sábado, 19 de noviembre de 2011

El gran empujón

Hoy ha sido un día de esos que podríamos catalogar de intensos en su grado máximo. Muchas cosas han pasado que sé que son trascendentes desde el pasado y hacia el futuro.
En varios ámbitos vitales se han producido cambios, reencuentros, limpiezas, percepciones, despertares...
El día ha comenzado como siempre pero yo sabía que no iba a ser igual a los demás. El reencuentro con mi consciencia mediante una auténtica bomba de energía maravillosa me hizo comprender que estaba en uno de esos días elegidos, en el que debía cerrar uno de esos círculos de los que hablaba hace pocos días.
Hace un año y medio conseguí publicar una entrada inacabada que se titulaba Mis recuerdos. En dicha entrada yo hablaba de lo traumático que había sido
para mí el paso por el colegio de monjas donde estudié y me refería a lo que me afectaron algunos hechos que experimenté en aquellos años en los que comenzaba a forjarse el ser humano que soy hoy. Mencionaba sin nombrar a algunas mujeres que me hicieron mucho daño. Un daño que hoy he podido paliar en gran parte.
Me reencontré con una profesora, monja ella, que me hirió profundamente hace 34 años. Hablé con ella y tras darse cuenta de lo dolida que yo había estado por aquello, me pidió perdón y me embargó una sensación maravillosa. Me había liberado de un fantasma que me acompañó todos estos años. La abracé, la perdoné y la besé con un afecto que no había podido sentir por ella nunca. Y ahora me siento feliz por ello.
Y he dado un paso más al frente porque sé que si consigo hacer lo mismo con la persona que me sometió a una gran humillación con 7 años habré dado un gran salto cuántico en mi propia evolución.
También he visto fluir las circunstancias personales hacia adelante por una serie de casualidades, o mejor dicho causalidades, que se han dado para conseguir un objetivo que llevaba mucho tiempo deseando. Hoy por fin sucedió. Y sé que es una inflexión hacia adelante, una esperanza a la reconciliación personal y sobre todo un agradecimiento a Dios por haberlo permitido.
Por último quiero decir que este reencuentro ha posibilitado que tome aún mayor consciencia de mis objetivos vitales deseados...He vuelto a sentir que tengo una misión encomendada por mí misma que me dará la felicidad total. Y esa misión pasa y finaliza por y en ayudar a los demás. Me dibuja la sonrisa en la cara cuando lo pienso...

No hay comentarios:

Publicar un comentario