sábado, 12 de junio de 2010

El ave fenix

Hace unos meses escribí una entrada que se llamaba "Mis recuerdos". En ella hacía un repaso a mis primeros recuerdos y a medida que iba repasándolos el escrito se alargaba cada vez más porque unos iban generando otros y me resultaba imposible cerrarlos. Supongo que todo tenía que ver con que todavía estoy viva y los recuerdos de entonces han hecho a la Irene que soy hoy y era inevitable que se enlazasen entre sí.
Tras publicar esa entrada fui consciente de que la larga gestación de aquel post se debía a que contenía muchas heridas que era necesario que sanara antes de publicar ante el mundo virtual los secretos de mi ser.
Y comencé un proceso de sanación interior. A pesar de arriesgarme a que dicha palabra se relacione con esoterismos y cosas raras, la verdad es que mi interior sufrió tal catarsis que la Irene que renació era una mujer mucho más segura, más fuerte y con una capacidad de amar mucho más profunda y sincera.
Desalojé mi interior de todo lo negativo que había anidado a lo largo de la vida. De todas aquellas cosas que había hecho y que me hacían esconderme ante mí misma. Perdoné mi interior y mi pasado y aprendí a aceptarme como soy, con mis defectos y con mis virtudes.
Con esa transformación interior entendí que podía emprender nuevos retos en mi vida. Debía dejar atrás el pasado cómodo, todo aquello que me había sido dado sin esfuerzo, y emprender un camino nuevo empezando desde cero.
Restos de aquella Irene han seguido apareciendo y supongo que es inevitable que sigan surgiendo a lo largo de toda mi vida, y me hacen dudar de mí misma mucho más a menudo de lo que me gusta, pero es un proceso con el que aprenderé a convivir.
Sin embargo nunca me había sentido tan capaz en mi vida, tan valiosa, tan íntegra y sincera. El futuro es para mí, ahora, una página en blanco, como lo es el lienzo que supone cada entrada en mi blog, y me siento dispuesta a escribir en ese futuro con una letra más bonita, más legible y mucho más trabajada. Cual ave fenix estoy dispuesta a resurgir de mis cenizas...

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