionado yo si alguien, desconocido, se hubiese presentado ante mí como yo lo había hecho ante esas mujeres que apenas sabían de mí mi nombre y que seguía una dieta determinada. ? Probablemente habría pensado que a esa persona le faltaba un tornillo o simplemente estaba "pirá". Y claro...seguro que son los miedos interiores que todos atesoramos...esos coletazos de inseguridad que planean como buitres negros, siempre, en nuestro subconciente.
Pero he pegado dos palmadas y los he espantado...¡Fuera!...porque he sentido, he sabido, que estaba donde tenía que estar, sin dudas, sin temor a nada malo.
Y tras una velada divertida y perfecta, he llegado a casa y he reflexionado. ¿Porqué? ¿Será que mi propósito de vida se va imponiendo ante mí de una forma tan descarada que no soy capaz de darme cuenta?
El jueves estuve en una charla muy interesante en la que hablamos un poco de sentirnos un poco bichos raros por pensar de una manera muy diferente de la gran mayoría sobre quienes somos realmente y qué hemos venido a hacer a esta vida. Y creo que poco a poco voy descubriéndolo.
Aunque falle como madre, como hija, como amiga, como hermana o como humana. Me equivocaré mil veces y todo lo que viva serán aprendizajes en esta vida que te da una y mil oportunidades de ser feliz, para superar esos exámenes una y otra vez hasta que los apruebe.
Ha sido una semana interesante, con nuevas incorporaciones y nuevas vivencias que, sin duda, me servirán para seguir creciendo, para seguir alimentando mi alma (mi querido y vapuleado disco duro) de experiencias maravillosas que me hagan sentir viva, feliz y esperanzada.
A mis nuevas amistades darle las gracias por hacerme pasar un día estupendo y ¡Bienvenidas a mi vida!

viernes, 8 de febrero de 2013

Silencios impuestos

A veces en la vida una opta por callarse. Se calla por muchos motivos y optar por el silencio a veces es la única solución.
Para mí, que siempre he sido muy comunicativa, es un ejercicio de autocontrol importante y creo que estoy aprendiendo nuevas cosas sobre mí misma.
Callarse tiene la ventaja de hacerse una misma las preguntas y darse las respuestas ante las múltiples y diversas cuestiones que la vida va planteando. A veces mi prolíficamente es la mayor inquisidora y para no caer en lo absurdo respondiendo desde ella misma, trato de buscar otras fuentes de información, dentro de mí misma, para resolver lo que me inquieta. Accedo a lo que yo llamo "mi disco duro", ese sitio donde reside la auténtica esencia de mi YO, y donde la sabiduría es profunda.
Y en estos días en los que las decisiones interiores son importantes, trato de equilibrar lo que siento con lo que debo y por primera vez en mucho tiempo el equilibrio se rompe en favor del DEBO antes que el SIENTO.
Y buscar otras cosas en las que pensar facilita en gran medida que esto sea posible. Y por eso callar ha sido lo primero que he hecho. Porque darle el protagonismo al silencio ha permitido que todo lo demás sea posible.

miércoles, 30 de enero de 2013

Crear desde la nada

En estos días de enero estoy inmersa en algo que me está encantando y que me está trayendo muchas satisfacciones personales. Puede que parezca una tontería pero me gratifica CREAR algo que antes no existía desde la NADA.
Y no es que busque ocupar mi tiempo en una tarea para que sea reconocida por nadie, porque sólo yo sé el tiempo que le dedico a esta nueva ocupación. Pero lo cierto es que me siento tan satisfecha como cuando hace años escribía una pequeña obra de teatro y la representaba ante un público que terminaba aplaudiéndote por el esfuerzo realizado.
Crear algo de la nada, y que quede plasmado de alguna manera es una experiencia maravillosa. Lo he intentado con la novela, pero como todo en la vida, una depende de la inspiración de las musas para que un proyecto de tal magnitud sea terminado.
Sin embargo mi huertecillo vertical, que ni es mío ni es del todo vertical, me encanta...
Ver como chicos de pocos años disfrutan colocando una semilla en un semillero o en una botella y verlos interesarse por el desarrollo de sus retoños es algo que no tiene precio. Observarlos acercarse con una regla a la planta que plantaron unas semanas antes y anotar en un cuaderno los centímetros que su nueva amiga ha crecido es, cuanto menos,  curioso ya que muchos de estos niños nunca antes había entrado en contacto con  la agricultura, la jardinería ni nada parecido y se sorprenden al comprender que esos brócolis que se compran liados en plástico en el supermercado, nacen realmente de una planta con hojas que puedes criar en una botella reciclada...
Acabamos de empezar y ya intuyo la ilusión que se dibujará en unas semanas cuando las simientes empiecen a despuntar en las diminutas cajitas negras donde las enterraron. Y a medida que el calor vuelva a estas latitudes el proceso se acelerará y no habrá ni tiempo de apuntar los sucesivos cambios que este nuevo rincón verde de Sevilla brindará a todos los alumnos que participan en CREAR algo que no existía antes.
Y yo sabré que todo partió de una idea...y mucha ilusión...

martes, 1 de enero de 2013

365 regalos nuevos

Cuando un año nuevo comienza algo dentro de nuestro interior se recarga automáticamente: la ilusión.
Nos marcamos varios propósitos para cumplir que sabemos que nos van a ayudar a sentirnos felices y sentimos que esta vez está claro que no vamos a fallar, porque queremos ser felices y debemos hacer todo lo posible para conseguirlo.
Algunas veces esos propósitos implican renuncias dolorosas, y quizás son los más difíciles de cumplir, porque optas por dejar de regalarte momentos de felicidad, en pos de dejar de sufrir por un imposible.
Otras veces esas renuncias son meramente materiales y nos vemos con la fuerza suficiente para dejar ir esas adicciones que nos autodestruyen la autoestima y nos minan la moral.
Hoy yo me he levantado temprano. He mirado el cielo nublado, he sentido la humedad de la lluvia, y aún así me he dicho a mi misma: "Ahí tienes un saco con 365 nuevas oportunidades. Además no sabes si este saco viene cargado al completo y ni siquiera si habrá más sacos tras éste, así que aprovecha cada día como si fuera el último, sé feliz en todas las circunstancias que las horas planteen ante ti y VIVE"
En un momento me he dicho un montón de cosas que necesito recordarme cada mañana. Más aún en una mañana con ésta, la del primer día de un año terminado en 13 al que he tenido la suerte de llegar.
Y luego miro alrededor y veo el desorden que me queda por recoger de la fiesta de anoche..y me digo..."esta es la realidad, la parte material y humana que rodea a tu esencia divina. Eres las dos cosas, así que tras darle rienda suelta a tu corazón a través de las letras en el blog, te toca poner en marcha la parte más aburrida de la experiencia humana: recoger, fregar, limpiar...como la vida misma"
Y bueno..como hoy tengo el corazón que me rebosa, exultante de amor para regalar, quería dedicarle unas palabritas a todas esas personas que se toman la molestia de leer lo que escribo, y daros las gracias por compartir conmigo esta parte de mi alma que solo brota cuando escribo en este rincón virtual. Yo misma me sorprendo al ver pasar el cuenta visitas porque no me creo que lo que escribo pueda resultar interesarme
Y si trato de ser objetiva, al leerme muchas veces ni me reconozco. Me vibra algo al sentir que no es la Irene corriente la que escribe, sino algo mucho más profundo dirige mis palabras.
Igual conectar con los Yos interiores de los que me leen es el logro más importante y satisfactorio que se puede conseguir.
Ahora, antes de volver a la material realidad...PIENSA...También te han regalado un saco como el mío...con muchísimos minutos valiosísimos para vivir. En lo que pueda compartiré mi tiempo contigo porque de alguna manera, real o virtualmente formas parte de mi vida, aunque solo sea durante estos minutos que dedicas a leerme, pero usa el resto intensamente, sonríe todo lo que puedas, deja que lo malo, lo negativo y lo triste, pase por tu lado sin afectarte, porque si miras alrededor tendrás muchas cosas bonitas, lindas y maravillosas para valorar. Si solo tenemos esta vida...¿porqué perderla alimentando lo malo?...
Feliz 2013 y GRACIAS POR LEERME UNA VEZ MÁS. OS QUIERO. Irene.