martes, 20 de julio de 2010

Los conos


El primer encuentro es discreto. Te avisan de su llegada asomándose tímidamente. Poco a poco te van dirigiendo hasta limitarte el camino. Son los conos de la carretera. Entran sigilosamente en tu recorrido y su presencia indica que debes reducir la velocidad. Haz de aceptarlos porque te obligan a ello, pero realmente quisieras que no hubiesen aparecido nunca. En un momento su cadencia ordenada orienta tus pasos. No puedes ir más rápido, no puedes acelerar. Te ves obligado a obedecerlos y acabas viendo frente a tí la trasera de un camión. En el retrovisor ves como otro vehículo, desesperado, se arrima a tí sin posibilidades de pasarte.
La vida es algo igual. Creemos que somos libres de circular y durante un tiempo tenemos ante nosotros muchos minutos para vivir libremente. Pasamos de un carril a otro sin que nadie nos imponga un camino que seguir.
Pero acaban apareciendo los conos, esos condicionantes que acabarán orientando nuestras vidas hasta no dejar ningún rincón por el que escapar. No puedes volver atrás, porque han aparecido otras personas que te lo impiden. No puedes salirte hacia los lados, mirar a otras vidas y soñar, porque esos conos se agrandan como murallas y te obligan a seguir mirando hacia delante. El camión que circula impidiéndonos avanzar representa las obligaciones que nos hemos impuesto nosotros mismos y que no nos dejan avanzar al ritmo que queremos.
Y no nos queda otra que adaptarnos, bajar la velocidad y seguir el ritmo que el camión y los conos nos marcan. Durante el tiempo que sea, sin posibilidades de cambiar lo que hay. Sabes que antes o después los conos desaparecerán y los camiones que te guían se harán a un lado, pero no consigues ver durante tanto tiempo se alarga esa situación. Pueden ser dos kilómetros o veinte. No lo sabes.
Lo mismo pasa con la vida. Sabes que antes o después las cosas cambiarán, pero no sabes si será dentro de poco o mucho tiempo. Entre tanto hay que armarse de paciencia y seguir el ritmo. Igual encontramos un desvío que nos permita descansar de esa situación...

No hay comentarios:

Publicar un comentario