miércoles, 8 de agosto de 2012

Hoy, hoy, solo hoy.

Cuando en la vida se suceden los reencuentros es cuando te das cuenta de que cada hoy es un regalo que muchas veces ni valoramos. Solo cuando ese momento se ha ido y la persona queda otra vez en otro mundo paralelo es cuando somos conscientes de que hay que atesorar esos momentos como regalos instantáneos, que se esfuman como pastillas efervescentes y en el chisporrotear de cada segundo está la esencia.
Llevo solo dos días de reencuentros y siento la magia del tiempo congelada en cada instante. Me gusta abrazar a personas que apenas puedo ver por la lejanía, pero por las que siento un gran cariño y apego. Uf...apego... menuda palabra...quizás me toque hablar del apego algún día...
Pero lo cierto es que cuando vivimos el día a día, el instante, dejamos de ser conscientes de que las personas que realmente son importantes para nosotras, esas que amamos con todo nuestro corazón, si no comparten ese instante, siguen viviendo en realidades paralelas. Seguramente muy lejos de nosotros físicamente pero en nuestro fondo siempre nos gustaría tenerlas al lado compartiendo ese instante de magia, ese presente que tal como viene se va.
Pero la vida no nos permite tener eso siempre. A veces las circunstancias nos alejan de nuestros "amores" y desde la distancia vives, vives y vives, pero no acabas de disfrutar de la misma manera.
Cuando llegue la rutina, la vuelta al cole y a los quehaceres diarios, estos instantes quedarán como tesoros en nuestra memoria. No vale vivirlos sin más, aunque el memorizarlos no implique no sacarles la esencia a ese instante.
Por eso a veces soy un poco pesada en mi facebook y comparto con mis amigos lo que hago, porque sé que quien allá comparte mi espacio es alguien con quien he compartido unos momentos, la mayoría reales pero algunos virtuales. Y es como recargar una memoria de la que podré tirar después.
En fin. Hoy he vivido un día muy bello, acompañada de personas estupendas. Mañana más, seguro que será un hoy muy intenso que genere recuerdos que revivir.
Vive, hoy, siempre hoy, y sé feliz como si fuese el último día de tu vida, porque algún día sí será el último y nunca tenemos la certeza de cuando será. Así que no desperdicies tu vida con quien no la merezca, haciendo lo que no te gusta, dejando de ser tú mism@. Feliz día.

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