miércoles, 14 de julio de 2010

Esperando

Quedan apenas dos días.
Desde que terminé mi segundo examen he estado esperando.
Soy consciente de que dentro de dos días mi vida va a cambiar para bien o para mal.
¡Cuán cierto es el dicho que reza "la Esperanza es lo último que se pierde!. Desde que abrí mi Caja de Pandora he guardado celosamente la esperanza que me quedaba para mantenerme feliz hasta pasado mañana. Pero cuando salgan los resultados ya sabré qué camino me tocará seguir, el que avanza, o el que retrocede.
Ahora si miro hacia atrás todo lo veo negro. Solo percibo el frío y la oscuridad de los días de invierno en los que paradójicamente me encontraba en un infierno helado. Hacia adelante solo presiento la luz, una luz que orienta un futuro distinto, al menos forjado desde la constancia y la ilusión.
No quiero desesperar porque eso es lo contrario de esperar, pero la espera me desespera.
Trato de buscar fuerzas para aceptar que puedo volver al infierno porque es muy difícil conseguir un sueño la primera vez que se desea. Pero confio, rezo, ruego, clamo a todos los Dioses y Santos...
La espera me hace pensar, escribir, llorar, aventurar...Como en el cuento de la lechera sueño con que las cosas cambiarán para mejor, pero estoy viendo el martillo que amenaza el cántaro de mi leche y procuro andar de puntillas para que no caiga sobre mi.
Cuánto me gustaría poder escribir dentro de dos días que tengo motivos para seguir esperando, porque el martillo se ha olvidado de mí por un tiempo y mi cántaro sigue todavía de una pieza.
De todas formas, en caso contrario, espero contar con mis amigos para que me ayuden a recoger los cascotes y a reconstruir el cántaro para empezar a volver a soñar dentro de dos años.

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