viernes, 5 de febrero de 2016

La Tristeza (Tema propuesto por alumnos)

¿Porqué me siento triste si quiero que la alegría inunde mi corazón cada minuto de mi vida:
¿Porqué existe la tristeza?
Porque a veces el corazón necesita sentirse oprimido para comprender y reconocer el valor de todo lo bueno de la vida.
La tristeza es una gran maestra que nos visita algunas veces para enseñarnos a valorar todo lo bueno que nos rodea.
 A veces en la vida vivimos como si tuviésemos permanentemente una venda en los ojos. Nos quejamos por pequeñas tonterías porque no somos capaces de ver la gran inmensidad que nos rodea.
Y viene la tristeza, acompañada de un momento trágico de nuestra existencia, y nos quita ese pañuelo que no nos deja ver.
Y sin ese impedimento nos empezamos a dar cuenta de cuán afortunado éramos y no lo valorábamos.
Teníamos amor, amigos, sonrisas, personas que nos aportaban su tiempo...y no los veíamos
Solo cuando somos conscientes de esa gran fortuna que nos rodea empezamos a valorar la vida, y a veces es ella, "la tristeza", la que permite que finalmente despertemos.
No es malo, pues, estar a veces triste. Esa profesora nos enseña cada vez que nos olvidamos de dar las gracias a la vida por todo lo bueno que nos regala.
Una vez que ese aprendizaje se inserta para siempre en nuestro corazón la tristeza vendrá cada vez menos, y las circunstancias tristes se verán como lecciones, que se aprenden, que se agradecen y ya solo toca que retornen la alegría y las ganas de vivir.
No hace mucho escribí sobre la metáfora de mi vida equiparándola con un libro. ¿Cómo insertar este capítulo en él?
Hay momentos en los que el capítulo "Toca estar triste" aparece irremediablemente.
Es cuando pierdes a un ser querido, sientes una gran decepción porque alguien a quien quieres te abandona, te hiere, te defrauda.
En ese momento es cuando debemos pararnos, reflexionar, llorar y después dejar paso al sol, a la alegría, al agradecimiento porque hemos de comprender que no existiría el crecimiento personal sin esas lecciones que duelen en la vida.
Pero si la voluntad de salir cuanto antes de esa emoción se impone, pronto volveremos a sonreir. Debemos trascender al dolor, aceptándolo como necesario, pero no volviéndonos esclavos de él.
Las personas que no quieren superar la tristeza son aquellas que se deprimen y solo quieren ver el mal en los demás. Se reconcomen en su dolor y se sienten las únicas protagonistas de su tragedia, como si nadie más en el mundo hubiese perdido un ser querido, por muerte, por abandono, por enfado...
Así que, cuando la tristeza te embargue, inicia un diálogo interior con ella y dile claramente, mirándole a esos ojos sin vendas:
"Te agradezco todo lo que tu presencia me ha enseñado. Soy un buen alumno y he aprendido a ver todo lo bueno que tengo a mi alrededor. Agradezco la vida que tengo y el amor que me rodea. Puedes marcharte"

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