jueves, 8 de julio de 2010

Juegos infantiles


Hoy volví al presente. Ayer, por un momento sentí que mi casa se llenaba de pasado. Los niños, por grupos jugaban a juegos de mesa según las edades. Dos grupos de cuatro niños llenaban mi salón, y durante media hora fui feliz al ver que los niños, por fin, jugaban a juegos de niños.
Pero hoy todo cambió. Diez niños, apelotonados en el sofá buscaban un espacio para ver la tele...dichosa tele. ¿Puedo jugar a la ds?, ¿me prestas el ordenador???...Uf..al final tuve que rendirme. Bajé la wii del horno de mi casa (mi sobrado), y he elaborado un turno por escrito para evitar problemas. Ahora vuelven a ser felices, ya que consiguieron la máquina, pero al menos he conseguido que se respeten los unos a los otros cediendo un espacio de su tiempo para que jueguen los demás, aunque sea a la dichosa wii.

Cuán diferente era nuestra vida de niños. Nos conformábamos con poco y éramos tantos que si nos juntábamos dos familias daba de sobra para jugar a lo que fuese. El coger, el matar, el pañuelito, al cielo voy, a saltar a la comba, el elástico..., uf...me acabo de acordar de aquella cantinela que debíamos soltar cuando éramos atrapados en el coger.."Salvadme por la Virgen del Carmen...." ya está otra vez mi cerebro haciendo de las suyas.
Me acuerdo de jugar al teje, dibujabamos un diseño de rectángulos en el suelo y arrancábamos (esa era la realidad) un trozo de loseta del suelo para que nos sirviera de piedra. El vivir en el colegio, con todo su espacio, daba para mucho, pero nos privaba de jugar en la calle por lo que el acceso a piedras de verdad era limitado. En cierta medida eso provocó que viviéramos en un micromundo que se reducía a las relaciones con nuestros primos y nos privó de forjar amistades externas.
El matar se me daba muy bien. Aún a riesgo de que esta frase se malinterprete, solía pillar la pelota que me amenazaba y era bastante buena cuando me tocaba darle a alguien del equipo contrario. En el colegio de monjas donde estudié se hacían competiciones de matar lo cual me hace pensar en lo políticamente incorrecto que sería ahora y en lo antipedagógico que es enseñar a los niños a matar, aunque sea un simple juego de pelota...
Sin embargo ya no se juega a la rueda churumbel quien se ría va al cuartel..., ni al Miguel miguel miguel da la vuelta del derecho...miguel miguel da la vuelta del revés..una dos y tréssssss. Esas actividades van camino de la desaparición.
Supongo que parte es culpa nuestra, de los adultos que preferimos estar escribiendo en un blog mientras los niños se entretienen y no nos dedicamos a organizarles actividades. Buscarles una cuerda para que tiren de ambos lados y acaben desparramados por el suelo, saltar a la comba, jugar al escondit o al coger. Seguro que ellos, como nosotros, valorarían esos juegos, por lo que pienso que el problema es que el presente ha privado a los niños de la capacidad de organizar su tiempo y de disfrutar de lo más simple. Quizás son niños por fuera, pero han perdido una parte de su niño interior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario