viernes, 18 de agosto de 2023

Cogiendo carrerilla

 Como cada año estoy pasando unos días en Pinilla, mi paraíso particular, donde me siento feliz, animada, querida, libre e ilusionada. Casi siempre elijo pasar aquí mi cumpleaños aunque esté lejos de las personas que forman parte de mi vida el resto de los días del año simplemente porque  me ancla a este pueblo celebrar el aniversario de mi nacimiento. 

Hoy, a apenas cinco minutos de cumplir 56 años soy consciente de lo rápido que va esto de la vida. Estoy cogiendo carrerilla para enfilar los 60 en menos que canta un gallo, pero eso no me asusta. Es bonito poder mirar atrás y ver todo lo que pasó, y mirar al futuro con la ilusión de que las cosas continuarán.

Y aunque se avecinen cambios más o menos asumibles, seguiré contando con los apoyos incondicionales de mi vida, esa familia, natural o elegida, que siempre está ahí, que me ama como soy, que me abraza cuando lo necesito, que me piensa en la distancia y que cuenta conmigo cuando lo necesita. 

Es bueno, también, sentirse el apoyo de todos los tuyos, ser feliz siendo útil para los demás, saber decir Sí casi siempre y No cuando las cosas no se pueden, sin que se ofendan porque, a veces, antepongas tu vida a las otras. No me suele salir, pero voy aprendiendo con la vida. 

Me felicito a mí misma por todo lo bueno que he hecho durante los últimos 365 días, por haber sido una buena amiga, una buena madre, una incansable trabajadora, una agradecida hermana. No siempre merecemos los autocastigos que nos imponemos inconscientemente, porque, como mucha gente sabe "no soy una lechuga morada".

lunes, 7 de agosto de 2023

Cansada

Estoy cansada. Cansada de dar, de estar, de regalar y de ofrecerme.
Veo la vida pasar y me pregunto cuándo me tocará a mí ser el objeto de admiración, quien reciba el amor incondicional, ser la persona a la que eligen. Nunca pasó. 
Y ya estoy cansada de crearme mis fantasías mentales, de creerme que cuando todos los "Si" condicionales encuentren su término, yo subiré en las listas.
Y es que no. Tan contundente y rasgador que me arrancaría el corazón ahora mismo del pecho si pudiera. 
Se viene un periodo duro en mi vida, y quiero apostar por la resiliencia para emerger cuanto antes de este fuego que me abrasa por dentro. De nada sirve soltar los ojos en llanto porque eso no hará que las heridas se cierren. 
Son los momentos que traen los períodos de soledad, de conciencia de fracaso, de cansancio emocional. 
Toca dejar volar al amor...