jueves, 18 de agosto de 2011

¿Y por qué 25?


En una hora será mi cumpleaños. El Madrid y el Barcelona pelean en la tele por hacerse con una copita cualquiera y yo, aquí, reflexiono sobre la decisión que he tomado este año con respecto a mí misma.
Muchos se preguntarán que a qué viene la chorrada de querer cumplir este año 25 años en lugar de los 44 que indican mi documento de identidad oficial. Y puede parecer realmente eso, una chorrada, pero yo tengo mis razones, profundas y serias para tomar esa decisión.
Algunas de esas razones se fundamentan en el cambio que he experimentando en los últimos tiempos. He sentido que se ha cerrado un paréntesis vital que se inició allá por el año 1992, cuando cumplí efectivamente los 25 años en la República Dominicana. Entonces era una mujer bastante bella, tanto por dentro como por fuera, pero no era consciente de ello. Es ahora, tras todos estos años, en los que reconozco la persona que era y valoro a la que soy en estos momentos. El tiempo que ocupa ese intervalo ha sido importante en mi vida, no lo niego, pero en cierta medida dejé de ser yo misma. En algún momento de aquel año 1992 que fue año de eventos tanto personales como mundiales, con la Expo´92 o las Olimpiadas de Barcelona, me perdí.
Y seguí viviendo, tuve dos relaciones importantes en mi vida, sufrí rupturas amorosas muy dolorosas, me casé, tuve dos hijos, y terminé mi carrera. Mejoré en mi situación laboral y encontré satisfacciones estupendas en mi trabajo como profesora. Pero algo dentro de mí no iba bien. Me dejé. Y me fui escondiendo tras muchos kilos, en un proceso de autodestrucción que me llevó a dejar de reconocerme en la mujer que se reflejaba en el espejo. Y ello me llevó a la ceguera parcial, como si mi fondo me estuviera ayudando a no verme, porque esa carcasa no correspondía a la Irene que siempre fui.
Y por fin vino el cambio. Algo maravilloso ha ido descarnando, despellejando, o simplemente descubriendo a la Irene que era. Y como una flor fui quitando los pétalos hasta llegar al fondo, donde realmente estaba.
Y me he gustado. Y por eso este reencuentro requiere un revivir ese año que cumplí los 25 años para tratar de no cometer el mismo error y no olvidarme de quien soy. Quizás el año que viene me decida a cumplir los 45 que me corresponderán, pero lo que es este 2011 me salto los 44. Tengo que darle una gran bienvenida a la Irene que se quedó en 1992...
Así que me dedico una fiesta, tal y como hice en el caribe en aquel año, en la que reuniré a una parte importante de los amigos a los que quiero y me quieren. Y trataré de gozar de este día porque me lo merezco...

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho la entrada. Te quiero mamá. Felices 25

    ResponderEliminar
  2. Gracias Paula (imagino que eres tú si me llamas mamá y estás a estas horas enganchada en el ordenador). También te quiero mucho. Eres de lo más bonito que hice entre los paréntesis...

    ResponderEliminar