sábado, 12 de septiembre de 2009

Ilusiones

Cuando inicimos una nueva andadura en la vida siempre estamos ilusionados. Todos los inicios son bonitos y todos crean una falsa espectativa.


Cuando iniciamos una vida en común estamos seguros de que no nos hemos equivocado al elegir a nuestro compañero.


Al iniciar el curso , cada año, estoy convencida de que voy a conseguir motivar a todos mis alum@s y que estos conseguirán su título por lo que la consecución de sus objetivos supondría el conseguir los míos.


Es maravilloso que esa ilusión se renueve, que siempre nos quede esa capacidad de desear que todo sea como lo soñamos. A veces son otros los que dan al traste con tu sueño pero nos queda la capacidad de levantar la cabeza y volver a soñar.


Hoy he trabajado haciendo fotos en una boda. Ver a esos novios aparentemente tan enamorados, me ha hecho reflexionar mucho. Después al ir fotografiando a las distintas parejas de invitados, voy viendo cómo esa ilusión que reflejan los novios de la boda, se va a apagando a medida que las parejas son cada vez mayores.


Los jóvenes se acercan mucho, se abrazan e incluso aprovechan para darse besos. Los cuatentones, con hijos medianos, están más tensos, y normalmente uno tiene que increpar al otro para que se coloque en la foto aparentando que son una pareja feliz. Los que tiene en torno a cincuenta, suelen soltar la frase de que está en trámites de separación, para justificar sus pocas ganas de acercarse a la pareja y menos, hacerse una foto junto a ella o él. Los mayores de sesenta se mantienen a una distancia prudencial y ni se mueven para acercarse a su pareja. En esas fotos siempre me aparece un antiestético hueco entre ambos.


No quiero decir con esto que cualquiera de esas parejas se quiera menos que los novios que se han casado, o que esos jóvenes que aprovechan cada oportunidad para mostrarse cariño. Simplemente que a ellos la ilusión se les ha pasado. Al menos se ha ido quemando parte de esa ilusión a lo largo de los años, y no se sienten en la necesidad de forzarse a manifestar el cariño que, seguro, se tienen.

La ilusión es la pila que nos lleva a levantarnos cada día con las ganas de seguir, de luchar, de enfrentarnos a lo que nos depare la vida.

El día que esa pila se agote sentiremos que lo hemos perdido todo.

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