lunes, 9 de julio de 2012

Mi espejo

Esta noche he soñado conmigo. No sé muy bien cómo he podido verme a mí misma como si de una película se tratara pero lo que sí sé (porque los sueños son extraños pero uno tiene la certeza de aquello que visualiza) es que aquella persona que en mi sueño bailaba y se mostraba muy feliz era yo.
No sé si las imágenes que aparecían en la peli de mi sueño correspondían a muchos años atrás en mi existencia actual, o siquiera si correspondían a mis deseos más ocultos, pero el caso es que en el mismo sueño fui consciente de muchas cosas de mi realidad actual.
Me di cuenta de que en los últimos meses me he ido olvidando de mí misma por muchos motivos que no alcanzo a comprender. Antepuse una realidad que no me comportaba felicidad por tratar de mantenerme correcta en muchos aspectos pero mal conmigo misma.
Abrir mi vida a quien tanto me hizo sufrir en el pasado basándome en recuerdos ancestrales quizás no fue la decisión más aceptable pero una sensación profunda de un afecto paterno-filial me llevó a una responsabilidad que, en verdad, solo estaba en mi cabeza.
Hace solo unos días un hecho, aislado sí, pero al fin y al cabo real, me hizo recordar lo peor de mis recuerdos y algo se ha despertado en mí.
Esta noche, visualizar a la otra Irene, feliz, delgada, jovial y satisfecha, me ha hecho comprender que ya estaba inmersa, de nuevo, en la otra cara del espejo, esa parte de la que tanto me costó salir hace dos años y en la que me fui metiendo otra vez sin darme cuenta.
Es verdad que desde la soledad se ven las cosas de otra manera. Te sientes incapaz de muchas cosas porque todo se hace grande, y una parte de ti piensa que necesitas a otra persona, aunque sea la menos adecuada para ti, que te ayude en las tareas cotidianas. Y poco a poco ese pensamiento va trastocando tus ideas iniciales de vivir tu vida y tratar de educar a tus hijos de la mejor manera posible.
Y te das cuenta, mirando atrás, que todo lo que hiciste cuando estabas sola se echó a perder al retranquear en tu decisión por una pena o una responsabilidad que, en realidad, no te correspondía.
Me he dado cuenta de que he ejercido de madre de quien no lo soy, a cambio de muy poco, como suelen hacer las madres, y que eso me ha ido alejando de mí misma, de todos los proyectos de felicidad que alguna vez se formaron en mi cabeza, al brotar de mi corazón.
Le cerré, otra vez, las puertas al amor, quizás porque el amor no llegó contundente y firme, como yo deseaba, durante el tiempo que tuve para darle una oportunidad.
Quizás no fui consciente de que el amor llega cuando menos te lo esperas, y que si las circunstancias de tu vida no son las adecuadas, o no hay mucha voluntad por vivirlo, o es mejor dejarlo pasar, pero no mantenerse junto a alguien porque es lo correcto, sin siquiera sentir que esa persona te quiere.

Bueno. Hoy decidí que no podía permitir que esta Irene siguiera un día más conmigo. El espejo de mi sueño  me ha mostrado una imagen de mí que se me estaba olvidando. El espejo de mi baño me ha dicho que esa no soy yo, otra vez gorda, otra vez dejada, otra vez triste.
Así que me he levantado y he empezado a planear qué voy a hacer a partir de hoy.
Y es reencontrarme. Volver a ser la Irene alegre que era, sin dejar que las circunstancias externas me afecten hasta el punto de creerme que no soy quien sí soy. Y soy valiosa, y soy hermosa y tengo voluntad, y sé que debajo de esa capa que trataba de ocultarme otra vez, volveré a sentirme bien haciéndome fotos, que, para mí es la expresión máxima de que estoy bien conmigo misma. Lo otro, ocultarme detrás de la cámara, es reflejo, una vez más, de mi huida.
Así. que a todos mis amigos les pido su apoyo, el que aquí no voy a encontrar, para no decaer en el empeño de volver a ser la Irene que se ama a sí misma. Soltando lastres, como siempre.

2 comentarios:

  1. Es normal que de vez en cuando te caigas, pero eso no tiene que ser lo que te invada, lo importante y valioso son las veces que te levantas. El pasado a veces, vuelve fuerte con la intención de jodernos el presente, pero tenemos que ser listas y saber esquivarlo, aprender de nuestros errores y seguir luchando. Que solo sean momentos de bajones, permítete solo eso. Valorate y quiérete mucho. Es cierto que de vez en cuando se echa de menos tener una pareja al lado. Pero cuando la tenemos, nos sobra, te lo digo yo. La soltería es bonita, sal, viaja, bebe cerveza, come ricosidades, ríe, baila y disfruta de tus hijos.

    Poco a poco :).


    Un fuerte abrazo Irene.

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  2. Irene, siempre hay que salir hacia delante, siempre! Por muy complicado que sea, por muy negro que te parezca! Siempre hay algo detrás de esas dificultades. Hay veces que una piensa y piensa y es curioso como a través de la escritura salen más cosas de las que en un principio pensaríamos que pudieran salir pero ahí están y si quedan reflejadas es por algo.
    El destino a veces, juega malas pasadas, pero siempre hay algo mejor que te espera tras el sufrimiento.
    Mi apoyo y que ese corazón nunca deje de sentir! Un besazo muy grande!

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