Sentada en un ciber de Valencia repasaba el último año de su vida. Sus sentimientos la habían cambiado profundamente y el despertar la había llevado a la convicción de que la vida ya no iba a ser la misma que antes.
Abrió el Google Docs para empezar a escribir y un torrente de lágrimas desbarató el maquillaje de sus ojos en hilos negros que ensuciaban sus mejillas rosadas del sol de la playa.
Colocó sus dedos sobre un teclado amarillento y dejó que su mente los guiases en una sucesión de movimientos que poco a poco daban forma a un texto donde iban desgranándose sus pensamientos.
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