domingo, 5 de agosto de 2012

La magia de las regresiones

Sé que desde hoy más de una persona me va a poner la etiqueta de "loca" con cierto motivo. Y es que hoy voy a hablar de algo de lo que ya vengo hablando desde hace un año con muchas amistades y familia que, por respeto, me escuchan pero no opinan.
No hace ni un año que escuchaba hablar a un grupo de amigas de sus experiencias recordadas y me dejaba sorprender por las causalidades que se sucedían a mi alrededor. Expectante las escuchaba y me preguntaba si yo habría sido alguien más a parte de esta Irene que lleva conviviendo conmigo casi 45 años.
Bromeaba diciendo que yo debía ser la que fregaba los platos porque no tenía recuerdos, ni a través de sueños ni mi experiencia meditativa me había abierto las puertas a esa otra dimensión.
Todo cambió radicalmente tras mi cumpleaños del año pasado. Otra vez, un cúmulo de no casualidades me llevó al instante en que la experiencia se materializó  para mí.
Primero fue un video, detrás un audio, una visión, un impulso, un intento, un reintento, un libro, una convicción...Así, en poco tiempo,  pero con tal intensidad que experimenté hasta convencerme de que no era mi imaginación la que fabricaba todas esas experiencias.
Y una vez de que fui consciente de que yo era mucho más que yo, que había conseguido de alguna manera acceder al disco duro de mis experiencias vitales, opté por no volver a repetir la experiencia.
Durante este año he tratado de sanar el pasado de esta vida. Conseguí hablar con las profesoras que me habían marcado negativamente durante mi infancia y reviví para sanar, muchos de los dolores que padecí.
Por otro lado también sentí la necesidad de pedir perdón a personas a las que había herido de alguna manera, ya fuera por haberlas dejado sin explicaciones o por no haber estado en los momentos en los que me necesitaron.
Y todas esas experiencias me han ido llenando el corazón de tal bienestar que la vida me ha devuelto a quien se fue sin explicaciones (para compensar el daño que hice al hacer yo lo mismo), y me doy cuenta de que la Ley de la Atracción actúa mucho más de lo que queremos reconocer.
Cuando el año pasado comencé a hacer el "Curso de Prosperidad" de Alejandra Plaza yo me decía que pronto la vida me proveería de la riqueza que necesitaba para mí y para ayudar a todo el que yo quería. Virtualmente hasta viví la experiencia y me vi estresada al tener que gastarme cada día muchos miles y millones de euros porque si no lo perdía todo.
Se suponía que debía apuntar en un cuaderno los gastos sobre una cantidad de dinero inicial. Al día siguiente doblaba lo que me había gastado y sumaba lo que no, y tenía que volver a gastarlo.
En pocos días, la progresión geométrica se me hizo insoportable de gastar. No podía regalar el dinero, sino gastarlo, y claro, cuando compré el hotel en República Dominicana y los pasajes para todos mis amigos me di cuenta de que era imposible aguantar dos meses gastando millones de euros en cosas que no necesitaba.
Paralelamente mi experiencia con las meditaciones regresivas me mostraron dos vidas en las que había sido rico (sí, hombre en las dos) y desgraciado. Así que entendí que quizás no me convenía ser tan rica, sino tener lo que necesito y disfrutar de las experiencias tal y como vinieran, valorar lo que tengo aquí y ahora.
También comprendí, tras una visión muy impactante, porqué nunca había sentido la certeza de haber encontrado al amor verdadero, a ese alma gemela que debería de acompañarme en mi devenir vital. Quizás el haberlo visto me ha hecho ser consciente de que otro tipo de amor es posible, y que no basta con amar, sino que, en la misma medida, debemos recibir el mismo amor en  correspondencia.
Es cierto que hasta hace pocos días tenía la convicción de que había dado pasos muy grandes en el encuentro de mí misma y por ende, de mi alma gemela. Se supone que un alma gemela es una parte de nosotros mismos de la que nos separamos en los inicios y que tenemos como objetivo el reencuentro para seguir la experiencia juntos.
Pero ayer decidí volver a regresar. Habían pasado muchos meses, casi un año, desde que había dejado a mi cuerpo imbuirse en la experiencia de unos recuerdos que estaban dentro de mí, apenas a unos pasos, atravesando una puerta, pero que había cerrado intencionadamente esa puerta por miedo a saber cosas de mí que no me gustasen.
La magia de una regresión radica en no saber qué te vas a encontrar.
En mis primeras experiencias hice preguntas concretas y lo que vi me supuso respuestas muy claras.
Las siguientes experiencias fueron motivadas por las ganas de visualizar a personas que están en mi vida actual. Necesitaba saber si esas personas formaban parte, como dicen, de nuestras familias de almas y volver a verlas, con otros cuerpos, otros sexos, pero con la convicción de que son ellos o ellas.
Me impactó mucho los papeles que algunas personas de mi vida, ocupaban en otros lugares, en otros momentos. Sentir de nuevo el calor de ver a personas que marcharon de esta vida, pero recibir su mensaje desde lo más profundo del corazón. Mensajes que directos y certeros, me hicieron reflexionar sobre lo que debía hacer desde ese momento.
Y procuré actuar en conciencia, nunca mejor dicho, con lo que esos mensajes que había recibido de mi subconsciente trataban de comunicarme.

Pero, como decía, cuando empiezas una meditación regresiva no sabes a qué lugar de tu vasta existencia vas a llegar ni que episodio concreto vas a revivir. Seguro que algo aprendes del salto que das, pero no siempre sabes cómo siguió ese episodio concreto que revives.
Así que ayer cuando "salté" pedí ver un desenlace de una regresión anterior y creo que conseguí verlo. Y comprendí que había estado equivocada con las apreciaciones que tuve la primera vez, porque a veces queremos, por todos los medios, justificar lo injustificable y elegimos la interpretación que más nos favorece.

Y bueno...eso dará un giro significativo a mi novela, que como ya os podéis imaginar, tiene algo que ver, pero solo un poco, con esas experiencias. Al menos con algunos personajes. Otros, lógicamente, han surgido de mi imaginación, que he descubierto que también la tengo.
El hecho es seguir evolucionando. Buena y calurosa tarde a tod@s.

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