miércoles, 18 de agosto de 2010

El día que nací

Cada 18 de agosto que pasa siento la necesidad de registrar mis pensamientos. Lo hago desde que tengo conciencia de que puedo transmitir mi interior a través de la escritura y un año más reviso qué ha sido de mí durante estos doce meses.
Hoy escribo desde mi tienda de campaña, perdida en la sierra portuguesa y con la perspectiva de pasar un día tranquilo frente al río Zézere. Desde mi portátil he podido acceder al resto del mundo y me sigo maravillando por las grandezas de la técnica que me permiten estar en contacto con el universo desde este rincón perdido.
Estos meses pasados, durante los que el 42 ocupaba mi existencia han tenido momentos de mucha tristeza y otros de gran tranquilidad y paz. He redescubierto a una Irene que llevaba mucho tiempo oculta, bajo una capa de estiércol que no la dejaba respirar. Cuando conseguir asomar la cabeza y dar una bocanada de aire limpio fue como volver a nacer. En este viaje de reencuentros han tenido mucho que ver este rincón virtual, que me ha ayudado a introducirme en lo más profundo de mi mente y los muchos amigos de siempre que no me han dejado. También me han ayudado mucho esos nuevos seres humanos, maravillosos, que han surgido durante estos doce meses en mi vida y que me han hecho ver que esa Irene era alguien especial y era una pena que yo misma no hubiese sido consciente de ello.
En cuanto a mis objetivos cumplidos este blog ha sido testigo de mi empeño tanto en el trabajo como en el estudio y en ambos ámbitos no conseguí lo que quería. He aprendido mucho más en estos meses de estudio que en muchos años de universidad y por ello no doy el tiempo por perdido. He conocido la forma de recargarme de energias positivas y rechazar a los muchos vampiros energeticos que me absorvían casi por completo...
Quedan muchas asignaturas pendientes, pero los parciales aprobados me han dado suficiente fuerza para tratar de reiniciarme como un ordenador y enfrentarme con optimismo a un nuevo curso, a nuevos retos de los que antes o después saldré victoriosa. El éxito viene cuando no se pierde la esperanza. Y por primera vez en mi vida me voy a desear a mí misma felicidades, porque me lo merezco....

1 comentario:

  1. El tiempo todo lo sana, pero re-encontrarse con la esencia de uno mismo, reordenada el pensamiento.... Dirígelo adecuadamente.

    ResponderEliminar