Cuando uno siente que todo se derrumba a su alrededor la sensación amarga que queda no tiene paralelismos que ayuden a describirla.
Solo se me ha ocurrido imaginar que mi corazón es una gran boca que toma aire profundamente para soplar sobre un castillo de arena que fabriqué durante un año y que es más fácil de derrumbar de lo que se pensaba.
Me creí los cimientos, el cemento y los ladrillos...pero era solo arena, y un simple soplido ha conseguido hacer que los granitos de arena se esfumasen y hayan enturbiado mi vista provocando picazón y lágrimas.
Toca revisión de entorno...Muchos cambios tras la debacle...Comenzar desde qué punto...Un paréntesis de un año para volver al mismo punto...mismos kilos, misma historia...mismo dolor.
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