viernes, 28 de mayo de 2010

La luna llena


La luna redondea en el cielo. No la veo, pero la siento. Su reflejo ilumina el marco de mi ventana. Mas su presencia va más allá de que pueda asomarme a esa ventana y la vea, majestuosa, coronando el firmamento. La siento en mi cuerpo y en mi mente.
Cuando la luna reina una vez al mes siento como mi percepción de la vida cambia. Durante estos días mi mente vuela más deprisa, estoy más sensible y en esos viajes lunánticos voy encontrando las respuesta que me voy planteando el resto del mes.
Es en esos momentos cuando más sincronizada me encuentro con la naturaleza.
Cíclicamente siento como el brillar de ese satélite natural hace que me replantee todo lo que significa vivir, sentir la energía que la naturaleza se encarga de regalarme cada vez con mayor intensidad y me siento privilegiada, emocionada, en definitiva, viva.

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